Animales en las aguas que nos indican calidad

POR Alberto Yanosky

Uno de los temas que siempre me gusta resaltar es esa relación entre la biodiversidad y nuestras vidas, nuestra calidad de vida. Esto ya sea porque las consumimos como alimentos o la utilizamos con otros fines como para vestirnos, curarnos, adornarnos, o bien por el servicio que nos proveen, como por ejemplo la polinización; qué haríamos sin esos animales que ayudan a polinizar las plantas para que luego podamos consumir sus frutos y semillas. Pero hoy quisiera comentar sobre un aspecto poco conocido y tiene que ver con unos “bichitos” que habitan ambientes acuáticos y nos dicen siempre algo, si están o no están también.

Larva de libélula (Coenagrionidae). Foto: Cris Báez.

Todos sabemos que existen unos indicadores físicos y químicos que miden la calidad del agua, pero pocos saben que existen unos parámetros biológicos indicados por elementos de la biodiversidad del grupo de los invertebrados y que por ser visibles e identificables a “relativa” simple vista se usan para indicar calidad. Estos invertebrados, por ser “grandes” en tamaño, son llamados macroinvertebrados y es tal la diversidad y la cantidad de diferentes especies que normalmente se buscan y caracterizan por familias.

Caracol manzana. (Ampullaridae). Foto: Cris Báez.

Existen indicadores por la presencia de ciertas familias que si están nos dan pautas de buena o mejor calidad del agua, y que, si no están, entonces debemos tratar de entender qué está pasando por la ausencia de dichas especies. Y en los últimos años he podido trabajar con ciertos especialistas, con un rol mío más de apoyo y coordinación que en identificación, ya que se requiere conocimiento, experiencia y mucha actualización. Requiere de destrezas para muestrear el agua y saber dónde buscar, como así también en qué condiciones atmosféricas (por ejemplo, lejos de momentos en que haya llovido). Y gracias al apoyo y acompañamiento de Cristhian Báez es que he ido pudiendo acompañar estos procesos y entender mejor esta biodiversidad.

Coleóptero, escarabajo adulto. (Noteridae). Foto: Cris Báez.

Cristhian no solo me ha permitido acompañarlo y muestrear con él, sino también invertir tiempo en procesar la búsqueda de estos macroinvertebrados en las muestras, trabajo un tanto tedioso y que requiere buena vista y mucha paciencia. Lo tedioso se recompensa con los hallazgos que uno hace en esas muestras, entre raíces y hojas. Cris no solo ha muestreado diferentes lugares del país, sino que ha formado parte de un equipo multidisciplinario, lo que permite entender, a través del intercambio con colegas de otras especialidades, el rol que tienen estos invertebrados en el ambiente, por ejemplo, sirviendo de alimento a otros animales, tales como peces, anfibios, reptiles, aves y mamíferos, o aportando nutrientes al alimentarse de materia orgánica, o controlando a otras especies de las cuales se alimentan, no solo invertebrados sino también la vegetación.

Chinche de agua. (Belostomatidae). Foto: Cris Báez.

Al ser estos elementos de la biodiversidad sensibles a los cambios en la calidad del agua, nos indican la salud de los ecosistemas acuáticos; y las diferentes especies de macroinvertebrados tienen diferentes niveles de tolerancia a la contaminación, así, por la presencia de invertebrados efemerópteros y plecópteros nos indica que son aguas limpias y saludables, mientras que otros como mosquitos y gusanos, muchas veces sugiere mala calidad del agua, ya que son tolerantes a la contaminación. La abundancia y diversidad directamente impacta en la salud y productividad de los niveles tróficos más altos en las cadenas alimenticias. También muchos de estos invertebrados son filtradores y en ese rol limpian las aguas al remover contaminantes y sedimentos del agua.

Camarón de agua dulce (Palaemonidae). Foto: Cris Báez.

Algunos de los macroinvertebrados que se nos comparte en las fotos de Cristhian y que nos dan indicaciones de la calidad de las aguas de nuestros ambientes acuáticos son el caracol manzana de la familia de los ampuláridos, o el camarón de la familia de los palemónidos, o la chinche o cucaracha gigante de los belostomátidos, o los cangrejos de la familia de los tricodáctilos, o la frigánea que es un tricóptero. Todos estos grupos tienen unos nombres científicos que los castellanizo (por ejemplo, cuando digo tricóptero en realidad me refiero al nombre oficial de Trichoptera. No solo son los adultos los que indican cuestiones de calidad de agua, sino que muchas larvas y sus diferentes estadios larvarios de muchos macroinvertebrados son claves. Estas larvas tienen diferentes roles y características que pueden ir variando en los diferentes estadios y no necesariamente similares cuando son adultos, así que solo por mencionar algunas larvas, las de los escarabajos buceadores (de la familia ditíscide) o las libélulas o caballitos del diablo, de la familia coengariónide y libélulide).

Cangrejo de la familia Trichodactylidae. Foto: Cris Báez.

Muchas veces pasan tan desapercibidos que existen especies que colonizan nuestros ambientes, pero no son nativos, como el caso que se ilustra de un trozo de colonia de mejillón dorado, especie exótica invasora que debemos tratar de controlar, ya que exterminarla de nuestros ambientes será difícil. Este mundo de los macroinvertebrados es fascinante como todo lo que compone la biodiversidad, encontrarlos siempre nos dice algo y con base en la presencia de ellos y su abundancia se han desarrollado índices que los investigadores y los administradores de la vida silvestre tienen en cuanto para evaluar el estado ambiental.

Larva de escarabajo buceador. (Dytiscidae). Foto: Cris Báez.

Finalmente, nuestras acciones de cambio en el ambiente seguramente están haciendo desaparecer a todos estos elementos de la biodiversidad que cumplen roles extremadamente importantes, y al no ser tan visibles, no nos percatamos de su desaparición, lo que atenta siempre contra nuestra calidad de vida.