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Los nidos de avispas “kavichu’i”

Nido de avispas. Foto: Lidia Pérez de Molas.

Nido de avispas. Foto: Lidia Pérez de Molas.

En el 2021 publicaba un artículo sobre las avispas, temibles en nuestro entorno, pero qué haríamos sin ellas en la naturaleza. En esta oportunidad, por unas destacadas fotos de nidos de avispas que tomara la profesora Lidia Pérez de Molas y el acompañamiento técnico del apreciado Bolívar Garcete, es que me animo a retomar y profundizar el tema, sencillamente compartiendo con los lectores, lo que Bolívar nos enseña, y por supuesto la motivación de las fotos que tomara la Profesora Lidia en sus tareas de campo. Recordemos que las avispas cumplen un rol importantísimo en la naturaleza y en nuestras vidas urbanas y suburbanas, ya sea porque acarrean el polen de las flores mientras las visitan o porque son depredadoras, sea por una u otra, contribuyen con la polinización o bien se encargan de mantener los niveles poblaciones de varios insectos entre ellos muchos que son dañinos para la agricultura, la horticultura y otras instancias productivas. Recordemos que la familia de las avispas, los véspidos, contienen unas 300 especies conocidas para Paraguay y un poco más de 70 especies son avispas sociales. El resto son las avispas solitarias, entre ellas las alfareras, las del polen y otras. Las avispas sociales viven en un grupo colaborativo donde hay una separación en castas definida por la capacidad
reproductiva y el rol que cumplen en su nido.

kavichu’i. Foto: Lidia Pérez de Molas.

Las avispas a veces nos fascinan con sus comportamientos, o con sus colores, o con sus nidos que es lo que quiero profundizar hoy. Sus nidos, como habrán visto son muchos de barros, a veces su ubican dentro de troncos, pero algunas de ellas tienen una increíble habilidad para trabajar el barro (las conocidas como alfareras) o “masticar” fibras vegetales y hacer unos nidos que parecen hechos de cartón, por lo que son excelentes procesadores de celulosa. A estos nidos los encontramos en el suelo, o en los árboles, pero también en nuestras casas, parece que los aleros y vigas de nuestras casas son excelentes hábitats para hacer sus nidos.

Hay una especie que se conoce con el nombre de kavichu’i chaqueño, científicamente es Polybia ruficeps, que se diferencia de la especie que habita la región oriental porque tiene la cabeza roja, mientras que las orientales tienen cabeza negra con manchas amarillas. Siguiendo con los aportes de Bolívar, los kavichu’i hacen nidos “de papel o cartón maché”; las obreras elaboran el material de construcción masticando madera y reduciéndola a pequeños fragmentos que mezclan con su saliva. Estas especies suelen almacenar alimentos en sus nidos, visitan elementos que tienen sustancias azucaradas como néctar o secreciones de nectarios extra florales o excretas de pulgones y cochinillas, y guardan parte de ese líquido dulce en algunas celdas de su nido. Y es importante notar que ese líquido se mantiene como néctar porque no cambia su constitución, no se desdobla ni se espesa para transformarse en miel.

Kavichu’i. Foto: Lidia Pérez de Molas.

Además, suelen guardar en sus nidos individuos de hormigas reproductoras, que en la época de producción (septiembre u octubre) vuelan en grandes cantidades, así que estas avispas aprovechan la abundancia de “alimento” y fáciles de cazar, para acopiarlas en sus nidos. Para ello no solo las duermen o matan con un aguijonazo, sino que les arrancas las alas para que no ocupen espacio extra en sus nidos, pero no las conservan en las celdas sino en el espacio entre panal y panal en alguno de los pisos del nido. Las presas principales son las orugas, de las cuales ya hablamos, que cazan en cantidad para llevarlas a sus nidos y alimentos a las larvas, sus hermanas que están desarrollándose en el nido. ¿Hermanas? Claro, son larvas hermanas porque las que salen del nido son obreras estériles y tanto ellas como las larvas son hijas de una o varias reinas que pueden habitar el nido. ¿Reinas? Y sí, siguiendo con las enseñanzas de Bolívar, estas avispas pueden tener varias reinas, no como las abejas que solo tienen una. Los kavichu’i tienen varias reinas que conviven sin mayores problemas en el nido, y además, casi no se distinguen de las obreras, a excepción de que por un lado no salen del nido a trabajar y tienen ovarios más desarrollados.

Estos nidos son redondos o cilíndricos, formados por varios panales uno sobre otro y rodeados por un envoltorio que los aísla del exterior. Este envoltorio puede ser más o menos fino, o muy grueso como en la especie chaqueña, e incluso estar cubierto de falsas espinas en otra especie de kavichu’i, la Polybia scutellaris, que es una especie que habita las pampas.

Toda avispa social, defiende su nido, como lo hacemos nosotros con los nuestros, ¿verdad? Y en el caso de esta especie de avispas, pero hacen señales antes de atacar, empiezan a salir del nido y se van colocando sobre el envoltorio del nido, levantando sus abdómenes al aire y moviendo las alas. Lo cierto es que son tranquilas y solo atacan cuando las agredimos o agredimos sus nidos. Lo importante es no hacerlo y buscar alternativas para que no interfieran ellas con nuestras vidas, ni nosotros con las suyas. Ahora ya tienes más elementos para valorar y respetar esas estructuras, los nidos, que tan frecuentes vemos. A respetarlas y amar su gran complejidad estructural y la de sus habitantes. Y seguiremos hablando de avispas en las siguientes columnas, gracias a los aportes de las fotos de Lidia Pérez que siempre son inspiradoras, y a las enseñanzas de Bolívar Garcete, quien amablemente nos comparte sus conocimientos. A ambos, mi eterno agradecimiento.

Kavichu’i. Foto: Lidia Pérez de Molas.

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