Golpeteando en los bosques: el carpintero real

POR Alberto Yanosky

Biólogo y conservacionista.

Gracias a una bella foto de Rebeca Irala Melgarejo, creí oportuno hablar de un ave muy particular a la que solemos identificar por el golpeteo o tamborileo que se oye cuando está “martillando” las cortezas de los árboles en búsqueda de alimento. Se trata del pájaro carpintero o simplemente carpintero real, también conocido como carpintero de garganta estriada o carpintero listado, cuyo nombre científico es Dryocopus lineatus. En guaraní se lo conoce como ypekũ akã pytã, o carpintero de cabeza roja. Este carpintero tiene una amplia distribución desde México hasta Argentina, y en ese rango muestra una gran variabilidad de formas en las que se presenta, con reconocimiento científico de tres subespecies que están geográficamente identificadas. Estas variaciones se dan por la coloración y algunos aspectos morfológicos dentro de su rango de distribución.

Los adultos son muy oscuros, prácticamente negros, en sus partes superiores, con un penacho de plumas rojo muy notorio en la cabeza y franjas blanquecinas que van de la base del pico por el cuello hasta los hombros; las partes inferiores son blanquecinas y densamente veteadas con listas negras. Cuando vuelan muestran la parte inferior blanca de las alas, lo que permite identificarlos. Los machos adultos presentan un listado rojo en la mejilla y en su frente. Además del tamborileo que hacen ambos sexos mientras buscan su alimento, también el carpintero real emite una vocalización bien característica. Esta especie fue descrita hace muchos años, en 1766, por el padre de la taxonomía (o clasificación) de los seres vivos, Carlos Linneo. Si bien el nombre de Dryocopus es posterior a la denominación de Linneo, este nombre tiene su origen en el idioma griego, y surge de la combinación de árbol o madera (dryo – drus) y golpe (copus – kopos), mientras que el epíteto lineatum hace referencia a sus rayas, coloración rayada.

La muda, es decir, la renovación de la “vestimenta” o plumaje, ocurre después del período de anidación. Sirven de alimentos a otras aves, mamíferos, reptiles, entre otros, ocupando un rol muy particular en la naturaleza, ya que golpetean y descortezan los árboles en búsqueda de su alimento, jugando un rol en el control de plagas. Su dieta consiste principalmente en insectos como escarabajos, hormigas, polillas y gorgojos, y larvas, que se extraen de los troncos de los árboles y las ramas grandes después de “escarbar”, generalmente del lado derecho al izquierdo. Se los ha visto también ingerir semillas y frutos. Si bien este comportamiento es en última instancia indicativa de una preferencia por los bosques primarios, los pájaros carpinteros reales se pueden observar simplemente recorriendo caminos de tierra que te lleven por un buen hábitat. Hay varios estudios que demuestran su gusto por los bosques “riparios”, es decir, los bosques asociados a los cursos de agua, bosques que existen en las riberas de los ríos. También la especie se registra en parques en zonas urbanas.

Ese buen hábitat debe contener árboles, ya que son su fuente de alimento, pero gusta de los bordes de las zonas boscosas y también utiliza los árboles de zonas abiertas. Es más vocal en épocas reproductivas y parece estar más silencioso durante el resto del año. Para reproducirse elige un árbol en donde ambos sexos eligen o excavan un hueco para hacer su nido, si bien esta especie y sus parientes parecen preferir árboles muertos, o viejos, o defectuosos, sus nidos pueden estar entre los 2 y más de 20 metros de altura. Ambos construyen, excavan la madera, si es que no encuentran huecos existentes que consideren pertinentes, y también ambos sexos incuban los huevos y alimentan las crías. El cuidado parental de la progenie también se lleva a cabo tanto por hembra como por el macho. La alimentación en general y en particular durante el período de cría se da en las tres primeras horas del amanecer y atardecer.

Hoy se conoce que la pareja que está alimentando a sus crías necesita un área de “campeo” (así nos referimos a la superficie que necesita para vivir una especie en la naturaleza y llevar a cabo sus actividades) de unas 56 hectáreas, esto no muestra la necesidad de hábitat de una calidad aceptable para que se pueda conservar la especie. Si bien el carpintero real no está amenazado de extinción y se cree que sus poblaciones están estables, debemos mantener actualizada la información, ya que su dependencia de árboles y del bosque y de un estado en particular, podría ser la razón para una rápida disminución de su estado de conservación.