Nacionales
La belleza del paisaje, los cerros del Paraguay
Cerro León. Foto: Lidia Pérez de Molas.
Hace algún tiempo escribía sobre “los paisajes y la forma de la tierra, que nos cuentan su historia” y, la apasionada y excelente profesional Lidia Pérez de Molas me ha motivado aún más a escribir sobre nuestros paisajes, compartiendo bellísimas imágenes de cerros del Paraguay. Cuando circulamos por el territorio nacional vemos extensas áreas abiertas con o sin árboles, en terrenos a veces totalmente planos y otras veces ondulados donde se desarrollaron generalmente pastizales, o pasturas en algunas oportunidades con árboles o isletas de bosques que conocemos como sabanas (no confundir con las sábanas que usamos para cubrirnos en la cama al dormir) e inclusive hablamos de sabanas arbustivas cuando tienen muchos arbustos, esos árboles de pequeño porte sobre los campos.
Sin embargo, en ese paisaje de pastizales o de humedales cuando tienen agua durante todo el año o parte de este, se pueden divisar elevaciones que ya no son sencillamente ondulaciones, sino que se trata de fisonomías que los conocemos como cerros y que cuando se unen y están en conjuntos, se los llama serranías. Tanto cerros como serranías nos son comunes en nuestro paisaje, a pesar de que en el sur de la región Oriental y en la región Occidental o Chaco son menos comunes. Debemos tener en cuenta que durante la era geológica más reciente (conocido como cenozoico) hubo mucha acumulación de sedimentos y además materiales no consolidados (no rocas) que se depositaron sobre los paisajes, lo que hace que no existan muchos afloramientos rocosos en el país. Sin embargo, muchas de las elevaciones que hoy vemos son indicios de un pasado muy remoto y hasta volcánico.
¿Y qué son esos cerros o serranías? ¿Cómo es que están allí en el paisaje? Y podemos ubicarnos en el tiempo y en el espacio, en el ahora y considerar que esas formas en el paisaje son aspectos que están creciendo o apareciendo o bien son formas gastadas, degradadas, de un paisaje del pasado. Normalmente cuando son estructuras nuevas que están creciendo las vemos más puntudas, más abruptas, mientras que cuando son del pasado las vemos más redondeadas, ya que fueron erosionadas por el paso del tiempo, por efecto del viento, por ejemplo, o del agua, o bien por los glaciares que cubrieron parte del territorio y al retirarse dejaron colinas abruptas muy desgastadas y en las zonas más bajas dejaron agua que hoy las vemos como lagunas o lagos (por ejemplo el sur del continente en Argentina o Chile) cuando los hielos llegaron hasta los 40° de latitud y un poco más allá también. Esto lo vemos no solo en Sudamérica sino también en Norteamérica con muchos lagos dispersos pero muy cercanos y muchas colinas, sierras y cerros en sus cercanías. Cuando estas colinas, cerros o sierras se interconectan hablamos de serranías y en Paraguay nos referimos a ellas como cordillera, si bien esta denominación está más asociada a las montañas. Gran parte de los cerros que tenemos en Paraguay tienen diferentes formas, aislados o no, con una historia geológica muy particular y una vegetación y una fauna característica. Tomemos algunos ejemplos de los más conocidos para el país.
Quizás el Cerro León en el Chaco paraguayo sea uno de los cerros más emblemáticos, y lugar sagrado para los Ayoreo, pero en realidad este “cerebro” como se lo ve en las imágenes satelitales o desde el espacio, es una serranía o un macizo, de más de 50 km de diámetro y se eleva poco más de 600 metros sobre el nivel del mar. Su vegetación es muy característica, si bien existe mucha roca. Otro cerro que en realidad es un macizo es el Acahay, ubicado en Paraguarí dentro de la Cordillera del Ybycuí, con unos 560 m s.n.m. Existen varios cerros en Paraguarí de millones de años de antigüedad que muestran paredes desnudas, rocas verticales con paredones que invitan a su exploración. El cerro Memby, ubicado en Concepción, pertenece a las Serranías San Luis y se erige unos 325 m s.n.m. en el distrito de Yby Yaú. La Cordillera del Mbaracayú, si bien se nos presenta como una importante elevación es como muchas de las llamadas cordilleras en Paraguay, que son elevaciones del terreno y no necesariamente un conjunto de sierras, cerros o montañas, como el caso de la Cordillera del Amambay.
Miro las serranías y en mi mente deviene toda la historia geológica de su formación, me invitan a mirar de cerca, quizás tratando de entender las estructuras de las rocas, quizás buscando algún elemento de la biodiversidad de entonces hoy fosilizado o un rastro, pensando en cómo era el paisaje entonces y cómo las plantas y los animales actuales los han ido colonizando y en este de ir y venir de preguntas y posibles respuestas, la importancia de estos quizás escasos afloramientos en el territorio para los pueblos originarios, e inclusive para
los europeos en sus planes colonizadores. Espero sientan la misma pasión por estas bellezas naturales que están ahí y nos ocultan (o no tanto) una historia que invita a ser descubierta.
Agradezco el apoyo de Lidia Pérez de Molas en la provisión de fotos.
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