Nacionales
La carpintería nacional, ¿conocés a todos sus miembros?
Dryocopus lineatus, carpintero garganta estriada o ypeku tape. Foto: José María Paredes.
Vamos a seguir fascinándonos con el mundo de las aves, acervo natural nacional que poco a poco está recibiendo los embates de la pérdida de sus hábitats y por ende las especies más especializadas están desapareciendo de ciertos lugares y otras se benefician con ambientes diferentes, en particular aquellas que son más plásticas. Los pájaros carpinteros, mejor conocidos como ypekû, muestran unas adaptaciones increíbles ya que, como se imaginarán, ese golpeteo que hacen sobre las cortezas de la vegetación, que se conoce como tamborileo (ya que recuerda a los sonidos de los tambores) y que los hace inconfundibles en la naturaleza -se los oye desde lejos-, requiere de un pico muy fuerte, recto y agudo y, obviamente, de un cráneo que soporte esas presiones.
Tienen una cola rígida que la usan para apoyarse y así llevar a cabo su golpeteo y tienen dos dedos hacia adelante y dos hacia atrás (se dice que son zigodáctilos). Los pájaros carpinteros han sido foco de muchos estudios para comprender su anatomía y su fisiología. Algunos estudios mencionan que pueden picotear unas veinte veces por segundo y más de doce mil veces al día, y esto lo logran porque detrás del pico tienen un hueso que sirve de resorte, y así evitar la presión en el resto de la cabeza.
Normalmente se los ve posando verticalmente sobre la corteza a la que golpetean con su fuerte pico, y ¿por qué hacen esto?, porque están buscando alimentación. Se alimentan de insectos, gusanos y larvas que encuentran bajo la corteza que golpean, y también porque perforan la madera de árboles en pie o caídos, para extraer invertebrados, predominantemente termitas, y larvas de diferentes insectos como hormigas y escarabajos. Tienen una larga lengua que se enrolla. Se imaginan que por cada pájaro carpintero que desaparece, cuál es el incremento en número de insectos, muchos de ellos incómodos para los seres humanos; pero lo cierto es que esa naturaleza en equilibrio se ve afectada.
Son controladores de insectos, muchos de ellos son plagas, además de excelentes carpinteros. Pero también usan su habilidad para hacer huecos en los árboles donde nidifican, nidos altos y muy protegidos, que suelen ser utilizados por otros elementos de la biodiversidad a los que también les gusta anidar en huecos. Sus nidos son siempre en cavidades y no siempre árboles, algunos hacen uso de los tacurúes, donde también pueden construir cavidades.
Otra característica de estas bellas aves es que son monógamas; es decir, tienen solo una pareja y ambas trabajan juntas para construir el nido, empollar y criar a los pichones. No es fácil diferenciar a hembras de machos, no hay dimorfismo sexual muy aparente. Pero estas aves. como muchas otras, nos indican cosas de la naturaleza, cuanto más maduro un bosque más diversidad de pájaros carpinteros, según me comenta Rebeca Irala.
Esto hace que los bosques en recuperación vayan teniendo mayor número de especies a medida que van madurando. ¿Será entonces que donde no hay bosques, no hay pájaros carpinteros? No es verdad, tenemos ambientes abiertos de pastizales y campos, donde encontramos algunas especies de pájaros carpinteros, una bien común, el ypekû ñu o carpintero campestre, que se lo ve en los tacurúes, en los alambrados y hasta asociados a las habitaciones humanas. También llama la atención el ypekû la novia, o carpintero blanco, como el anterior: si bien se lo puede ver en bosques, también se lo ve en arboledas y palmares.
El Paraguay tiene 21 especies conocidas de ypekû. Los más chiquitos apenas tienen 8 cm y se los conoce con el nombre de ypekune’i (carpinterito cuello canela y el común), con dorso pardo. El de mayor tamaño es el ypekû guasu ka’aguy o carpintero grande que supera los 31 cm, tres veces más que el más pequeñito de los carpinteros. Pero creo que hay tres que son mis predilectos, el carpintero lomo blanco, que tiene un triángulo en su espalda de color crema, y el carpintero de copete pajizo (ypekû ati) y el de copete amarillo (ypekû sa’yju); estas dos últimas especies bellísimas con sus copetes diferentes y muy notorios.
Así que lo mejor que podés hacer es comenzar a mirar mejor; recordar el pájaro loco con sus andanzas y travesuras y comenzar a identificarlos mejor, a conocerlos y cuidarlos, porque tienen derecho a existir como seres vivos, además de que cumplen un rol extremadamente importante en el ambiente, en particular en los bosques al librarnos de muchas plagas que podrían estar incomodando nuestras vidas.
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Alejandra Venialgo
3 de febrero de 2022 at 00:26
Al patio de mi casa vienen dos parejas de carpinteros blancos todos los dias a tomar agua.. cuando me olvido de cambiar el agua, se ponen a cantar (se plaguean). Son preciosos!!