Verde húmedo, adaptaciones e indicadoras

POR Alberto Yanosky

Director EIISA (Estructura Interdisciplinaria de Investigación Integral Socio-Ambiental) – UNAE.

Recorrer ambientes de pastizales y humedales siempre es un gran desafío por lo que significa caminar por esos terrenos, a veces desparejos y anegadizos; sin embargo, también es un enorme placer apreciar la belleza natural de los elementos que los conforman y les dan vida. Recorriendo ambientes caazapeños con diferentes especialistas en sus ámbitos biológicos de acción es también muy gratificante y aprender colectivamente desde la perspectiva de un grupo de la biodiversidad y el rol que cumplen en ese ecosistema. Hacerlo de la mano de conocedores de la vegetación, como Fátima Piris Da Motta, tiene aún más significado porque uno puede apreciar lo que se ve a simple vista, pero también aprender de esos caracteres que están allí como escondidos, solapados y que solo alguien que sabe los puede poner en evidencia.

Sagittaria monteivensis: se la encuentra en pantanos, charcas y aguas someras de curso lento. Foto: Fátima Piris da Motta

En estos mares de pastos se presentan ambientes que parecen homogéneos, pero que cuando uno inspecciona más de cerca ve una gran diversidad de plantas sobre terrenos diferentes, uno de ellos son esos terrenos que tienen agua o humedad, a veces una fina película, a veces aguas profundas. Es allí donde se desarrolla una vegetación acuática o palustre bien diferente. Todas plantas adaptadas a la presencia del agua permanente o estacional y con especializaciones para hacer uso de ese ambiente tan particular.

Las plantas acuáticas o palustres cumplen un rol importante en la naturaleza, pero también hemos descubierto que son excelentes depuradoras de agua, por lo que se las utiliza en la creación de humedales artificiales para ayudar a “limpiar” el agua; algunas de estas especies acuáticas tienen usos medicinales (como el camalote, usado como diurético) pero también conocidas por ser ornamentales por sus formas y disposiciones, y por tener vistosas flores. Muchas de estas plantas acuáticas brindan excelente alimento o forraje a los animales, como muchas gramíneas.

Pontederia cordata es una planta acuática que se ve afectada por la salinización y el pastoreo. Foto: Fátima Piris da Motta

A lo lejos, las formaciones o comunidades naturales también nos indican algunas características del paisaje, por ejemplo, la presencia del guajó, el pirí, o totora, dando lugar a lo que se conoce como guajoty, pirity o un totoral, respectivamente. Esto nos indica que las aguas no son tan someras, pero tampoco tan profundas como para que las plantas no estén enraizadas. A estas plantas que tienen una parte bajo agua en forma enraizada y sus hojas fuera del agua se las conoce como hidrófitas emergentes. En aguas profundas solo podemos encontrar plantas enraizadas, pero que solo tienen hojas flotantes como la sanguinaria o estrella de agua. Y existe un grupo de plantas acuáticas que no están enraizadas, pero están en el agua, y pueden ser flotantes o sumergidas, como el caso de la utricularia, una de especies favoritas de Charles Darwin, una planta carnívora que posee utrículos para capturar a sus presas. Los tipos de plantas acuáticas no se acaban aquí, existen las que son palustres anfibias y que están adaptadas a vivir parte del año en ambientes inundados, pero también sobrevivir en ambientes extremadamente secos durante el resto del año. Otras plantas solo pueden germinar en presencia de agua, pero luego se desarrollan en ambientes secos. Lo interesante es que una vez que uno aprende estas características puede identificar el ambiente y sus condiciones, como así también el tipo de fauna asociada. En esta misión estábamos recorriendo campos y humedales en búsqueda de especies amenazadas de extinción, pero requerimos conocer las comunidades naturales para saber dónde están y cuáles son sus necesidades de hábitat (como para la alimentación, refugio y reproducción).

Necesitamos conocer más sobre la diversidad de estas plantas por el rol de indicadoras de los ambientes que ocupan, aprovechar su existencia asegurando su conservación y su uso, ya que sus adaptaciones han servido a diferentes civilizaciones, sirva de ejemplo solo recordar el rol del papiro en la civilización egipcia, un pariente muy cercano y parecido a nuestro piri. Estas plantas depuran las aguas y además ornamentan diferentes espacios. Son elementos claves en las soluciones basadas en naturaleza, como ese conjunto de actividades y políticas que nos muestran en la naturaleza y aprovechan el poder de la naturaleza para abordar nuestros desafíos más urgentes, entre ellos la disponibilidad de agua, los riesgos a desastres y las cuestiones del cambio climático.

Egeria naja es una planta acuática muy apreciada ya que secretar antibióticos que controla la proliferación de algas. Foto: Fátima Piris da Motta

Se agradece a Fátima Piris Da Motta por el apoyo y las imágenes.