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Nacionales

Si hay recursos, hay amor

Chloroceryle amazona (martin pescador mediano) alimentándose. Foto: Rebeca Irala Melgarejo.

Chloroceryle amazona (martin pescador mediano) alimentándose. Foto: Rebeca Irala Melgarejo.

Los recursos alimenticios, la disposición de alimentos en calidad y cantidad en el ambiente, desempeñan un papel crucial en la biología reproductiva de las especies y en particular de las aves. La disponibilidad y calidad de los recursos alimenticios en el entorno pueden influir en varios aspectos de la reproducción de las aves, como la selección de pareja, la inversión parental y el éxito reproductivo. Las aves nos han brindado mucha información para poder entender estas relaciones y sabemos que ajustan su reproducción según la disponibilidad de alimentos y espacios para poder incubar sus huevos y criar sus pichones.

Macho de martín pescador chico (Chloroceryle americana). Foto: Rebeca Irala Melgarejo.

En las imágenes que gentilmente nos cediera Rebeca Irala Melgarejo a quien le estoy agradecido por las fotos y la motivación a escribir sobre este tema, vemos el caso de los martines pescadores. Aquí vemos dos especies que habitan el territorio nacional, y que son muy parecidas entre sí, logrando diferenciarlas por el tamaño. Mientras el martín pescador amazónico es de mayor tamaño que el martín pescador chico o verde; además, este tiene unos puntos blancos en las alas. Estas aves son en general de pequeño tamaño, pero tienen una cabeza gruesa, con un plumaje de colores vistosos e iridiscentes, y se la suele ver a orillas de los cursos de agua, como riachos, arroyos, ríos y lagunas, y se alimenta de peces pequeños, que captura con gran destreza. Y si somos buenos observadores, las podremos ver en lugares más o menos visibles por nosotros, pero lo más llamativos es que ellas puedan ver el agua, ya que divisan sus alimentos y sobre ellos se lanzan con gran habilidad.

Pareja de Chloroceryle amazona (martin pescador mediano)

Pareja de Chloroceryle amazona (martin pescador mediano). Foto: Rebeca Irala Melgarejo,

Su presencia en ramas, postes o cables nos indica que existe alimento en los cuerpos de agua que con mucha paciencia observa, vigila y espera. Se alimenta de peces de diversos tamaños y cuanto mayor es la especie más capacidad su pico para capturarlos. Al tener una posición privilegiada en sus lugares de observación, el agua debe tener ciertas características para que el ave pueda ver su presa, el agua debe ser lo suficientemente clara para facilitar la identificación. En muchos lugares con gran turbidez o contaminación la especie desaparece ya que busca otros lugares donde alimentarse. Y la presencia de alimentos, es ya una buena justificativa para cumplir con una de las
“premisas” para decidir invertir en la reproducción. Recordemos que reproducirse, dejar descendencia, o hacer perpetuar nuestra genética, insume mucha energía, sea en el cortejo como luego para construir el nido, empollar los huevos y criar los pichones.

En estas imágenes vemos que exitosamente en este sitio, la pareja de martines pescadores tiene el alimento necesario “para invertir en la reproducción” y también la disponibilidad de sitios para poder construir sus nidos que les permita seguridad en la incubación, como la dificultad para el acceso de posibles depredadores, como también la provisión de alimentos a los pichones. La información científica sobre los martines pescadores nos indica que tanto hembra como macho construyen el nido, pero las hembras parecen invertir más tiempo en la incubación. En lugares con mayor abundancia de peces, las aves son más exitosas en la captura de estos. Recordemos que tienen que alimentarse bien, si no hay chances de una buena alimentación (sean peces u otros animales acuáticos como las ranas y sapos) prefieren no reproducirse. Los estudios demuestran que, si no hay buena disponibilidad de alimentos, esto influye en la reproducción y son más exitosas las parejas que viven en territorio con abundancia de alimentos.

Nido de Chloroceryle americana. Foto: Rebeca Irala Melgarejo,

Nido de Chloroceryle americana. Foto: Rebeca Irala Melgarejo.

Y los animales en general, pero en este caso los martines pescadores se mueven dependiendo de la distribución de los recursos en el ambiente, o siendo más específico, el alimento en sus hábitats. Para estas aves, elegir un buen lugar de avistamiento y observación, sitio de vigilancia (lo que conocemos como percha) mejora la alimentación (la pesca o captura) y reduce el riesgo de depredación, es decir de ser capturado y comido por otro animal. La disponibilidad de sitios beneficia, y los humanos les hemo dado a estas aves otras alternativas, como las líneas de tendido eléctrico, postes o alambrados, que siempre que les den ventajas para observar el agua, serán bienvenidas. Seguramente podremos seguir teniendo martines pescadores en nuestros ambientes ya que les facilitamos la observación de los lugares de captura de su alimentación, pero ello no es lo único, también tiene que haber alimento y lugares apropiados para hacer sus nidos. Comencemos entonces a tener en cuenta estas condiciones en nuestros parques y jardines, en nuestras plazas y pensemos en infraestructura más verde, más ecológica para que podamos seguir disfrutando de estas aves.

Agradezco a Rebeca Irala Melgarejo por las imágenes y la motivación hacia el tema.

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