“Cateura es un proyecto mal planteado desde el inicio, un crimen ecológico”, dice ingeniero

El vertedero de Cateura, donde van a parar la mayor parte de los desechos del Área Metropolitana, representa un pequeño reflejo de los problemas nacionales relacionados con la gestión de residuos y la pobreza. Este lugar, que desde su origen se concibió como un simple sitio de disposición de basuras, en algún momento se convirtió en un símbolo tanto de los desafíos medioambientales como de la resiliencia y creatividad humana (ya que de allí salieron hasta instrumentos musicales).

Orquesta de Instrumentos Reciclados de Cateura. Cortesía

El lugar que hasta parecía invisible para la sociedad, hoy, con la inaugurada Costanera Sur de la ciudad de Asunción, queda expuesto ante la urbe y recién por ello, se plantea su clausura.

Durante años, el sitio creció de manera descontrolada, convirtiéndose en una montaña de basura que planteaba serios problemas ambientales y de salud pública. La falta de infraestructura adecuada y la escasa gestión de residuos contribuyeron a la contaminación del suelo y el agua, afectando a las comunidades cercanas.

Desde El Nacional, quisimos conocer una visión profesional sobre esta problemática y los trámites de su clausura, es por ello que recurrimos al Ing. Luis Recalde, quien compartió su opinión y conocimientos al respecto.

– ¿Podría hablarnos sobre su posición profesional sobre el cierre de Cateura?

Cateura es un proyecto que desde su inicio fue mal planteado, y realmente su funcionamiento es un crimen ecológico sin lugar a dudas, para ponernos en contexto ya desde el 2003 se anuncia su cierre definitivo, que ya viene décadas atrasándose, entonces, globalmente podemos decir que es positivo, aunque quedan muchas interrogantes sobre si el proceso de cierre cumplirá con estándares mínimos de remediación ambiental.

– ¿Qué solución a mediano y largo plazo debe encarar el municipio sobre las basuras urbanas?

Ningún sistema razonable puede construirse sin una base de separación de residuos en inicio, empezando por ahí, si todos los residuos de un hogar o empresa (papel, plásticos, restos de alimentos, metales, etc.) se mezclan, no podemos decir que esa ciudad tiene una organización mínima de disposición de residuos.

Los residuos son un problema que se tiene que tratar por varias vías”

– ¿Qué solución a mediano y largo plazo debe encarar el municipio sobre las basuras urbanas?

Soluciones integrales o mágicas o existen, los residuos son un problema que se tiene que tratar por varias vías, uno de ellos y el principal a corto plazo es la clasificación y separación, para darle una finalidad adecuada a cada tipo de residuo, a mediano plazo adecuar los vertederos (no solamente de Central, si no es que de todo el país) a un tratamiento adecuado, en Paraguay muchos municipios del interior (En Chaco central, Itapúa y Alto Paraná) están dando pasos en la dirección correcta en forma más acelerada que Asunción y sus vecinos.

– ¿Qué se debe hacer ahora con el lugar que quedó?

Lo ideal sería que quede como un espacio natural, pero para llegar a eso se requiere de un proceso de más de 10 años y la ejecución criteriosa de un presupuesto de más de 40 millones de dólares, todo un desafío para un municipio que batalla cuesta arriba con cumplir las normas más mínimas de cuidado ambiental.

– ¿Cuáles son las exigencias y normas modelo respecto al tratamiento de desechos?

Lo mínimo que podemos hablar es de que los elementos más peligrosos (metales pesados, lixiviados y organismos patógenos) no sean liberados al ambiente, a partir de eso, hay otros pasos positivos como el desarrollo de una cadena de valor con base en la recuperación y el reciclado de materiales de desecho, en la región tenemos buenos ejemplos en Brasil y Argentina, que en muchas ciudades están generando cadenas de valor importantes donde las personas que en Paraguay llamamos gancheros y carriteros, que en realidad son trabajadores informales y marginalizados del reciclaje, son organizados y potenciados, a través de esta formalización se les permite pasar a trabajar por un ingreso digno en condiciones de trabajo humanas.