Salud mental y las fiestas: “El mundo no va a terminar, solo el año”

Empezamos las últimas siete semanas del año 2023. Los meses de noviembre y diciembre están caracterizados por la carga de actividades sociales, los últimos exámenes escolares y cierres laborales. Esto genera caos vehicular, personas estresadas que reaccionan ante mínimos estímulos con agresividad, cansancio mental y físico, entre otros.

No solo esto genera una serie de situaciones incómodas, sino que la tasa de personas que toman la drástica determinación de acabar con sus vidas, va en aumento. De acuerdo con los datos proveídos por la Policía Nacional, solamente en una semana, fueron 19 personas que fallecieron por esta causa, demostrando que la situación de estrés es un desencadenante de la depresión que toma mayor fuerza hacia fin de año.

Depresión y alcoholismo. Foto: Fromm Bienestar.

Ante esta situación, El Nacional recuerda la entrevista realizada a la profesional en psicología, Lic. María Elisa Sosa, sobre las recomendaciones que tiene para afrontar estas fechas.

“Un poco de estrés es positivo, pero se vuelve un problema cuando nos incapacita”.

“El estrés es una respuesta del organismo para hacer frente a situaciones cotidianas que nos pone en modo de alerta para que podamos responder a estas. Un poco de estrés es positivo y necesario para reaccionar adecuadamente a los distintos escenarios de nuestra vida”, explicó.

No obstante, esta situación se vuelve un problema o algo negativo cuando nos incapacita y no podemos actuar ante dichas situaciones estresantes, por lo cual es importante identificar cuáles son las principales fuentes que más nos afectan.

“A fin de año sentimos el peso de todo lo acumulado a lo largo del mismo y muchas veces se vuelve imposible poder lidiar con todas las responsabilidades. A eso, se suma el trabajo de los padres de familia, en su mayoría las madres que deben juntar el trabajo con las actividades académicas que requieren de horarios extracurriculares”, detalló.

La recomendación de la profesional es poder elegir las actividades y negarse cuando se siente que no se podrá cumplir o que, la asistencia se convierta en un estrés. “Lo principal es no culpabilizarnos de no poder con todo y utilizar una palabra que a veces nos cuesta mucho: el NO, es un ejercicio que debemos practicar y elegir lo que realmente nos hace bien y es más prioritario en nuestra vida”, destacó.

“El cierre de nuestro año debe ser un balance de lo bueno y lo malo en donde debemos ser amables con nosotros mismos y valorar y premiarnos por todo lo logrado y no dejar que las equivocaciones que podamos tener nos nublen todo lo positivo que alcanzamos”, finalizó la entrevistada.