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Opinión

Naturaleza positiva, no la dejemos en manos de unos pocos

En poco más de un mes se llevará a cabo la 15ta. Conferencia de Biodiversidad de las Naciones Unidas (conocida como la COP15) que tendrá lugar en Montreal, con la meta de establecer nuevas metas y desarrollar un plan de acción para proteger la naturaleza en la próxima década y en reconocimiento de la urgente necesidad de que se pare la alarmante pérdida de la biodiversidad a nivel mundial y comenzar su reversión. Esto requerirá una fuerte cooperación y la creación de alianzas, y los Pueblos Indígenas juegan un rol muy destacado, como los guardianes originales de la tierra. Estas metas deberán apuntar a un cambio transformativo para lo cual se necesitará innovación y una contabilidad y valoración acorde para la naturaleza en la que todos los sectores que toman decisiones lo hagan conscientemente. Será un periodo importante, no sólo por este evento, sino por la Conferencia de las Partes para Cambio Climático y también por la Copa Mundial de Fútbol.

Las diferentes partes técnicas a nivel mundial ya han preparado un primer borrador que será puesto a disposición de las Partes, de la cual Paraguay es “parte”, y este borrador o marco como se lo conoce, es una contribución fundamental a la implementación de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible; y también todo progreso en lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible ayudarán a crear las condiciones necesarias para implementar el marco. La  Declaración de Kunming “Civilización Ecológica: la construcción de un futuro compartido para la vida en la Tierra” pone de relieve los hallazgos emanados del último Informe del IPBES, la Evaluación Global sobre la Biodiversidad y los Servicios Ecosistémicos, dejando en claro que el planeta tiene oportunidades ahora más reducidas de mantener un planeta habitable. Y el llamado mundial, del cual no dejamos de ser parte clave hace un llamado urgente a la reparación de daños, a la remediación, con un pedido de urgencia para la adopción de medidas para la restauración de los ecosistemas y comunidades naturales que se encuentran degradadas, y detener los efectos de la degradación de estos ecosistemas; esto permitirá mitigar los efectos del cambio climático, sobre todo mediante la restauración de humedales y ríos, bosques y ecosistemas agrícolas degradados, y esto debe ser iniciado en esta década. El planeta no puede esperar más si queremos mantener sistemas habitables. Las evidencias hablan de que las poblaciones de los animales silvestres se han reducido casi un 70% desde el 1970 y que para el 2050 tendremos más de un millón de especies en peligro de extinción, si no cambiamos el rumbo.

Lo que se avizora y sobre lo que muchas instituciones están trabajando en un urgente plan que apunte a una naturaleza positiva. Y de esto se trata el nuevo marco que se negociará en el COP15, nuestros países deberán debatir y comprometerse a la detención de la pérdida de biodiversidad y comenzar con su reversión. Estas acciones apuntan a que durante la década en la que estamos exista una pérdida neta cero de biodiversidad desde el 2020 y que en el 2030 comience un balance positivo para la biodiversidad que apunte una completa recuperación de la biodiversidad para el 2050. Para que esto se logre, no solo los gobiernos deben comprometerse sino también las empresas, las organizaciones de la sociedad civil, el sector financiero, el sector académico y la sociedad en general. Cada uno de nosotros puede aportar algo, y tenemos la inmensa responsabilidad de que cada uno desde el sector que esté haga un balance hacia la biodiversidad, exigiendo que acciones y productos tengan ese significado intrínseco de naturaleza positiva.

Para entender lo que pasará en la COP15, lo mejor es seguir las negociaciones y pedir rendición de cuentas a quienes participan y toman decisiones. Recordemos que la biodiversidad no es solo el número de animales, plantas y otros organismos vivos, entre los cuales nos encontramos, biodiversidad es eso, pero también la diversidad genética y también el ecosistema, como el conjunto de seres que interaccionan, la definición se hace más compleja y destacada cuando hablamos de la diversidad funcional, ya que este enfoque trata de relacionar todos esos aspectos, clave para entender la relación entre la biodiversidad, la estructura de las comunidades naturales y el funcionamiento de los ecosistemas. Y el Convenio de Diversidad Biológica incorporar esto concepto amplio de biodiversidad, promueve la
sustentabilidad en el uso, y manda a una repartición justa de los beneficios derivados de la biodiversidad. Todo demasiado importante y crucial para nuestra supervivencia como para dejarlo en manos de unos pocos que decidan por todos nosotros.

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