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Coronavirus en Argentina: cuatro razones que explican la situación sanitaria

El presidente argentino, Alberto Fernández, sostiene que la cuarentena evitó el colapso del sistema sanitario. Foto: BBC

El presidente argentino, Alberto Fernández, sostiene que la cuarentena evitó el colapso del sistema sanitario. Foto: BBC

Este lunes los argentinos vivieron dos hitos, que parecen contradictorios: llegaron al millón de infectados de covid-19 el mismo día en que se cumplían siete meses desde que se impuso una cuarentena, que se ha convertido en la más larga del mundo.

El país sudamericano es actualmente el quinto con más contagios en todo el planeta, después de Estados Unidos, India, Brasil y Rusia, naciones con poblaciones mucho mayores.

Esto a pesar de que Argentina fue uno de los primeros en la región en imponer restricciones masivas como la prohibición para circular (con excepción del personal esencial), el cierre de empresas y comercios, y el freno de todos los vuelos comerciales y de las rutas de autobús de mediana y larga distancia.

Estas medidas se aplicaron por decreto el 20 de marzo en todo el país, pero eventualmente se relajaron en el interior.

Allí se aplicó el Distanciamiento Social, Preventivo y Obligatorio, menos estricto que el Aislamiento Social impuesto en el área metropolitana de Buenos Aires (AMBA), donde vive el 40% de los argentinos.

Aunque también en el AMBA se fueron flexibilizando las medidas, y desde julio dejaron de aplicarse multas a las personas que violan la prohibición de circular, la cuarentena decretada por el presidente Alberto Fernández aún sigue vigente y ya se extendió una docena de veces.

El transporte público sigue siendo para uso exclusivo del personal esencial, las escuelas y universidades siguen cerradas en gran parte del país y Argentina es la única nación del mundo que aún no tiene vuelos de cabotajes, que supuestamente se reiniciarían este jueves.

A pesar de todo esto, el país lidera hace unas semanas el ranking mundial de muertos diarios de covid-19 por millón de habitantes.

Desde que por primera vez se reportaron más de 100 muertes diarias, el pasado 20 de julio, la curva de contagios y decesos se aceleró y en los últimos tres meses la cantidad de fallecidos pasó de unos 2400 a casi 27.000.

Pero ¿cómo se explica que este país de cerca de 45 millones de habitantes haya llegado al millón de contagios y hoy esté en el top mundial de infectados y muertes diarias?

Pocos testeos

La mayoría de los expertos consultados por los medios locales coinciden en que la principal explicación es la falta de una mayor cantidad de testeos y una estrategia de búsqueda de contactos de personas infectadas.

Y es que si bien Argentina siguió al pie de la letra las sugerencias de la Organización Mundial de la Salud (OMS) de imponer el uso de barbijos y la distancia social, no acató la tercera pata de la estrategia: testeos y rastreos masivos, sobre todo de infectados asintomáticos, que son quienes más diseminan el virus.

Fuentes del gobierno citadas off the record explican que los testeos más eficientes son costosos, una traba para un país que incluso antes de la pandemia ya atravesaba una grave crisis económica.

Si bien la cantidad de pruebas ha variado, han sido menos que en otros países de la región y los resultados comprueban que no fueron suficientes.

Según la OMS, si uno testea correctamente, lo esperable sería tener una cifra de casos de positivos cercana al 10% o menos. En Argentina la tasa de positividad supera el 50%, indicando que se está testeando de manera insuficiente.

Errores de estrategia

Si bien muchos expertos en salud respaldan la cuarentena impuesta por el gobierno, las propias autoridades han admitido que no calcularon bien la extensión que iba a tener la enfermedad.

“Todos pensábamos que la pandemia en América iba a durar poquito, no como en Asia, pero sí como en Europa”, reconoció en declaraciones a Radio Continental el ministro de Salud argentino Ginés González García.

El mismo funcionario había sido criticado a comienzos de año por haber minimizado la posibilidad de que el virus originado en China llegara a Argentina, donde era verano, afirmando que el calor destruía el covid-19.

El interior

A pesar de que los casos están bajando en la región metropolitana de Buenos Aires, la más poblada del país, están subiendo rápidamente en otros lados. Desde septiembre que hay más infecciones en provincias del interiordel país que en el AMBA. Esto llevó al presidente Fernández a afirmar que ahora la principal preocupación ya no es el Gran Buenos Aires sino esas regiones. El pasado 12 de octubre, al extender el Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio en el AMBA hasta el 25 de octubre, el mandatario decretó que algunos departamentos en 18 provincias debían volver a cumplir una cuarentena estricta.

“El virus se fue a las provincias mientras pensábamos que lo teníamos controlado en el AMBA”, reconoció al diario La Nación Luis Cámera, secretario de la Sociedad Argentina de Medicina y asesor del gobierno.

El médico Daniel Gatica, quien fue atacado por familiares de un muerto de covid mientras trabajaba en los servicios de emergencia de un hospital en el norte del país, en Orán, Salta, le dijo a BBC Mundo que allí nunca se hizo cumplir el distanciamiento ordenado por las autoridades.

Hartazgo social

Lo cierto es que no solo en Salta se dejó de cumplir la cuarentena hace meses. Ya sea por necesidad económica o por cansancio del encierro, los argentinos dejaron de acatar las órdenes de aislamiento y distanciamiento ordenadas por el gobierno.

En tanto las autoridades dejaron de aplicar multas a los infractores.

Este movimiento de personas, en particular las reuniones de familia y sociales, realizadas por mucho tiempo puertas adentro porque estaba prohibido usar espacios públicos, fueron un factor determinante para explicar el aumento exponencial de casos y muertes a partir de julio.

Las autoridades y sus críticos se acusan mutuamente por este relajamiento.

Los primeros apuntan especialmente contra los grupos “anticuarentena”, que incluso protagonizaron una serie de marchas —la última y una de las más masivas el pasado 12 de octubre— protestando por la falta de libertad y lo que algunos llaman una “infectadura”.

Para los detractores del gobierno estaba claro que una cuarentena de tantos meses era insostenible, motivo por el cual ningún otro país ordenó un cierre tan largo.

También culpan al gobierno de haber profundizado la crisis económica que generó la pandemia, llevando a decenas de miles de pequeñas y medianas empresas a quebrar ante un cierre tan prolongado.

Hay una sola cosa en la que todos están de acuerdo: la crisis sanitaria recién se superará cuando haya una vacuna, algo que según las autoridades argentinas estará disponible “masivamente” en marzo.

Fuente: BBC Mundo

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