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Ocultos y raros, pero ahí están los chacurúes

Chacurú chico. Nonnula rubecula Foto: Carlos Ortega

Chacurú chico. Nonnula rubecula Foto: Carlos Ortega

La biodiversidad siempre nos sorprende, a veces por seres vivos muy notorios y vistosos, y en otros casos por pasar desapercibidos pero que ahí están. Y en este caso quiero compartir con ustedes información sobre un grupo de aves que pertenecen al grupo de los bucónidos (Bucconidae), y que tenemos la fortuna de tenerlos en nuestra fauna. Una vez más gracias a la motivación de las fotos excelentes que me facilitara el apreciado Carlos Ortega y el acompañamiento técnico de la querida Rebeca Irala, a quienes les estoy muy agradecido. Los bucónidos son aves mayormente tropicales que están desde México hasta el sur de nuestra Sudamérica, y parecen “gorditos o inflados” y esto se debe a un plumaje esponjoso y una cola relativamente corto que los hace aparecer hinchados. Su coloración es llamativa y va desde los castaños rojizos o grises hasta colores más claros, son cabezones y tienen un pico muy fuerte, que es aplanado y ganchudo, el arma mortal para ser un excelente y silencioso cazador que espera sus presas al acecho, depreda insectos y pequeños vertebrados. Si bien son hábiles cazadores, siempre permanecen muy quietos e inmóviles, seguramente observando detenidamente el paisaje en busca de sus presas favoritas, de preferencia crepusculares. Este hábito posiblemente le ha significado la denominación de ave perezosa. Tienen unos silbidos muy característicos y además hacen sus nidos en huecos o cavidades del suelo o en termiteros.

Chacurú grande - Notharcus swainsoni. Foto: Carlos Ortega.

Chacurú grande – Notharcus swainsoni. Foto: Carlos Ortega.

Cuatro especies excelentemente fotografiadas por Carlos Ojeda, el charucú chico, el grande, el chacurú de cara negra y el durmilí, son cuatro de estos increíbles bucónidos que habitan nuestro territorio. El chacurú chico tiene dos poblaciones separadas, una en el norte de Sudamérica y otra en nuestra región. Es pequeño y de tonos parduzcos y puede construir sus nidos en cavidades del suelo y también en cavidades de los árboles. El chacurú grande tiene una distribución que coincide en parte con la distribución del chacurú chico en el sur y prefiere nidificar en cavidades de termiteros no muy lejos del suelo. Este chacurú por su tamaño depreda sobre algunos reptiles e inclusive se lo ha visto perseguir yalimentarse de las hormigas legionarias. El chacurú de cara negra es un poco menor que el chacurú
grande y quizás sea el más urbano de las cuatro especies, ya que se la ve en áreas dónde hay intervención humana, incluyendo plazas y parques. Es el chacurú que tiene proporcionalmente la cabeza más grande y su cuello es relativamente más corto, con una notable banda negra en el pecho. Finalmente, el durmilí tiene un notable pico de color naranja y ojos amarillos. Las fotos de estas bellas y enigmáticas aves permiten diferenciarlos y apreciar sus coloridos.

Chacurú cara negra Nystalus chacuru. Foto: Carlos Ortega.

Estas especies cumplen un importante rol en la naturaleza ya que depredan sobre insectos y larvas, por lo que podríamos decir que son controladores de plagas. Se los ve muy mansos y quietos; sin embargo, son importantes depredadores en sus ambientes y excelentes cazadores. Quizás el de mayor preocupación sea el chacurú grande ya que tiene problemas de conservación, y mientras los tres chacurúes habitan la región oriental, el durmilí es el único que habita tanto la región occidental como la oriental, mientras que el resto solo se ha registrado para la región oriental del Paraguay. Estas aves son principalmente habitantes de los bordes de bosques altos y húmedos.

En un estudio original llevado a cabo en Laguna Blanca en Paraguay para el chacurú grande se pudo hacer seguimiento al nido y los pichones determinando su reproducción entre septiembre y diciendo, y que la pareja alimentaba a los pichones y defendían activamente el nido, con un periodo de incubación entre 14 y 21 días. Con estos aportes se logró conocer aspectos claves de la biología reproductiva de esta especie; sin embargo, es poco lo que conoce para estas especies que suelen pasar desapercibidas.

Pareja de Durmilí Nystalus maculatus. Foto: Carlos Ortega.

Se agradece la contribución fotográfica de Carlos Ortega y el acompañamiento de Rebeca Irala Melgarejo.

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