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El liderazgo de Edna Armendáriz: una inspiración sobre equilibrio personal y profesional

Edna Armendáriz, representante del Banco Interamericano de Desarrollo en Paraguay. Foto: Gentileza.

Edna Armendáriz, representante del Banco Interamericano de Desarrollo en Paraguay. Foto: Gentileza.

En el ámbito mediático son innumerables las historias de mujeres líderes que se destacan y es que, en un mundo donde los cargos estratégicos siguen estando dominados por el género masculino, hace que cada caso de éxito femenino resalte como manera de inspirar a otras, especialmente a soñar y a no renunciar a esa meta anhelada, que rompa estereotipos y demuestre la capacidad de igualdad profesional.

Una de estas personas en el ámbito corporativo es la economista Edna Armendáriz, representante en Paraguay del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), quien durante una entrevista exclusiva con El Nacional, señaló los aspectos más resaltantes de su carrera, así como el importante secreto de éxito que comprende combinar esta importante posición ejecutiva, junto a su vida personal.

Para Armendáriz, la educación de las niñas es clave para lograr el anhelado empoderamiento, que posteriormente las ayuda a su desarrollo socioeconómico y libertad financiera. Esto, sin olvidar la importancia de poner el foco en cambiar ciertas normas culturales y los estereotipos que se deben analizar para el desarrollo de las mismas.

¿Podría contarnos sobre su vida profesional y cuál fue el camino para encontrar el liderazgo dentro de una institución como el BID?

Mi formación académica ha sido clave para mi desarrollo profesional y sin duda me abrió oportunidades laborales. Estudié la Licenciatura en Economía en México y luego obtuve el Doctorado en Economía internacional en la Universidad de Cambridge en el Reino Unido. Entre las instituciones donde he trabajado, destaco la Secretaría de Hacienda y Crédito Público en México, el Fondo Monetario Internacional y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), donde he trabajado en los últimos 16 años. Mi formación académica y experiencia profesional acumulada con el paso de los años me ha permitido tener movilidad dentro de la institución horizontal y verticalmente. A lo largo de mi carrera, he trabajado en diferentes departamentos y he tenido promociones basadas en desempeño, contribuyendo al desarrollo de América Latina y El Caribe desde distintos frentes.

¿Es complejo para usted el balance entre su vida profesional y personal?

Los retos en el equilibrio de la vida profesional y personal son compartidos. Mi esposo también trabaja y compartimos el cuidado de mi hija, lo cual es importante para el balance. Me siento afortunada porque también tengo ayuda en las labores del hogar en Paraguay, no era el caso en los Estados Unidos. Trato de buscar tiempo para hacer ejercicio y leer libros de ciencia ficción. El pasatiempo familiar es la equitación.

¿Cuál considera que es el motor para lograr el empoderamiento de las mujeres?

La educación de las niñas y jóvenes es fundamental para desarrollar su potencial y empoderarlas desde una etapa temprana. También considero crucial abordar las normas culturales y estereotipos de género en la sociedad que perpetúan la desigualdad en la región. En particular, los estereotipos que se introducen desde la niñez se refuerzan durante nuestras vidas y se pueden convertir en una profecía autocumplida. Al respecto, me gustaría compartir un video creado por el BID, denominado “Yo también quiero ser ingeniera: cómo incentivar a más niñas a interesarse en ciencia y tecnología”. Clic aquí para verlo.

¿Con qué acciones considera usted que puede inspirar liderazgo a su equipo?

En la oficina del BID en Paraguay tenemos una comunicación abierta: en particular, escucho cercanamente al equipo y reconocemos los resultados del trabajo durante el año. El 50% de los empleados son mujeres en todos los niveles profesionales. Estos tiempos requieren el mejor talento y evitar los sesgos de nuestras culturas. En general, me parece importante dar espacios y motivar a las mujeres a que opinen y visibilicen su trabajo. También darles la oportunidad de llevar adelante iniciativas propias y novedosas. Por otro lado, formo parte del programa de mentoría del Banco en el que soy mentora de una profesional durante un año, e incluso realizo mentorías informales a jóvenes profesionales.

¿Qué frase resumiría mejor su enfoque profesional frente a los desafíos que tienen las mujeres en cargos ejecutivos?

El enfoque está basado en potenciar el gran talento de la institución, generando un entorno de confianza y colaboración que nos lleve a resultados con impacto. Las habilidades blandas se vuelven tan importantes o más que las habilidades técnicas conforme rompemos el techo de cristal.

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