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Lifestyle

Amar al hombre equivocado

Foto: Trendencias.

Foto: Trendencias.

POR Sandra Lustgarten
Psicóloga y sexóloga.

La vida nos pone a prueba y sobre elecciones no siempre acertamos, ya que la gran mayoría de las veces las mujeres pecamos por elegir al equivocado. ¿Quién dice que alguien es el hombre adecuado? Enamorarnos no asegura que la brújula haya señalado al adecuado, muchas veces en forma ilusoria vestimos al elegido tal como nos gustaría verlo o como deseamos que sea.

Así mismo, la mayoría de las veces nos equivocamos y nos falla la intuición, nos reprochamos o echamos culpas acerca de nuestra mala elección, y entonces acudimos a consejeros, amigas, familia, aunque nadie puede determinar si la mala elección se debe a la falta de experiencia, también nos queda la duda de si se trata de inmadurez. Puede ser parte de creencias idealistas que hacen que nos creamos poderosos si en nuestra elección acertamos, este nuevo desafío de responder a la altura del acontecimiento nos ayuda a confiar en nuestro instinto, aunque no siempre es la forma de elegir al adecuado. Puede suceder en el camino que leamos mal los signos que nos advierten sobre lo disfuncional del vínculo, e interpretemos de forma inadecuada las conductas que nos indican conflictos de personalidad que provocarán situaciones irreversibles.

Hay personas que manifiestan su desconcierto, piensan que se enamoraron de la persona adecuada y, sin embargo, dejaron pasar inadvertidos hechos que suscitaban a diferencias firmes, “si mi padre lo pudo ver, por qué no me di cuenta”, “Mi madre me lo advirtió y no le hice caso”. Somos responsables directos de nuestros errores, los que muchas veces nos dan una enseñanza, pero no siempre lo entendemos a tiempo. Nosotras las mujeres enamoradas perdemos el rumbo cuando nuestros sentimientos nos desbordan, dejamos todo en pos y por el otro, nos sentimos ilusionadas, creemos en el amor, tenemos la esperanza de que nuestra elección cambiará nuestras vidas.

Algunos hombres en terapia me dicen que la mujer cambió después del embarazo, otros mencionan dificultades ocurridas después del destete o de tener hijos, respecto al lugar y rol que tienen en el entorno familiar. Se sienten abatidos porque la mirada hacia ellos ya no es igual que al principio, a la etapa del enamoramiento, la atención no es la misma, que eran el centro de atención, pero luego todo cambia, y se preguntan si habrán elegido a la mujer adecuada. La desorientación en el varón se vivencia de otra forma y se da una especie de sentencia, algunos castigan severamente esta actitud femenina del abandono, ponen en juego el sentimiento de lealtad.

Algunas parejas reclaman el desgano en el vínculo, en la apatía producto de la sensación de rutina, se vivencian asexuados, se aíslan, y los estados de ansiedad fomentan los choques violentos que se presentan en forma de discusiones interminables. O sea, esta duda existencial sobre la elección amorosa también golpea duramente a los varones, los confunde y aterra.

Las mujeres nos demoramos en darnos cuenta de que elegimos a la persona equivocada, nos cuesta detectar al hombre violento, poco afectivo, psicópata, manipulador, narcisista, desarrollando un apego irresistible con el varón que produce cierto encantamiento. El poder seduce de manera inequívoca a la mujer y ese poder es el que después con el tiempo se impone de forma dañina en el vínculo, contaminando la relación.

En general, cuesta asumir la frustración que conlleva el hecho de equivocarse para elegir. Las consultas aumentan alrededor de las dificultades que implican entender lo disfuncional, la mayoría de las mujeres no buscan la causa real por la que eligieron mal, ocultan las respuestas y evitan conectarse con su propio interior y poder manejar las incertidumbres.

Desconfiar de nuestro instinto es una característica típica de personas que son inseguras, el miedo y la poca fe es la que determinará la fragilidad para forjar un estilo que nos permita asumir las responsabilidades cuando ejercitamos el amor, porque errores de estos nos cuesta mucho trabajo.

Tardamos en comprender cuando las cosas no funcionan, y en ver que es lo que hicimos para que esto suceda, en general perdemos tiempo echando culpas aun sabiendo que algunas consecuencias son irremediables.

¿Es necesario cambiar de pareja cuando las cosas no funcionan?

Cambiar de pareja no asegura el cambio, no es lo que prometerá una relación sana, los motivos de cada pareja son distintos y no podemos generalizar, pero lo que no se discute, ni se comunica queda apresado en el interior y se manifiesta como puede para salir, a veces a través de conductas agresivas, otras en forma de las conocidas conductas de acting que se evidencian en comportamientos con un alto grado de impulsividad, los enojos salen a la luz y la mayoría de las veces se evidencia la ira hacia la pareja y esto impacta no solo en la psiquis de cada uno , desequilibrando las emociones, sino también se manifiesta intensamente en la vida íntima de la pareja.

Muchos de los miedos que nos invaden están asociados a fantasías diversas acerca de no poder construir una nueva relación estable, uno de los motivos por los que muchas personas eligen quedarse en el lugar equivocado, temor a volver a sufrir, temor a los cambios, posibilidad de equivocarnos nuevamente si nos comprometemos.

Hay parejas que intentan reforzar el vínculo y mejorar la relación teniendo un hijo, creen que esto les asegura la estabilidad en la relación y les promete la prolongación de la misma; sin embargo, el resultado puede ser más contradictorio que lo esperado y con un costo altísimo.

Algunos mensajes distorsionados sobre el amor nos invaden con desventuras y una vivencia amorosa traumática, nos crean falsas expectativas, sueños que nunca se cumplen, fantasías que nos estimulan, pero se vuelven inalcanzables, en rigor llamar las cosas por su nombre y ponerle nombre a lo que nos afecta es la manera de transitar las cuestiones que se presentan en el ámbito de las relaciones amorosas.

El enamoramiento es un ensueño, pero en algún momento despertamos y nos enfrentamos a la realidad de todos los días, sumergidos en responsabilidades y obligaciones que nos exigen realismo. Elegir una pareja, elegir de quién nos enamoramos es de una exagerada responsabilidad porque exige conciencia de todo lo que estamos vinculando a esa elección, y de todo lo que planificamos obtener cuando elegimos.

La autoestima es el bastón ideal para construir relaciones sanas, sentir seguridad en uno mismo y en lo que uno transmite respecto a los valores propios, a los deseos, y sueños es lo que asegura una identidad de pareja estable, como se construyen los cimientos harán posible la entereza y fuerza.

“Cuando elegimos de quien nos vamos a enamorar, estamos repitiendo vínculos en forma acertada o desacertadamente”.

Instagram: @sandralustgarten

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