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Opinión

Biodiversidad, naturaleza y derechos humanos

POR Alberto Yanosky
Director EIISA (Estructura Interdisciplinaria de Investigación Integral Socio-Ambiental) – UNAE.

A fines del año que recién terminó se llevó a cabo la 15.ª Conferencia de Biodiversidad de las Naciones Unidas (conocida como la COP15) en Montreal, con el compromiso de establecer nuevas metas y desarrollar un plan de acción para proteger la naturaleza en la próxima década. Muchos temas se discutieron y se abordaron, con la Cumbre de Cambio Climático llevada a cabo en Egipto unos días antes. Para poder abordar de una forma sostenible la conservación de la naturaleza y poder preservar la biodiversidad, se debe priorizar un enfoque que se base en derechos humanos, tomándolo como una condición necesaria para poder frenar la pérdida de la biodiversidad; pero de una de manera equitativa, que además sea eficaz, eficiente y transformadora, y que apunte a lograr sistemas de vida más resilientes, con un enfoque para una sola salud, usando y gestionando los sistemas naturales de manera integral en un planeta compartido. Una sola salud que implica salud ambiental, salud animal y salud humana, nuestra salud, como aspectos inseparables.

Los pueblos indígenas y muchas de las comunidades tradicionales, como parte de la sociedad tienen sus derechos de vivir en un entorno saludable y asegurar sus sistemas de vida. Además, la conservación de la biodiversidad y de la naturaleza se puede lograr en asociación con ellos y así lograr conjuntamente estas ambiciones para lo cual cada vez tenemos más evidencias. Esto solo lo podremos lograr reconociéndolos, respetando sus tradiciones y cultura, y aliándonos a sus liderazgos para poder todos juntos lograr parar la degradación de la biodiversidad e iniciar un proceso que lleve a su restauración con miras a una naturaleza positiva.

Conservar la biodiversidad, detener su pérdida y degradación requiere aliarnos con quienes saben y están en contacto con la naturaleza y así avanzar hacia un enfoque basado en los derechos humanos, y ¿qué es esto?, simplemente que las políticas de biodiversidad, su gobernanza, su administración y gestión se lleven a cabo sin violar ni violentar los derechos humanos, y que los tomadores de decisiones políticas realmente quieran y puedan apoyar y promover los derechos humanos. Y si bien es cierto que tenemos el respaldo constitucional, también es cierto que no pasan de valiosas expresiones que o son difíciles de implementar o bien pasan desapercibidas.

Somos una nación multiétnica, no solo por nuestras nueve naciones que habitan el territorio nacional mucho antes de que Paraguay fuese establecida como Nación, pero además porque en su historia se han asentado y desarrollando comunidades de inmigrantes que fueron interrelacionándose con la naturaleza, aprendiendo de ella y transformándola. En este marco viene un concepto muy especial, el del territorio. En este territorio se debe asegurar una gobernanza equitativa y la consulta previa, libre e informada, debería ser una práctica generalizada hacia las sociedades humanas asentadas en esos territorios, primordialmente con los pueblos indígenas, pero también con otras sociedades humanas que no necesariamente son originarios de dichos territorios.

En este sentido, los derechos consuetudinarios toman mucha relevancia, ese conjunto de normas relativas a la costumbre o tradición, frecuente, tradicional, rutinario de una comunidad, que incorporan conocimiento, ese conocimiento que fue forjado a través de interacciones que tienen la forma de ensayo y error. Esas interacciones con la naturaleza que diferirá si son los Mbya en Itapúa o Alto Paraná en un bosque alto, húmedo, o sean los Ñandeva en Boquerón en un bosque seco, o sean los Yshyro Ybytoso en las márgenes del río Paraguay en el Alto Paraguay.

Los derechos humanos deberían regir todas nuestras acciones, los derechos humanos deberían ser salvaguardados en todas las instancias, y es nuestra responsabilidad como Estado, no solo asegurar que lo que constitucionalmente está mandado, sino realmente asegurar un ambiente seguro, limpio, saludable y sostenible. Estos derechos humanos, como muchos otros, solo pueden lograrse si la naturaleza y la biodiversidad, fuente de salud, inspiración, alimentación, abrigo, y otros, se conserva y prospera.

1 Comment

1 Comentario

  1. Mirta

    9 de enero de 2023 at 08:22

    El derecho a un ambiente sano es un derecho humano reconocido a ni el mundial. Las politicas publicas de los Estados/Nación deberian regir con dicha normas y las ONGs de Conservación deben accionar a favor de la bidiversidad desde una pwrsoectiva biocultural.. sobre todo respetar a los Pueblos y comunidades indigenas comoo SUJETO DE DERECHOS

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