La vida sexual después del divorcio

Las contradicciones que se dan en este ámbito son llamativas, el divorcio suele ser uno de los peores traumas por los que transita una pareja; sin embargo, las personas reaccionan frente a esta situación dolorosa de distinta forma, la educación y cultura ayuda, aunque a veces el comportamiento nada tiene que ver con la formación personal. En el caso de las mujeres, se encontraron distintas formas de manejar estos sentimientos, algunas en una actitud optimista ven una oportunidad, creen que comenzarán a explorar su sexualidad, que vivirán experiencias desconocidas y que recuperarán el deseo perdido. En la mayoría de los casos ponen la libido en sus personas y comienza el recorrido por un camino donde necesitan sentirse miradas, deseadas, sensuales, excitantes.

Las mujeres se liberarán de viejos prejuicios, toman conciencia de las limitaciones previas respecto al desenvolvimiento sexual y las conectan con expectativas nuevas. El divorcio marca un antes y después, la mujer deja de pensar en lo que se ve bien o mal, solo quiere disfrutar de esa etapa de la vida, si han sido madres, que un hombre las vea mujer, exploran distintos modelos de conducta hasta que encuentran el lugar
donde vuelven a sentir placer sexual. Encontrar un hombre que les devuelva la autoestima dañada durante ese periodo de pareja estancada es lo que más les afecta.

Abrirse a la satisfacción es un desafío, un emprendimiento que importa la sumatoria de distintos momentos, la mayoría de las mujeres han tenido que enfrentarse a viejos prejuicios, mitos y tabúes respecto a la propia sexualidad. En la vida de las mujeres excitarse es un aspecto que solo empeorara las cosas, años de represión, mujeres que no podían expresar su deseo y manifestarse excitadas o descubrir que pueden tener orgasmos, que pueden gozar, que pueden auto estimularse.

Actualmente, la mujer entiende que un juguete sexual es una herramienta para descubrir una sexualidad distinta, más prometedora, que no es promiscuo, que es una forma de entrenar su genitalidad para el resultado deseado. Emprenderá un viaje al orgasmo nunca recorrido, podrá tener experiencias con personas más jóvenes, conocerá el punto G, se descubrirá multiorgásmicas.

El sexo no es solo para procrear, el sexo es para sentir, para colocar la libido en el lugar indicado, de lo contrario si la libido no se puede canalizar entonces, aparecen las explosiones anímicas, el impulso brota de forma irrefrenable. Es así como el sexo es vida, es naturaleza, es amor al prójimo y hacia uno mismo, es conciencia, es armonía.

Los hombres nos inquietan respecto a cómo manejan las situaciones de crisis o vitales, algunas personas manifiestan que nunca terminaran de conocerlos, sin embargo he podido escuchar en el consultorio muchos hombres que lloran como mujeres, que desean creer en el amor, que se ilusionan con volver a sentir conexión, que fantasean con la mujer ideal, se sienten vulnerables y ponen las emociones en juego en la búsqueda del encuentro.

También en el transcurso de los diferentes hombres que han atravesad un divorcio encontramos a quienes dicen sentirse bien, mostrar una imagen de sí mismos absolutamente cambiada, desconectar la emoción y fingir que nada pasó y sin duda de esta forma niegan para no conectarse con lo que sienten , porque no saben cómo manejarlo. Es que nunca nadie nos enseñó a preparar nuestro corazón para las heridas del amor. El amor duele, y el desconocimiento nos deja desprotegidos respecto a cómo transitar el dolor.

Lo que más me impresionó en los años que pude trabajar con parejas que se separan , es como manejan las  emociones, en qué lugar ponen lo que les pasa, la dificultad que tienen para ubicar las cosas en el contexto que debe ir. La soledad a veces es cruel, muchas personas deben adaptarse a un modelo diferente y no sabe cómo hacerlo, pero también creo que proponerse no basta con entender el dolor que deja la frustración ante lo perdido, para eso es necesario tener una gran tolerancia a frustración y esto no es algo adquirido, esto se aprende.

En los divorcios lo primero que queda en pedazos es la autoestima, el miedo a no gustar, a no ser elegido o querido nuevamente, el pensamiento depresivo abarca todas las horas y aunque muchas personas muestren una imagen de frialdad, como si la situación no lo movilizase, es todo lo contrario, muy probablemente detrás de ese caparazón que se ponen de forma defensiva hay un corazón herido al que hay que reconstruir están aquellos que desean negar todo sentimiento, cerrar el corazón, darle al cuerpo el poder para invertir la carga, no sentir ninguna emoción, mostrarse resueltos en cuestiones del corazón, el sexo se vuelve más frecuente pero es más una herramienta para desvincularse, es una forma de eludir la angustia, evitar sensaciones dolorosas, lograr el olvido.

La experiencia de muchas mujeres es no poder tener nuevamente intimidad, algunas con años de matrimonio tienen temor de que pudieran darse cuenta de que nunca tuvieron un orgasmo, que son novatas en lo sexual, o que tuvieron solo una experiencia. Muchos hombres temen que el encuentro con alguien desconocido los haga no controlar la eyaculación precoz que es producto de la ansiedad preparatoria, una forma de huir de lo que teme. Enfrentase a los problemas que tiene con respecto a su virilidad lo hace sentirse impotente, y lo es frente a cómo manejarse sin temor, animarse después de años con una mujer nueva, desconocida es todo un reto para ellos y de esta prueba depende el día después a esta experiencia.

Equivocarse no es ser mal amante, un error se subsana y los malos amantes con la educación y experiencia pueden convertirse en expertos sexuales, de los miedos se aprende. He sido curiosa en parejas que luego de explorar nuevas aventuras con otras personas han podido resolver lo que las estancaban en aquellos vínculos que se rompieron, escuchar que luego de separarse han podido resolver frustraciones en el aspecto sexual, me dio optimismo para creer fehacientemente que muchas personas se agobian con la falta de confianza y en la búsqueda de esta autoestima perdida es que sueltan para reiniciar el juego sexual, se alejan para buscarse porque esto genera adrenalina.

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