Cuando la cola juega un rol importante

POR Alberto Yanosky

Cuando miramos las diferentes especies de animales vemos que muchos de ellos se pueden agrupar según sus morfologías e inclusive en muchos casos, hacemos relaciones entre ellos para poder identificarlos, y nos referimos a los parecidos, sus formas similares, si tienen o no cola, si tienen forma alargada o redondeada, y en particular en las aves, tenemos diferentes “fisonomías” que nos ayudan a su identificación y hasta a relacionarlos entre ellos. Es así que hablamos de aves que tienen cabezas con copetes o coronas, si tienen un cuerpo alargado o cómo son sus patas, y en muchos casos las colas nos ayudan a identificarlas.

Tacuarita con un llamativo movimiento de cola cuando salta de rama en rama. Foto:Tatiana Galluppi

¿Se han preguntado el porqué de esas diferentes formas y colores? La naturaleza es sabia y si un ave tiene una cola de una determinada manera, seguramente tiene también una explicación de cómo evolucionó y cuál es su adaptación. No es lo mismo una cola de una gallina que la de un pavo real, e inclusive no es lo mismo una cola de un pavo real macho que el de una hembra. Evidentemente hay una explicación y en muchos casos la biología tiene una respuesta para esas adaptaciones. Hay procesos evolutivos que llevan a que ciertas partes del cuerpo tengan una función específica, y parece que en las aves, las vértebras de la cola de otros animales de los cuales evolucionaron se han fusionado y aparecieron plumas que en diferentes formas, colores, tamaños, conforman la característica de ciertas aves. Las colas tienen un rol clave para volar ya que por diferentes movimientos cumplen las veces de timones y les permite mantener el equilibrio, además del rol que puede tener en las interacciones sociales como una parte del cuerpo visible, jugando a veces un papel clave en la capacidad de reproducirse y dejar descendencia a través de su uso en el proceso de cortejar a la pareja.

Chinchero con una cola muy característica además de su pico. Foto: Tatiana Galluppi

Por mucho tiempo formas y colores se explicaban desde el punto de vista reproductivo; sin embargo, estudios más recientes hacen aportes basados en modelos aerodinámicos. Las aves de campos o áreas abiertas de tamaño grande tienen colas relativamente cortas. Por el contrario, las aves que necesitan una alta maniobrabilidad para alimentarse por vía aérea o evitar colisiones en ambientes más complejos tienen colas más largas. Aparentemente, las colas también deberían ser alargadas en especies que necesitan elevarse para planear. La forma de la cola también puede ser importante, particularmente en las aves que requieren de gran agilidad para obtener su alimento; estas tienen colas largas y profundamente bifurcadas capaces de generar momentos de giro máximos. Comprender las diversas formas en que la selección natural actúa sobre la morfología de la cola proporciona una línea de base esencial desde la cual entender e investigar cómo la selección sexual ha modificado aún más las formas de las colas de las aves.

Carpintero de garganta negra, observe la importancia de la cola para permitir los golpeteos en los troncos. Foto: José María Paredes

Estas plumas de la cola se conocen como plumas rectrices, caudales, timoneras o sencillamente plumas de la cola. Hay algunas aves con colas muy características como el milano o la golondrina común, y en todas ellas es mucho más fácil ver las colas desde el aire, cuando se encuentran en vuelo. Muchas guías aportan siluetas de la cola para que esto nos asista en la identificación. Así tenemos colas en que sus plumas son todas de la misma longitud y la llamamos cuadrada. Mientras que la longitud se va reduciendo hacia los costados con un extremo convexo se las denomina redondeada, y si la diferencia de la longitud es muy pronunciada en forma de cuña, decimos que la cola es cuneiforme. Cuando cada pluma tiene una longitud muy diferente en una cuneiforme, decimos que la cola es escalonada o graduada. Si las plumas caudales centrales son más cortas y la longitud aumenta hacia los costados entonces parece como una horquilla y decimos que son ahorquillada o bifurcada, y así podemos seguir clasificándolas según estas características y otras que podemos ir sumando.

Centrémonos en mirar un ave al volar y posarse, y prestemos atención a los movimientos que hace con su cola, es muy evidente el uso que hace de la misma. Y si bien se han hecho varias generalizaciones que parece tener muchas evidencias, los picaflores o colibríes son un caso especial ya que son aves pequeñas que dependen del vuelo para sus movimientos, y se pueden encontrar diferentes formas dentro de este grupo de aves. Parece que la cola bifurcada se presenta (aparece) un poco más de una veintena de veces y las colas graduadas parecen ser menos frecuentes, lo que sugiere que las formas de las colas en estas aves requiere de una mayor explicación y no solo el aerodinamismo explicaría su diversidad.

Canario Paraguay con colas características, ave de áreas abiertas. Foto: Tatiana Galluppi

En la naturaleza hay varias especies que tienen colas muy llamativas como el avioncito o muchas tijeretas, con colas muy llamativas, o los movimientos inconfundibles que hacen las calandrias al posarse, o las mismas piriritas en sus vuelos grupales, o más aún cuando se nos cruza en el camino para volar entre parches de bosques una charata o el mismo tingazú. Los invito ahora a mirar a naturaleza con otros ojos, observando la gran diversidad de formas y colores, prestar atención a las colas y cómo estas se mueven a voluntad del propietario, y comenzar a entender el fascinante mundo de la biodiversidad con estructuras y funciones que tardaron millones de años en evolucionar mediante adaptación y selección natural, y que nosotros, con nuestros actos irresponsables, solemos hacer desaparecer en un momento, sin pensar que la extinción es para siempre.