El amigo de todos: “Artemio Bracho marcó un antes y un después en nuestro país”

El paraguayo siempre se distingue por su solidaridad, amabilidad y la capacidad de hacer amigos. Todo eso corre en nuestras raíces y fue lo que motivó al doctor Artemio Bracho a impulsar la Cruzada Mundial de la Amistad, que hoy recordamos con mucho esmero.

El pasado 24 de junio, don Artemio dejó de existir en este mundo, pero su legado quedó intacto en cada uno de los paraguayos. “La amistad es el único sentimiento capaz de unir por encima de las diferencias políticas, religiosas e ideológicas”, dijo alguna vez.

Doña Cafi Esgaib de Agüero, actual presidenta de la Cruzada, recordó a don Artemio con una persona noble y bondadosa. “Estamos tristes porque es la primera vez que pasaremos el día de la amistad sin él, sin su abrazo cariñoso y afectuoso. Don Artemio fue un hombre noble y un ejemplo a seguir”, dijo a El Nacional.

“Pero a la vez también estamos contentos por haber heredado tan magnífica idea y legado que nos dejó. Lo que logró a nivel país y mundial es demasiado. Unos 193 países han votado a favor de esta idea maravillosa que tuvo el Dr. Artemio Bracho”, añadió.

“Él siempre ha pregonado que aunque tengamos diferencias de toda índole siempre tenemos que tolerarnos y querernos. Todos tenemos libertad de pensar diferente y el siempre ha dicho que tenemos que respetarnos. Dejó un legado muy grande”, sostuvo.

Así festejo don Artemio el día de la amistad el año pasado. (Gentileza)

“Lo recordamos como un héroe que ha marcado un antes y un después en nuestro país. Don Artemio luchó contra viento y marea y logró lo que él quería”, finalizó.

“Hoy en día estamos trabajando con su hija Patricia, que heredó todo de su papá, y un equipo de persona que conformamos un directorio”, añadió.

“Si hay un día del Árbol, ¿por qué no existe un día de la Amistad?”

La Cruzada Mundial de la Amistad nació en Puerto Pinasco, en una legendaria población del Chaco paraguayo, perteneciente al Departamento Presidente Hayes, de la Región Occidental, un 19 de junio de 1.958, gracias a la inspiración del idealista Dr. Bracho y un grupo de compañeros que lo acompaño en la fundación.

Aquel día, Brachó recibió la invitación por parte del Sindicato de Obreros de esta localidad para participar de la conmemoración del día del Árbol. Indicó que en ese momento se preguntó: “Si hay un día del Árbol, ¿por qué no existe un día de la Amistad?”. Señaló que este pensamiento se lo comunicó a su esposa, quien aceptó la propuesta y realizó una reunión invitando a las principales autoridades de la localidad de Puerto Pinasco. “Así surgió”, manifestó Bracho en su momento, aunque refirió que en nuestro país “costó bastante hacer conocer”.

Después de trazar los primeros lineamientos de celebración para el día de la Amistad, labraron un acta de fundación y resolvieron que a los 30 días de esa fecha llevaría a cabo la primera semana de la amistad.

Emblema

El emblema de la cruzada es un mapa mundial diseñado en dos porciones, unidas en forma de circunferencias y sostenidas por un par de manos, entrelazadas que abarcan el grabado, y el diseño lleva estampado el lema del movimiento: “Por un mundo mejor y más humano”. “La institución propugna bregar por una dignificación creciente de la persona humana y por un acercamiento y comprensión entre los hombres sin distinción de clases, de bandería política y religiosa”, explicó en su momento su fundador.

Senadores destacan legado de don Artemio

En sesión ordinaria de la Cámara de Senadores, se dio la aprobación del Proyecto de Ley “Que declara el 30 de julio de cada año Día de la Amistad”, en reconocimiento a la destacada labor del Dr. Ramón Artemio Bracho, como fundador de la Cruzada Mundial de la Amistad.