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Trepadores hay por todos lados, pero estos son especiales

Trepador chinchero grande o arapasu guasu, Drymornis bridgesii, uno de los pocos trepadores que son terrícolas, con pico muy largo y curvo (foto de Tatiana Galluppi)

Trepador chinchero grande o arapasu guasu, Drymornis bridgesii, uno de los pocos trepadores que son terrícolas, con pico muy largo y curvo (foto de Tatiana Galluppi)

Hoy vamos a seguir profundizando en el fascinante mundo de las aves en Paraguay, para seguir sorprendiéndonos con esa amplia diversidad de especies, con sus formas, colores, hábitos y que nosotros en biología medimos con métricas para saber su abundancia, su riqueza, sus interrelaciones, sus hábitos, y la probabilidad de que esa especie pronto deje de estar en la vida silvestre, por diferentes razones, pero normalmente tiene que ver con la transformación de su hábitat.

Picapalo colorado o arapasu juru karapa, Campylorhamphus trochilirostris, llamativo pico curvo y ave muy rojiza. Foto de Tatiana Galluppi.

La semana pasada veíamos a los pájaros carpinteros, pues hoy veremos otros que siempre los relacionamos con los pájaros carpinteros, y que los llamamos trepadores. Obviamente los trepadores que vamos a mencionar hoy no tienen que ver con esos seres humanos de hábitos muy particulares que buscaN obtener ventajas no por sus propios medios sino pisoteando a otros; en fin, hoy abordaremos unas fascinantes aves que trepan, las vamos a ver subiendo árboles a través de su corteza y alimentándose allí.

Trepador oscuro o pykumbe’i, Dendrocolaptes platyrostris, un trepador con su garganta algo escamada, habita mayormente bosques que acompañan cursos de agua. Foto de Tatiana Galluppi.

Estas aves están más emparentadas con el alonsito u hornero, que, con los pájaros carpinteros, de hecho, están en la misma familia (son parientes cercanos). Las tenemos en las Américas, desde México hasta Argentina, pero no existen fuera de nuestro continente, un tema a favor para que mucha gente de otras partes del mundo quiera venir a observar a estas maravillas de la naturaleza, que a pesar de todo su unicidad, tienen colores parduzcos a rojizos, a veces con manchitas muy llamativas. Trepadores, trepatroncos, arapasú, chincheros o picoguadañas son algunas de sus denominaciones, ya que algunas especies tienen unos picos extremadamente extraños y bien adaptados a la búsqueda del alimento.

Trepador chinchero chico o arapasu ka’ati, Lepidocolaptes angustirostris, con notoria ceja y garganta blancas, (foto de Tatiana Galluppi)

Todos están agrupados en algo que llamamos los dendrocoláptidos, y esta palabra viene del griego con origen en “pájaro que picotea los árboles”. La cola es rígida y cumple ese rol que mencionábamos para los pájaros carpinteros, dándole estabilidad mientras van golpeteando las cortezas. ¿Y por qué hacen eso?, para buscar su alimento, mayormente insectos. Se ha calculado que pueden ingerir unos 200 insectos grandes por día, así que imaginemos el importante rol que cumplen estas aves. Son mayormente de bosques y como verán en las fotos, Tatiana Galluppi logró captar a una de las especies más difíciles de ver, el trepador oscuro o pykumbe’i del Bosque Atlántico del Alto Paraná, un bosque que solo tiene un 10 % de su cobertura original.

Trepador grande o arapasu ñu, Xiphocolaptes major, el mayor de los trepadores de Paraguay, habita los bosques y sabanas de tipo chaqueño. Foto de Tatiana Galluppi.

En Paraguay contamos con 12 especies conocidas de trepadores y trepan a sus árboles en forma de espiral, lo que hace que cuando queremos observarlos o fotografiarlos, normalmente tenemos que estar girando alrededor del árbol. Picotean y se mueven entre los árboles en vuelos rápidos. Al igual que sus parientes cercanos, tienen tres dedos para adelante y uno para atrás (recuerdan que los carpinteros tenían dos y dos). Normalmente es difícil diferenciar a la hembra del macho, o sea decimos que no hay dimorfismo sexual.

Picapalo oscuro o ypeku juru karapa, Campylorhamphus falcularius, se lo asocia más con un pájaro carpintero, llamativo largo y curvo pico negro. Foto de Tatiana Galluppi.

De esas 12 especies, el más chiquito es el guirí o arapasu pytami con 14 cm, mientras que el de mayor tamaño es el trepador gigante o arapasu ñu con 30 cm, más del doble del tamaño del más pequeño. Quizás el picapalo oscuro o ypeku juru karapa (fíjense que en guaraní se lo refiere como a un carpintero) tiene un pico extremadamente largo y curvo, al igual que el trepador chinchero grande o arapasu guasu, lo que los hace muy llamativos.

Trepador chinchero chico o arapasu ka’ati, Lepidocolaptes angustirostris, pequeño y con una vocalización muy característica. Foto de Tatiana Galluppi.

Entonces, con estas 12 especies tan particulares ya tienes una idea de estos elementos de la biodiversidad que debemos cuidar. Y para cuidarlas y conservarlas y asegurar que pueden desarrollar todas sus actividades, debemos cuidar su hábitat, eso implica conocerlos. Y recuerda que nos ayudan a controlar los insectos, nos ayudan a mantener los niveles de abundancia de estos insectos que podrían de otra manera ser una molestia para nuestra salud y hasta de nuestros cultivos.

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