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Nacionales

Un humedal citadino digno de admirar

Yacaré en el Lago de la República, por Carlos Ortega.

Yacaré en el Lago de la República, por Carlos Ortega.

Vegetación del Lago de la República. Foto: Carlos Ortega.

Siempre me han llamado la atención los humedales, estos cuerpos de agua permanentes o temporarios que se forman por ciertas condiciones del terreno y que permiten albergar agua, y como el agua es vida, si se dan las condiciones en todo humedal hay biodiversidad, muchas especies admirables a simple vista y otras, la gran mayoría, no visibles a nuestros ojos. Pero gracias a fotos facilitadas por Carlos Ortega, hoy me gustaría enfocarme en un ambiente acuático, artificial que tiene muchos años de existencia y que alberga una rica biodiversidad.

Recuerdo algunos estudiantes de maestría haciendo sus tesis de posgrado en este ambiente artificial conocido como “Lago de la República” y ubicado en Ciudad del Este. Seguramente todos quienes hayamos estado en Ciudad del Este hemos pasado y disfrutado de este ambiente, que aunque se nos presente con mucha naturalidad, es un ambiente artificial, creado para darle belleza escénica a una ciudad como esta, la segunda en importancia del Paraguay por su población y actividad económica, que nos conecta con Foz de Iguazú al otro lado del río Paraná. Hace un par de años nos enterábamos de la rica biodiversidad existe en este mal llamado “lago” y nos sorprendía el conjunto de especies que lo habitaba, situado en pleno centro de la actividad económica de esta urbe. Y digo mal llamado lago ya que ecológicamente un lago debe reunir ciertas condiciones que el “Lago de la República” no reúne, ya que más se parece a una laguna artificial o estanque. Sin embargo, dejando de lado las cuestiones nominales y semánticas, la palabra “lago” es mucho más atractiva que “laguna o estanque”.

Un humedal como este, ubicado en el corazón urbanístico de la ciudad por donde circulan vehículos y personas constantemente requiere de una atención muy particular, y su manejo debe ser cuidadosamente atendido. Seguramente al ser un ambiente muy visitado, deberá requerir de un manejo intensivo para mantener sus cualidades naturales y permitir que las especies que hayan colonizado el sitio puedan llevar a cabo sus ciclos vitales en armonía con el entorno urbano. La lista de biodiversidad registrada para el sitio nos muestra la presencia de carnívoros como el yacaré, y su presencia también indica que existe allí el alimento que la especie necesita, mayormente peces, caracoles y seguramente depredando a algunas aves acuáticas. Hay registradas más de 124 especie de aves, y entre ellas las más resaltante son el mirasol chico, gallineta negruzca y burrito silbón ya que son extremadamente difíciles de ver y parece ser por lo que comenta Carlos Ortega, allí se las pueden ver fácilmente.

Burrito silbón en Lago de la República. Foto: Carlos Ortega.

Muchas de estas especies nos dan mucha información, si están allí y se alimentan allí, nos indican que existen sus presas ya que además si nidifican allí se dan las cuestiones de materiales necesarios para nidificar y además la seguridad de los individuos para procrear. En ambientes artificiales se requiere de información ya que muchas veces con pequeñas intervenciones se mejora el hábitat para las especies. En definitiva lo que allí existe es artificial y fue creado, por lo que las intervenciones deberían tenerse siempre presentes y respetar un plan de manejo o maestro para el sitio, que indique cuáles son los objetos y valores que se buscan conservar, proteger o resaltar.

Un sitio como éste también requiere de especial atención hacia la seguridad, la seguridad de las personas, por posibles interacciones entre la gente y la fauna y la flora, como así también la creación de un humedal artificial puede traer aparejada la presencia de enfermedades hídricas. No debemos olvidar que un “estanque” para mantenerse tiene entrada y salida de agua, y que además tiene una relación con las aguas subterráneas. Si la presencia del “lago” ha significado también la creación de una minicuenca hidrográfica dentro de la ciudad, seguramente existen muchos efectos de la escorrentía hacia el humedal que impone desafíos de manejo e intervención profesional. Esta intervención profesional debería también monitorear o hacer seguimiento a los elementos de la flora y de la fauna, para entender las dinámicas y los cambios. Algunos cambios pueden divergir de los objetivos específicos del sitio, por lo que se deberán considerar ajustes.

Mirasol chico en el Lago de la República. Foto: Carlos Ortega.

No quisiera motivar la creación de humedales artificiales y sí valorar y conservar los humedales naturales que tenemos en nuestras ciudades; sin embargo, la existencia del lago de la República nos muestra una forma de valoración de las riquezas naturales y de su biodiversidad y que este sitio no puede dejarse librado al azar sino que debe ser debidamente manejado.

Lago de la República, Ciudad del Este. Foto: Carlos Ortega.

Agradezco la motivación y el aporte de las imágenes a Carlos Ortega.

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