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Denuncia de posible “publicidad engañosa” en libro recientemente lanzado

"M. Washburn et la conspiration paraguayenne", París, 1868

"M. Washburn et la conspiration paraguayenne", París, 1868

Los investigadores de historia, José Luis Martínez Peláez y José Samudio Rodríguez, acercaron a nuestra redacción la denuncia que ambos presentaron a la Sedeco (Secretaría de Defensa del Consumidor) “por supuesta infracción a la Ley 1334/98 de Protección al consumidor y al usuario”, argumentando que el libro recientemente lanzado por la historiadora Noelia Quintana Villasboa, titulado Washburn y la conspiración paraguaya, contiene irregularidades.

Según los denunciantes, tales irregularidades “atentarían contra los derechos del consumidor” ante lo que ambos califican como “publicación engañosa”. Los investigadores explican que “la obra es una reedición y traducción al español, con introducción de la autora, del libro que en 1868 publicó en París la Imprenta de Dubuisson et Cie, en lengua francesa, y con el título M. Washburn et la conspiration paraguayenne”.

Según detallan Martínez Peláez y Samudio Rodríguez, la denuncia desarrolla varias cuestiones: “La primera indica que la autora, que también hace de traductora, adjudica la autoría de la obra en francés al cónsul de Francia en Paraguay durante la Guerra de la Triple Alianza, Paul Cuverville, y afirma que fue escrita en el Paraguay por el diplomático durante todo el tiempo que duró la conspiración contra el mariscal López, de la que fue testigo ocular. Pero ni en la portada ni en el prólogo del original, en formato papel, aparece nombre de autor alguno, por lo que la obra –de esta manera– no dejaría de ser un simple panfleto anónimo”, afirman.

Los denunciantes presentaron un acta notarial con una imagen de la portada y del prólogo del original en francés depositado en la Biblioteca Nacional, que no exhibe nombre de autor. Asimismo, adjuntaron la respuesta dada por la Secretaría Nacional de Cultura, visible en el Portal de Trasparencia del Estado, al requerimiento de los investigadores, manifestando que, “siguiendo las normas de catalogación internacional, la Biblioteca Nacional no ha encontrado al autor en los datos que aporta la obra, por lo cual en la ficha de descripción del documento aparecen las siglas S/D (sin datos) y que el nombre de Cuverville, presente en la leyenda descriptiva, aparece solamente vinculado a la obra, lo que no supone que sea necesariamente el autor”, según explican.

La segunda cuestión –también consignada en el acta notarial– se refiere a “significativas alteraciones del original en francés”. Según Martínez Peláez y Samudio, “por un lado, se adicionó arbitrariamente la firma de Cuverville al prefacio de la traducción al español, cuando que en el original no figura tal firma y con ello el lector supone que el autor es efectivamente el cónsul de Francia, escribiendo la obra en Paraguay”. Asimismo, señalan en la denuncia que “en tres de los más importantes portales de bibliografía del mundo, World Cat, Universidad de Harvard y la Biblioteca Nacional de Francia, la obra traducida no identifica a Cuverville como su autor; incluso, en algunos casos, identifican equivocadamente a Washburn, cuando que este ministro americano solo es parte del título de la obra”.

Y continúan: “Por otro lado, y no menos grave, se desvirtuó la traducción de la frase original ‘nouvelles arrivées du Paraguay’ (noticias llegadas del Paraguay), publicándola en español como ‘recién llegados a Paraguay’ (p. 27), lo que –por el trastrocado de la preposición francesa du (‘de’) por la española ‘a’– induce a error al lector, que así entiende que el autor de la obra se encuentra en Paraguay, cuando por la correcta traducción todo indica que se halla fuera de Paraguay, que no era el caso de Cuverville, que llegó a nuestro país en octubre de 1867 y se retiró a mediados de 1869. Otras frases, esta vez correctamente traducidas (pp. 28, 30 y 31) indican claramente que el autor del original se halla en Europa al momento de redactar la obra, lo que desestima totalmente la autoría de Paul Cuverville.

Una de ellas es un claro ejemplo: ‘el trasatlántico siguiente trajo a Europa’ (sic), que supone que la historiadora no realizó el análisis gramatical de la frase, así como de la que dice ‘el Wasp subió el río sin obstáculos y fue hasta Villeta desde donde trajo de vuelta al Sr. Washburn’ (sic). El sentido aplicado al recorrido de estas naves dice claramente que el redactor no está en Paraguay”.

