Nacionales
Asistencia oportuna puede cambiar el futuro de niñas, niños y adolescentes vulnerados
Las situaciones adversas pueden ser superadas con pequeños esfuerzos, que poco a poco se convierten en oportunidades para crecer y mejorar. Este es el caso de Thadeo, un adolescente que llegó al Centro Pedagógico Ñemity del MINNA con solo 10 años.
El Centro es un espacio instalado para la desestructuración de vida en calle o derivaciones de los órganos jurisdiccionales. Allí se construye con el niño, niña o adolescente un plan de vida; se establecen estrategias por cada beneficiario, restituyéndoles sus derechos básicos, como la identidad, educación, recreación, formación para una posterior salida e inserción social o familiar.
El tipo de acogimiento es el de modalidad residencial, pudiendo albergar a 40 niños, niñas y adolescentes. Allí conviven con un educador o educadora en residencias independientes, teniendo en cuenta la edad y el sexo; totalizan cinco casas.
Sueños de superación
Para Thadeo, el futuro representa una infinidad de oportunidades que no puede desperdiciar. Desde muy pequeño y a pesar de la dura circunstancia que lo llevó a vivir en el Centro, se destacó por su inteligencia y genialidad; dejando ver sus habilidades para el deporte y los trabajos en la granja, los cuales se convirtieron en sueños de superación personal.
Uno de los sueños de cual no se despega, es el fútbol, “cuando termine mi curso ahora en el internado, voy a estudiar partido, voy a meter muchos goles para Olimpia, y voy a jugar con Roque; todos los días practico por la tarde, y meto muchos goles ya!”, indica muy animado.
“También tengo el sueño de ser ingeniero agrónomo; me gusta mucho trabajar en la huerta y con los animales; no tengo problema de ensuciarme y limpiar la granja; ver crecer las lechugas y las otras verduras es increíble”, expresa Thadeo, cada vez que se le pregunta sobre su día a día.
Recientemente y gracias al apoyo del plantel del Centro Pedagógico Ñemity, consiguió ingresar en el puesto número 10 (de entre casi 170 postulantes) en la Escuela Agrícola Cerrito de Villa Hayes, Chaco. “Cuando me preguntaron si quería estudiar en una escuela agrícola, enseguida le dije que si a la profe, me contó cómo iba a ser, y que tenía que viajar y vivir allá en el Chaco. Yo no tengo miedo, quiero ir, por eso estudié mucho”, confesó Thadeo sobre sus expectativas de estudio.
El día a día de Thadeo se inicia con el desayuno bien temprano, luego y dependiendo de los turnos que tengan con su demás compañeros, el instructor los lleva a la granja, donde comienza quitando los huevos de las ponedoras y limpiando el corral. A veces le toca revisar los tubos de la huerta hidropónica y ver que todo esté funcionando bien.
Luego de las labores en la granja, él y los demás adolescentes, tienen unas horas de refuerzo escolar; y ya por la tarde comienzan los deportes y juegos recreativos. En el futbol juega de delantero, “a veces también soy defensor de derecha, pero casi siempre soy delantero, siempre meto muchos goles. Algún día voy a jugar en el Club Olimpia”, confiesa con orgullo.
Felicina Meza, coordinadora del Centro Pedagógico Ñemity, comentó que, “desde que vino al Centro, Thadeo fue un niño excepcional. Aquí continuó con la escuela; siempre fue muy estudioso. Aquí le inculcamos a todos, a que aprovechen todas las oportunidades que tienen. No todos hacen y terminan los cursos y talleres que ofrecemos, pero Thadeo no se pierde de ninguno. Él ya estudió de todo, el año pasado terminó el curso de fontanería, y en la granja es el primero en asistir siempre”.
“Este año contamos con un educador que les enseña matemáticas con el ajedrez; al principio a todos les pareció difícil aprender, pero gracias al entusiasmo de Thadeo (que siempre gana los rondas, comenta entre risas), ya todos quieren jugar, hasta hicimos un concurso de ajedrez y juegos de mesa, para incentivarlos a compartir los momentos de ocio”, compartió Felicina Mesa.
Thadeo, cumplió 15 años recientemente, los cuales festejó, en una celebración organizada por funcionarios del Centro Ñemity. Llegó en el año 2015, mediante derivación del Ministerio de la Defensa Pública, debido a un problema de salud de la madre, que le impedía seguir cuidando de sus hijos (Thadeo además cuenta con 3 hermanas). Inició una nueva etapa en su vida. Comenzaron las clases en el 1ro. de la media, en el internado de la Escuela Agrícola de Cerrito, Chaco; para ir recorriendo el camino hacia su profesión, siempre con el apoyo del Ministerio de la Niñez y la Adolescencia.
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