Nacionales
La naturaleza, la cultura, las tradiciones como base para las soluciones
Guacamayo alimentándose de un frutal. Foto: Alberto Yanosky.
Por razones de trabajo me encuentro en Honduras, gracias a un proyecto que busca encontrar soluciones basadas en naturaleza en comunidades indígenas en zonas de alta montaña en el occidente del país, en comunidades lenca relacionadas con un parque nacional. Es una experiencia que será inolvidable para mi accionar profesional ya que me permitió interactuar con un pueblo originario que ha jugado y juega un rol importante en un país latinoamericano, en una zona rica en cultura e historia, pero que además está expuesta a vulnerabilidades a las que en Paraguay no estamos acostumbrados, primero por el concepto de montaña, zonas que son más elevadas en altitud a más de 1000 metros, pero que han sufrido y sufren los embates de la naturaleza, con huracanes, lluvias y tormentas que afectan el suelo, muchas veces expuesto por lo procesos productivos que realizan intervenciones que son insostenibles, en un ambiente cambiante, y que han afectado no solo los cultivos, sino también toda la infraestructura, como caminos, puentes y las viviendas humanas, con deslizamientos de tierras, que han significado la pérdida de vidas humanas.
Durante estos días con un equipo profesional altamente capacitado hemos podido construir un plan de adaptación en el cual la naturaleza juega un rol clave, buscando soluciones que están allí, en el entorno en el que viven estas comunidades, asegurando que los servicios que provee el ecosistema se mantengan, y se cree la resiliencia necesaria. Hemos podido discutir sobre los paisajes naturales en los cuales estas comunidades están asentadas, hoy en grupos comunitarios, pero en el pasado, distribuidos en todo el paisaje natural.
Estas comunidades que han aprendido a subsistir en entornos que no siempre han sido apacibles, en algunos eventos como huracanes, el territorio se les ha vuelto hostil, alejados de muchas de las comodidades a las que muchos de nosotros estamos acostumbrados. Las Soluciones basadas en Naturaleza, las acciones que fortalecen la resiliencia del ambiente y de las comunidades que viven en su entorno, incluyendo los sistemas productivos que le aseguran alimentación, salud y bienestar en general, fueron el eje central de la intervención. Llegamos a varias conclusiones que nos permiten asegurar acciones que fortalezcan esos vínculos, pero algo que me llamó la atención es la naturaleza en la cultura, no sólo de las comunidades o aldeas más aisladas en la montaña que viven en la relación más directa con la naturaleza, sino también de los poblados que están relacionados con el paisaje montañoso, que dependen en gran medida de lo que pasa “aguas arriba”, y en particular en sus bosques.
La relación de la gente con la naturaleza la vi plasmada en las paredes, en los mensajes, en los discursos, y en las infografías, lo que no sólo atrae al turismo y los visitantes que llegan, sino que fortalece los vínculos de la gente con su entorno. Y hasta es tan natural, como que estos elementos que plasman en las imágenes y discursos es parte inherente, inseparable de los modos de vida de la gente. Ver guacamayos volando o alimentándose en sus frutales, es una cuestión natural. Ahí están, son parte de la naturaleza y el ambiente que tienen se comparte. Que las comunidades utilicen los productos del bosque es natural, ingresan a él para cosecharlos y en los sistemas más complejos, los procesan, los cocinan y hacen uso de técnicas que les permite prolongar la disponibilidad del alimento, muchas veces envasados en sistemas rudimentarios.
Los felinos juegan un rol importante en la cultura, y no solo el “jaguar” considerado el gran dueño de la selva. Los guacamayos como parte del saber y de la calidad ambiental, pero que además se lo asocia al ser humano, ya que pueden convivir en el mismo espacio, sin desplazarse. Haber probado una pizza que tiene como ingredientes un hongo cuidado cosechado en la naturaleza, que lo conocen como choros, combinado con una enredadera (planta trepadora) que la conocen como lorocos, o haber probado la flor de izote (una suculenta), demuestran la importancia de comenzar a mirar nuestro entorno para utilizar los recursos que la naturaleza provee y que tan eficientemente cosechan para el bienestar y la buena nutrición de la familia. Definitivamente una gastronomía basada en naturaleza que debe ser más difundida.
Honduras no fue un país más de los visitados profesionalmente, espero haber dado algo de mi saber y experiencia, pero me ha permitido tomar un modelo de comunidades indígenas lenca, con unos tejidos bellísimos, y pobladores que viven en estos territorios, en los cuales se honra la naturaleza, se la respeta y se la trata como parte integral del desarrollo. Factores externos como los cambios climáticos, la necesidad de producir más alimentos y de acceder a otros beneficios como educación y salud, imponen desafíos, pero estos desafíos los estarán abordando con sistemas agroforestales, agroecología, gestión hídrica y gestión del riesgo, turismo de naturaleza e infraestructura natural y verde, para cuidar el principal capital, la naturaleza, basado en su gente.
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