Nacionales
El agua y la naturaleza, ¿habías pensado de dónde viene el agua que usas?
Los atardeceres en los humedales conjugan un clima más agradable para las interacciones entre las especies, muchas aves y anfibios, además de varios insectos aprovechan los momentos de baja intensidad lumínica para reproducirse
El agua tal como la conocemos nos parece una sustancia que está allí, disponible para nosotros. Vamos a la cocina y abrimos el grifo, vamos a darnos una ducha y también sale el agua. Sin embargo, ese líquido tan vital sin el cual no podríamos vivir, se obtiene y se hace disponible gracias a la naturaleza. Deberíamos todos preguntarnos de dónde viene el agua que tenemos, vendrá de un curso de agua, ¿como los ríos Paraguay y Paraná?, ¿vendrá de un pozo que acumula agua y en particular ligado a los acuíferos y la napa freática? ¿vendrá de una laguna, lago o tajamar?
Saber de dónde viene el agua es clave para asegurar que responsablemente mantenemos la fuente que la provee. Y si el agua está en el río, en la laguna, o en el acuífero, evidentemente de allí la tomamos, pero deberíamos preguntarnos sobre su origen; es decir, esa agua que bombeamos cómo llegó a ese lugar. Y al preguntarnos e indagar sobre el origen descubrimos la importancia de los bosques y de los humedales. Y se pone en destaque el rol que tiene la naturaleza con toda su vida para que estos ambientes, bosques y humedales, permitan “producir” el agua que necesitamos.
Los bosques, como así también los pastizales, y en general la vegetación ayuda a captar el agua de lluvia, haciendo que las gotas no golpeen el suelo (y así evita la erosión), y ayudando a que el agua de lluvia se desplace lentamente hacia el suelo y facilite su infiltración. El agua como gotas, o en otras formas (vapor, rocío, humedad en general) permite el crecimiento de las plantas y aporta líquido para la fauna, manteniendo así una intrincada red de especies de plantas, animales y hongos que en conjunto favorecen los procesos de captación y almacenamiento de agua. Esta agua fluye luego hacia colectores desplazándose sobre el terreno, o surgiendo a través de los famosos ykua o los yvu.
Estos pozos con agua y las surgentes o manantiales. Cuando se reemplazan las condiciones naturales por otras artificiales, sea por el avance de lo urbano o la transformación de las condiciones naturales, removiendo los bosques y los pastizales, estos ykua e yvu tienden a desaparecer o a reducir drásticamente su caudal, y estos innumerables elementos naturales cuyo aporte no es conspicuo; sin embargo, el aporte acumulativo es lo que nos permite tener agua en cantidad y calidad.
La vegetación que acompaña al agua, muchos de ellos pastos, plantas flotantes, enraizadas o no, tienen una función depurativa, limpian el agua, como el guaho, el piri, la totora, el junco, los repollitos, los camalotes, los yrupe y así muchas otras que además se utilizan para crear humedales artificiales con fines depurativos de las aguas que salen de diferentes procesos (como los industriales).
Y entonces, con este conocimiento imaginamos la importancia que tiene un lago o laguna, o grandes áreas de zonas húmedas. Los ejemplos más cercanos son el Ypacaraí y el Ypoá (mal llamados lago, ya que son lagunas) y Laguna Blanca (que de hecho es un lago). Las zonas húmedas más importantes están lo que se conoce como pantanal, un paisaje conformado por ríos, lagunas y zonas inundables.
El Pantanal es uno de los humedales de mayor tamaño del mundo y Paraguay, lo comparte con Brasil y Bolivia, a pesar de tener una pequeña porción, posee el límite sur de distribución, lo que hace que las condiciones que se dan en el pantanal influyen sobre el resto del continente, ya que, al captar y almacenar el agua, la mantiene, la depura y la deja ir siguiendo los niveles altitudinales hacia el sur proveyendo este líquido elemento a todo lo que se encuentre aguas abajo.
Y esas formas de captación y mantenimiento de aguas que nos enseña la naturaleza, nos permitió crear nuestros propios humedales artificiales, como los tajamares, que cumplen esta función y asisten en la provisión de agua en tiempos de escases. Cuando vemos un tajamar ya con años, vemos que parte de esa vegetación depuradora comienza a desarrollar, otro indicativo de la naturaleza que el agua necesita “limpieza”.
Y el agua, debería jugar un rol destacado en la economía del Paraguay, no sólo porque permite que haya una buena agricultura sino también porque permite el desarrollo de la ganadería y alimenta dos represas binacionales, y es aquí donde nos damos cuenta la frase de Da Vinci “El agua es la fuerza motriz de toda la naturaleza”. Lo que aquí he plasmado nos sirve para entender por qué Cousteau dijo “Olvidamos que el ciclo del agua y el ciclo de la vida son uno mismo”, sabemos que sin agua no vivimos, pero nos urge asegurar que las fuentes y sus orígenes sean conservadas y así asegurar y perpetuar el uso de este recurso natural.
Fotos: Alberto Yanosky.
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