Martínez Peláez y Samudio afirman que “en el contenido de la traducción se lee que se trata de un anatema contra el ministro americano en Asunción, Charles A. Washburn, como cabeza de la conspiración, pero al mismo tiempo se aprecia que en el texto se niegan las torturas en general y los fusilamientos de paraguayos como José Berges, y de extranjeros como De las Carreras y Leyte Pereira, en el recordado caso de la conspiración investigada por los Tribunales de San Fernando, por lo que no se descarta que se trate de una apología de la benevolencia de Francisco Solano López con respecto a la vida de los conspiradores, en momentos en que arreciaba una campaña aliada contra el Paraguay y su presidente en Europa por estos sucesos”.

Los investigadores señalan en su denuncia que “con estas irregularidades se lograría cambiar el sentido de la obra y su contexto general, al solo efecto de adjudicarla a un protagonista real de aquella guerra, caracterizado por su declarada simpatía por el gobierno de Solano López”. Manifestaron que “es muy probable que se trate de una de las tantas obras anónimas que la Legación Paraguaya en París, a cargo de Gregorio Benites, acostumbraba publicar en la Imprenta Dubuisson et. Cie, que coincidentemente es la misma editora del original traducido”.

Samudio y Martínez Peláez refieren que cuentan con un correo electrónico de Thomas L. Whigham, profesor emérito de la Universidad de Georgia y autor de varios libros sobre la Guerra Guasu, “que indica que en la próxima obra que publicará sobre el libro de Porter C. Bliss –que también es un anatema contra Washburn escrito en 1868 para complacencia del Gobierno paraguayo– incluirá datos sobre una carta de Gregorio Benites a uno de los publicistas franceses de la causa paraguaya, Benjamín Poucel, donde consta que la obra en francés objeto de la traducción de la licenciada Quintana fue subvencionada por la Legación del Paraguay en París, por lo que quedaría claro que se trata de un panfleto, a modo de propaganda de guerra, para desacreditar las acusaciones públicas que en el extranjero realizó el ministro americano Washburn –una vez que abandonó el país– sobre los sucesos ocurridos en la retaguardia paraguaya, contra connacionales y extranjeros, durante aquellos procesos judiciales”.

Los investigadores dejaron a cargo de la Sedeco el estudio de la denuncia “para dilucidar el caso a la luz de los artículos 6, 8, 14 y 35 de la Ley 1334/98, toda vez que se trata de un asunto de interés y protección general del público consumidor, consagrado por las leyes de la Nación”, finalizaron. Copias de la denuncia fueron entregadas a la Secretaría Nacional de Cultura y a la Academia Paraguaya de la Historia.

5 Comments

5 Comentarios

  1. Lalo Rosa

    3 de octubre de 2023 at 18:28

    En otras palabras,según la denuncia,nos quieren vender Yryvu como gallina negra

    • Ricardo Candia

      4 de octubre de 2023 at 20:36

      Lo que se debe investigar es la denuncia de la Magister Noelia Quintana, sobre la aparicion de personas innominadas en al Bibioteca Nacional, haciendo desaparecer el nombre del frances al que se refiere. Pero lo mas notable de estas denuncias,k es que lo escrito en el libro referido, COINCIDEN plenamente con los hechos. No se puede tapar los rayos del sol, con los dedos.!Y es mas, la denunciada cerco a este diario un escrito de 132 hojas, probando las falacias de estos dos personajes coinocidos. Porque el diarioi no publica esos escritos?

  2. Arnaldo

    3 de octubre de 2023 at 21:35

    Y saltan los envidiosos a criticar, kuña’i.

  3. Rafael

    4 de octubre de 2023 at 20:59

    Según escuché, este medio no le ha dado derecho a réplica a la profesora de historia, o sea que le dio más importancia a dos que tocan de oído que a una profesora.

  4. Fabiola Uriarte

    24 de enero de 2024 at 17:07

    Por favor si la denuncia hecha por los senadores norteamericanos en el interrogatorio enfrentado entre ambos embajadores tanto Wahsburm contra MacMahom, donde los confrontan con 80 preguntas desde el senado en W.D.C. sale a la luz la falcedad de las declaraciones de Washburm, pues el Gral MacMahom demuestra con pruebas que muchos de los mencionados como fusilados, seguian bien vivos.
    Una payasada mas de estos dos impresentsbles tanto martinez Pelaez como el subyecto Samudio Rodriguez, ignorantes de cuestiones historicas reales y que hacen de jueces culturales de la hiatoria del Paraguay. Verdaderos delincuentes seriales que desde hace 10 años siguen con esta delicuencial manera de manejar la verdad de nuestra história !!!

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