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Nacionales

Árboles que aman el agua

lbizia inundata. Santa María Doce.

lbizia inundata. Santa María Doce.

POR Alberto Yanosky
Director EIISA (Estructura Interdisciplinaria de Investigación Integral Socio-Ambiental) – UNAE.

Albizia inundata. Río Paraguay. Foto: Lidia Pérez de Molas.

Los árboles se nos presentan en la naturaleza con diferentes formas y colores, y por definición un árbol es un elemento de la biodiversidad que pertenece a la flora perenne, es decir, que vive más que dos años, también llamados vivaces, que tienen un tronco que se eleva y es leñoso, y que se ramifican a cierta altura del suelo. El conjunto de árboles forma un bosque y en algún próximo artículo veremos qué es un bosque, por ahora nos quedamos con esos elementos que de su tronco surgen ramificaciones y que alcanzan cierta altura, para no confundirlos con los más bajos que serían los arbustos. Excepto por ciertas praderas, los árboles existen en casi la mayor parte de las formaciones o comunidades vegetales, desde conjuntos abundantes de árboles (como en un bosque) o árboles aislados como en las sabanas y algunos pastizales.

Ruprechtia brachysepala. Río Paraguay. Piquete Cué. Foto: Lidia Pérez de Molas.

De esta gran diversidad de árboles, hay unos que son amantes del agua, son los llamados árboles higrófilos, y que están adaptados a las inundaciones periódicas, viviendo parte de su ciclo anual con parte de su estructura en el agua, y muchos recordarán a los manglares; sin embargo, no quiero referirme a ellos, sino a estos árboles que crecen en condiciones de alta humedad. Estos árboles higrófilos han evolucionado con el ambiente en el que viven y cumplen importantes funciones en la naturaleza, una de ellas es la protección de las costas y riberas de ríos y arroyos y otros humedales, como bien nos indica la profesora Lida Pérez de Molas.

Aporosella chacoense. Aguaray Guasu. Foto: Lidia Pérez de Molas.

Albizia inundata o más conocido como timbó blanco es originario de nuestro continente y llega a medir unos 20 metros y su nombre ya indica su preferencia por lugares inundados, y pertenece a las fabáceas. Ruprechtia brachysepala es una poligonácea conocida como yvyra pyta’i, es delgado, con muchas ramas y de madera blanca, corteza negruzca y lisa. Cynometra bauhiniifolia es un árbol de unos 12 metros de altura, aunque se han visto ejemplares de mucha más altura, asociado también al agua y que cuelga sobre la misma, también de la familia de las fabáceas. Aporosella chacoensis, también conocido como yvyra rembe’y o árbol de la ribera, es de una familia diferente, las euforbiáceas, y que como puede verse, resiste al estar con gran parte de su tronco bajo el agua. Uno un poco más común es el espinillo o aromito, Vachellia caven, de unos seis metros de altura, de copa redondeada, si bien no es netamente acuática, habita lugares sometidos a periódicas inundaciones. Es una planta muy utilizada como forrajera y varias especies de animales consumen sus brotes tiernos. También es una fabácea, al igual que el algarrobo blanco o Prosopis alba, que normalmente está en lugares secos, pero cuando el nivel del agua sube, soporta muy bien la inundación y puede estar largos períodos con gran parte de su tallo bajo el agua. Esta especie al igual que el aromo, tiene variados usos, además de una madera muy apreciada. Como estas, existen muchas más especies amantes del agua, y si por acaso alguna de ellas no son netamente acuáticas, como las dos últimas, soportan bien la inundación, como parte de su ciclo de vida.

Prosopis alba. Ruta Transchaco.

Prosopis alba. Ruta Transchaco. Foto: Lidia Pérez de Molas.

Todas estas plantas tienen adaptaciones para vivir parte de su tiempo bajo el agua, muchas de ellas tienen órganos de aire que ayudan a respirar y así evitar que las raíces se pudran bajo el agua. La diversidad vegetal es tal que las plantas se han diferenciado entre hidrófilas e higrófitas, las primeras son las que estamos mencionando, mientras que las higrófitas viven en una atmósfera muy húmeda y reciben del suelo, permanentemente húmedo, un abundante abastecimiento de agua, como el caso de muchas plantas que habitan el interior de los boques. Las planas hidrófilas tienen por lo general un polen que flota en el agua, y en épocas de inundación sirven de resguardo para diversos elementos de la fauna, como aves, mamíferos, anfibios y reptiles y variados insectos. Te invito a mirar la diversidad de ambientes acuáticos que nos rodean e identificar árboles y arbustos que estén asociados a estos ambientes. Quizás el árbol más conocido en jardinería como hidrófilo es el sauce llorón, que siempre está asociado al agua, y sus ramas cuelgan sobre la superficie del agua. Este árbol tan común es exótico, originario de Asia. Este árbol hidrófilo es tan común y se ha utilizado tanto que se cree que todos los individuos son híbridos y la especie podría estar extinta en su área de distribución original en China.

Cynometra bauhiniifolia. RíoParaguay. Piquete Cué. Foto: Lidia Pérez de Molas.

Se agradece el apoyo e inspiración de Lidia Pérez de Molas.

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