Opinión
Pueblos indígenas, cultura natural y naturaleza cultural
Este pasado 19 de abril conmemorábamos no solo en Paraguay sino en todo el continente americano, el primer Congreso Indigenista organizado hace 82 años en Michoacán, México, en 1940. Este congreso implicó una transformación en la política indígena de las Américas, se abrió un debate y reflexión acerca de la diversidad de situaciones que atravesaban los pueblos indígenas del continente, con sus particularidades nacionales. Y hemos avanzado mucho, hemos legislado, hemos reconocido derechos ancestrales, nos hemos involucrado y nos hemos comprometido; sin embargo, aún estamos lejos de la igualdad que muchos deseamos y aspiramos, lejos estamos de honrar los desaciertos, por ejemplo, en materia de tierras y de derechos hacia la tierra, lejos estamos de asegurarles el bienestar que merecen, y el derecho a muchas áreas que podrían hasta llegar a ser comunes para los no indígenas. Y, ¿qué es ser indígena? Porque muchos se lo preguntan y buscar caracteres físicos y culturales que identifiquen y diferencien al indígena.
Y la realidad es que el ser indígena no depende de características físicas, el fenotipo, ni tampoco la condición social, el ser indígena está en el reconocimiento de una identidad con otros, de una identidad colectiva, construida sobre la base de tradiciones locales y familiares, y constituida sobre tales, que guardan relaciones con prácticas culturales originarias o, en muchos casos, ya transformadas por el contacto con la cultura occidental. Por ello, la clave es la autoidentificación, es decir la afirmación de pertenencia a un pueblo indígena, a ese colectivo con tradición y cultura. Y esa tradición y esa cultura está asociada con el ambiente, con la naturaleza.
Y qué mejor tema que resaltar la cultura que tienen estos pueblos indígenas sobre su naturaleza, y el conocimiento que albergan sobre los elementos naturales, y cómo la naturaleza se ha ido formando alrededor de la cultura, ya que llevamos unos pocos siglos de historia de raíces europeas (desde 1492), pero mucho antes estas culturas, mucho más puras que desde entonces, evolucionaron con su naturaleza, co-evolucionaron (si puede valer el término) adaptándose al ambiente que los rodeaba y también transformándolo.
Los pueblos indígenas o pueblos originarios traen consigo las soluciones frente a muchos de los interrogantes que nos planteamos hoy en día, en especial frente a los desafíos socio-ambientales, los hermanos indígenas tienen una experiencia de relación directa con el ambiente sea en el Chaco Seco en el extremo oeste del territorio o sea en el norteño pantanal o sea en el oriental Bosque Atlántico del Alto Paraná, tres ecorregiones bien diferentes en donde algunas de los 19 pueblos o naciones indígenas del Paraguay han vivido y logrado desarrollar sus modos de vida adaptados a esas realidades. Conocen el ambiente y su cultura ha sido moldeada en esos ambientes, y tenemos allí un cúmulo de conocimientos y experiencias nativas, autóctonas, con soluciones que han logrado obtener basados en esa naturaleza, han aprendido de los mensajes y las señales que la naturaleza les da.
Es por ello que con líderes indígenas, conocedores de sus tradiciones y culturas y conocedores de los mensajes y las señales, estamos captando esa información para que pueda perpetuarse no solo en sus comunidades sino también entre otros miembros de los Pueblos Indígenas y podamos contribuir con políticas públicas, apoyando la perpetuación y la socialización del conocimiento, de aquel conocimiento que se pueda compartir y no esté restringido de uso, y que sirvan a la Nación para su reverdecer económico, para su desarrollo sostenible, armónico e inclusivo. En el mes de junio nos juntaremos en una aty guasu para discutir y compartir estas enseñanzas y buscar formas de poder consolidar este conocimiento y compartirlo.
Mientras la agenda nacional sobre Pueblos Indígenas sigue siendo tarea pendiente, y lo vemos a diario en las calles, debemos todos, como sociedad, apuntar a valorar a estas Naciones Originarias, considerar sus lazos con la tierra y el territorio, aprender de sus conocimientos sobre la naturaleza, y apuntalar un mayor involucramiento e inclusión, que nos consolide como Nación. Los temas indígenas no son solo de un Instituto del Poder Ejecutivo, los temas indígenas son transversales, con pilares claves como son la educación y la salud, pero también productivos, industriales, laborales, una nación con una riqueza lingüística como la nuestra debería tener presente que el guaraní es importante, pero que existen muchas otras lenguas que enaltecen y enriquecen la Nación.
Todos los habitantes deberían tener un conocimiento básico de algunas de las lenguas más comunes en el territorio nacional, como parte del conocimiento que deberíamos tener sobre geografía o historia paraguaya. Una revisión de geonimias en el territorio nacional, nos permitirá rápidamente entender el arraigo y la relación de muchas de estas Naciones con el territorio, con sus espacios estrechamente ligados a su cultura y su naturaleza. Espero que cada 19 de abril podamos celebrar pasos firmes hacia esa agenda inclusiva de un sector largamente desatendido en el Paraguay, nuestra gente nativa, con toda su cultura natural y su naturaleza cultural.
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