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Lifestyle

Fingir el orgasmo

Inseguridad sexual. Foto: Colegio Médico Colombiano.

Inseguridad sexual. Foto: Colegio Médico Colombiano.

POR Lic. Sandra Lustgarten
Psicóloga y sexóloga.

El temor a decir lo que no nos da placer, el temor a la comunicación, el temor al desencuentro amoroso, a no saber o no entender el lenguaje de nuestro cuerpo, a tener que reconocer que no sabemos, a tener que enfrentarnos con nuestros pudores, a descifrar nuestros miedos.

Algunas incongruencias con relación a lo que pensamos sobre la sexualidad que hacen que no lleguemos a los resultados que queremos, sobre todo cuando se trata de placer, resultado que requiere que todo esté en sintonía y que algunos elementos que interactúan sean concordantes con otros.

Solemos ignorar aquellos puntos que consideramos importantes sobre la estimulación y que son los que nos dan posibilidad de mejorar la forma en que experimentamos el placer, es fundamental conocerse a uno mismo para poder descubrir cómo, dónde y de qué manera disfrutamos, así poder reeducar a la pareja porque tan solo somos distintas en gustos en preferencias y en la manera en que disfrutamos de la intimidad y ellos no tienen diferentes recetas, sino que hacen de un formato la clave para todas las aventuras amorosas.

De esta forma podremos hacer de la comunicación un puente ideal hacia la satisfacción.

Las mujeres que se animan a expresar el placer hacen que el compañero sexual goce más, es lógico que no solo levanta la autoestima sexual, sino que también aumenta la virilidad , el hombre quiere sentirse buen amateur, por eso necesita la aprobación y esto se da cuando ve gozar a su compañera.

Las formas que utiliza para confirmar el placer femenino son muy diferentes a aquellas que la mujer utiliza muchas veces y que resultan engañosas.

Un signo fundamental para que se vuelva evidente el placer femenino es la lubricación. La mujer se prepara de esta forma para la penetración, la llegada del hombre debe ser un estímulo que roce y acaricie, pero no que lastime y con la fricción irrite.

Por eso la mejor manera de evitar consecuencias durante la penetración es la lubricación.

Otra forma de reconocer el placer para el varón son actitudes de apertura en la mujer, cuando la mujer se cierra y el hombre se esfuerza en poder lograr un acceso natural y no forzado es que la mujer no reprime la penetración. El varón puede colaborar en eso a través de la buena estimulación, conociendo el mapa erógeno femenino y los puntos de mayor satisfacción.

¿Por qué finge una mujer?

Las mujeres eligen fingir en vez de decir la verdad, y esto resulta un camino más sencillo para evitar herir susceptibilidades del varón y para lograr la armonía en la relación.

Algunas mujeres tienen la fantasía de perdida de la pareja si manifiestan insatisfacción cuando el hombre no sabe de técnicas para que logren el placer.

Más vale malo en la cama pero generoso

Silenciar los conflictos sexuales no es la metodología ideal, los conflictos deben encauzarse en un buen diálogo.

Si la pareja quiere un trío, hay que decirlo, explicarle a su pareja que esa fantasía gira en torno a un pensamiento que irrumpe seguido y que, más allá de no cumplirlo, es una fantasía que le gustaría explorar. Esto transmite también confianza y anima a que surjan otras inquietudes, se pierda el pudor y se anime la cuestión de acercamiento.

Las parejas permanentemente viven envueltas en la falta de sintonía, deseos que se entrecruzan o se mezclan.

Aquello que no tiene cauce y que queda reprimido para luego expresarse en brazos de otra conquista, definitivamente sí que el punto de llegada de muchas parejas que fingen antes de hablar, es la infidelidad.

El mundo de los amantes es muy complejo y rico y siempre hay personas que salen de la regla, cuando existen parejas que encuentran motivador si el hombre finge el placer, los sonidos, los gestos, que denotando sensaciones intensas provocan una explosión en los sentidos auditivos
contando las proezas en el arte amatorio a causa de haber evidenciado el disfrute masculino.

Reflexionando en cuáles son los mecanismos que animan a los reflejos, se circunscriben en las zonas erógenas, aumentando el tono de la fantasía femenina.

Algunas parejas entran en crisis cuando el sexo se torna aburrido o cuando reconocen que tienen sexo por tener o conformar al otro y no porque sienten deseos, más aún el deseo aparece inexistente, sin ánimo para la intimidad o el encuentro.

Crear y recrear el sexo es dar permiso a que la relación fluya, a contar las fantasías, a dejarse amar, a rozar, chupar, succionar, saborear, dar lugar al sexo oral y a todas las formas posibles para que la relación no entre en un círculo rutinario de apatía.

Cambiar de roles

No solo es una estrategia muy efectiva para muchas parejas, sino que también es una alternativa para jugar un rol distinto que solo en un ambiente lúdico puede explorarse.

De esta forma, si los miembros de una pareja prefieren cambiar en la intimidad de rol y utilizar la estrategia de fingir el placer turnándose, resulta válido para poder explorar lo que esto despierta en cada uno y en su amateur. La sexualidad es amplia, es rica y cuanto más natural se experimenta, entonces más fluido será el intercambio.

Muchas parejas utilizan algunas estrategias divertidas y novedosas que enriquecen esta experiencia y calienta motores como hablar con palabras exóticas, calientes, que promuevan las ideas más novedosas para crear en el ámbito del intercambio erótico.

Animar al juego en la cama y a la seducción es un buen tip para quienes se desaniman por haber perdido el encanto de la juventud.
“Pienso que es válido fingir el orgasmo, ya que mujeres y hombres pueden hacerlo como si fuera y en ese baile que también suceda”.

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