Alarmantes cifras en el registro de llamadas sobre abuso sexual

Según las investigaciones que dio a conocer la gerente de Programas e Influencia de la organización Plan Internacional, Noelia Errecarte, en los últimos 4 a 5 años se han dado picos históricos en denuncias de abuso sexual.

Afirman que es una cuestión endémica en nuestro país. “Una acción coordinada por tanta incidencia de abuso sexuales es un tema en el que Plan y otras organizaciones Insistimos hace mucho tiempo”, indicó durante una entrevista con la 1020 AM.

Lamentablemente, no se cuenta con información certera de cuántas denuncias llegan a una sanción judicial y lo más importante cómo se trabaja con las víctimas sobrevivientes de este delito.

“Las estadísticas que contamos son las mismas que manejan las instituciones públicas. La Policía Nacional es la instancia de referencia, pero no se tiene cuántos de esos casos lograron una resolución positiva, lo cuál nos hace suponer que ese gran porcentaje denunciado capaz nunca vuelve”, señaló.

Errecarte además dijo que hay zonas del país donde estas cifras alcanzan picos, lo que hace suponer a los investigados que hay redes que se dedican al tráfico de niños y adolescentes.

“Las fuentes no dialogan entre sí. Hay registros de la Fiscalía, Fono Ayuda y Policía Nacional y falta una coordinación para que la respuesta vincule a todos los actores importantes”, remarcó.

Por otro lado, aseveró que: “La normalización, ¿cómo se manifiesta? Cuando las personas pierden la capacidad de indignarse ante casos de abuso sexual o relaciones de una niña conviviendo con un hombre adulto, especialmente en regiones rurales”.

Incluso denunció que un director de colegio les persuadía de no realizar una denuncia de una niña de 13 años que estaba embarazada y vivía con un hombre adulto. “Ven a niñas y adolescentes como objetos para satisfacer a la necesidad y demanda del varón”, lamentó.

“Además de planificar acciones inmediatas ante casos de denuncia, también tenemos que hablar de prevención y todas las instituciones tiene que involucrarse. Debemos hablar y dejar de normalizar las prácticas”, sentenció la profesional.