Las polillas, mariposas menospreciadas

POR Alberto Yanosky

Biólogo y conservacionista.

La profesora Lidia Pérez de Molas me compartía unas muy inspiradoras fotos de mariposas nocturnas o polillas, esas mariposas que normalmente las vemos posadas y casi no vuelan, ya que cuando las vemos durante el día, no están activas. O las vemos a la noche acercarse a las zonas donde haya luz. Algunas de estas fotos ilustran este artículo para compartir con ustedes una pequeña muestra de esta importante biodiversidad que no conocemos mucho o pasa desapercibida o inclusive hasta las tememos. Como ya habíamos escrito sobre las mariposas y sus orugas, mucho de lo dicho se aplica aquí también, ya que estas también son lepidópteros, y despiertan gran interés debido a su papel como polinizadores, su diversidad y su relevancia en los ecosistemas, como por ejemplo para controlar la abundancia de plantas y otros insectos. Es clave que podamos comprender su historia natural, su ecología, diversidad y la
necesidad de conservar estas especies.

Estas mariposas tienen una increíble variedad de colores y patrones, las polillas y mariposas nocturnas son realmente sorprendentes, ya que pueden presentar una amplia gama de tonalidades y diseños únicos, gracias a las alas membranosas cubiertas de escamas. La diversidad de estos insectos también se refleja en sus hábitos alimenticios, algunos se alimentan del néctar de las flores, mientras que otros son polinizadores o se alimentan de frutas en descomposición y materia orgánica. Además, la diversidad de estas mariposas les permite ocupar diferentes hábitats, desde bosques tropicales hasta desiertos, adaptándose a los diversos ecosistemas de todo el mundo. Y sí, inclusive dentro de los armarios para afectar las ropas o en comida descuidada dentro de nuestros armarios. Pero bueno, son las cuestiones que tenemos que aprender a manejar para poder convivir con nuestros compañeros de la biodiversidad.

Copaxa flavina. Foto: Lidia Pérez de Molas.

La conservación de las polillas o mariposas nocturnas está tomando cada vez más importancia debido a la disminución de sus poblaciones en todo el mundo, y para evitarlo, es necesario tomar medidas de conservación adecuadas. Una de las principales acciones que se puede llevar a cabo es la protección y preservación de su hábitat natural, por ejemplo en unidades de conservación, y esto implica la conservación de los diversos tipos de vegetación que las polillas necesitan para alimentarse, reproducirse y completar su ciclo de vida. Además, es fundamental reducir el uso de pesticidas y químicos agrícolas que pueden ser perjudiciales para estas especies. Es cierto que algunas orugas y adultos pueden ser perjudiciales para ciertos cultivos, pero debemos enfocarnos en una solución específica. La implementación de prácticas agrícolas sostenibles y amigables con el ambiente puede ayudar a minimizar los impactos negativos en las poblaciones de estas mariposas nocturnas. Asimismo, es importante promover la educación y conciencia sobre la importancia de estas especies, para fomentar su protección y conservación.

Calpodes ethlius en inflorescencia de Cirsirum vulgare. Foto: Lidia Pérez de Molas.

La colaboración entre científicos, conservacionistas y comunidades locales también es fundamental para el desarrollo e implementación de estrategias efectivas de conservación. En resumen, la conservación de las mariposas nocturnas requiere la protección de su hábitat, la reducción de pesticidas y químicos agrícolas, la promoción de la educación y conciencia, y la colaboración entre diferentes actores involucrados en su conservación. Si bien las áreas protegidas o unidades de conservación son importantes, los espacios entre ellas son claves, por ello los corredores de conservación o biológicos, para asegurar que en esos espacios entre las áreas protegidas se promuevan prácticas sustentables que nos permitan compartir el ambiente.

Y quisiera tomar el tema de educación y conciencia, ya que con este increíble grupo de la biodiversidad mundial en general y en nuestros territorios, tenemos una falsa creencia popular que una de estas mariposas nocturnas es la famosa ura. Se cree que la mal llamada “ura” Ascalapha odorata orina sobre la piel de humanos y animales, y deja gusanos que luego ingresan a la piel a través de las picaduras. Si bien es cierto que esta afección existe (y alguna vez tuve 12 en la cabeza) no es esta mariposa la que lo causa sino una “mosca” conocida científicamente como Dermatobia hominis. Así que aquí hay un tema de educación en general, ambiental en particular y concienciación. Lo cierto es que parece que esta mariposa mal llamada “ura”, también se la conoce como mariposa de la muerte, negra, muertera o ratón viejo, seguramente por su aspecto lúgubre (para algunos, una apreciación), e inspira en muchas culturas temor, miedo y así se han creado supersticiones, se la asocia con la muerte, la desgracia, el mal agüero y la tragedia, creencias muy alejadas de la realidad, ya que la mariposa es completamente inofensiva.

Para saber de qué especies se trata debemos siempre contactar con especialistas, en este caso Sergio Ríos asesoró a Lidia Pérez y confirmé las especies con Bolívar Garcete, así que a ambos nuestros agradecimientos por el acompañamiento y las instrucciones. Por ejemplo, Calpodes ethlius técnicamente no es una polilla, es una mariposa diurna de la familia de las Hesperiidae, y sus antenas tienes un gancho al final. Copaxa flavina es una mariposa muy bella de la familia de las Saturniidae con un color muy llamativo que difícilmente nos haga equivocar y con algunos detalles como los de la foto que llaman la atención, perfecciones de los biodiseños. La polilla Dysdaemonia fosteri es otra especie de Saturniidae común en los diferentes ambientes y que adopta diferentes colores. La mariposa nocturna Protambulyx stigilis es quizás una de las frecuentemente atraídas por las luces. Todas forman parte de estas criaturas mayormente nocturnas y que cumplen un destacado rol en la naturaleza, deberíamos conocerlas y protegerlas, asegurando que tienen espacios naturales para guarecerse, y plantas adecuadas para alimentarse y dejar una descendencia que perpetúe a estas especies.

Protambulyx strigilis. Foto: Lidia Pérez de Molas.