La pastilla sexual en la era del amor libre

POR Sandra Lustgarten

Psicóloga, sexóloga. Matrícula N.º 19529.

El placebo que confunde las expectativas

En algún momento, llegar a la luna parecía un sueño que nunca se cumpliría, hoy llegar al misterioso orgasmo es una prueba que no muchos logran superar. La frecuencia con la que hombres y jóvenes, menores de 50, que claramente son víctimas del padecimiento de las complicaciones eréctiles, así como actualmente varios jóvenes adolescentes que confunden el no animarse con el no poder, llevan al uso indiscriminado de la ingesta de la pastilla sexual. El tráfico de estas pastillas sexuales inunda las noches de diversos países del mundo, creyendo que es el modo en que la sexualidad se convierte en el paraíso terrenal de un grupo selecto, y es claramente el grupo social que puede adquirir la pastilla de los sueños.

La creencia popular de que se pueden disfrazar síntomas y que, de esta manera, se puede ocultar el problema, hace que la elección de esta muleta para el amor sea la elección de un porcentaje mayor de hombres que también prueban para ver si se convierten en mejores amadores, el olvido de que la mejor inversión es acudir a soluciones médicas más que a soluciones mágicas.

Las mujeres sueñan con que ese momento sea real, único, y dure toda la noche. Ser el impulso, el estímulo de un hombre, ser deseada es lo que ambicionamos todas las que no solo nos estremecemos entre abrazos, sino que a la hora de la verdad nos importa sin poder negarlo que el hombre sea potente, que el miembro sea eréctil, porque esta es la función normal de la vida sexual de pareja, lograr la respuesta sexual que corresponde a cada género, en forma natural.

No es lo único que necesitamos las mujeres, además de una lengua sutil, juguetona, que envuelva, que roce. También la mujer espera alcanzar el orgasmo producto de la penetración, por eso la desilusión se aproxima cuando empieza el juego erótico, siente que el hombre quiere, quiere pero no puede, la pregunta es y la angustia la carcome acerca de si es él o ella la que produce esa reacción, esto como consecuencia desestabiliza a la pareja, incrementa emociones negativas y hace que el encuentro se vaya tornando un permanente desencuentro y rechazo.

Adiós a los vibradores, le dice el Sildenafil al clítoris

El poder de la palabra y lo que nos decimos a nosotros mismos, lo que no queremos escuchar, las conocidas excusas para evitar la mirada acusadora, la vergüenza, la timidez, la humillación y el rechazo o la apatía. Así, la palabra queda subordinada al poder de la mágica pastilla que provoca un milagro suficiente como para nutrir de energía suficiente, para hacer que el sexo funcione, es que ya no se necesita más la palabra de amor. La pastilla es la posibilidad al viaje surrealista, y es acá claramente donde la mente nos juega una trampa, “la muleta nos acompaña y ella hace todo, ya no me hace falta más nada”, embriagado de superpoderes, no hay freno para la adicción al sexo, la respuesta la da este consumismo sobredimensionado de pastillas azules.

Así es como durante años el sufrimiento por la asexualidad en una cantidad de parejas que perdían su rumbo desorientadas y desanimadas, haciendo que exista el beneficio secundario de la enfermedad, después de la impotencia, se conoce la forma de sobrevivir a una de las patologías más serias de todas las épocas que es la disfunción eréctil, una vida sexual sin solución, sin respuesta y con un desasosiego que deja sin esperanza a muchos matrimonios y parejas. En la búsqueda de la causa, ya sea psicológica o clínica, la revolución de esta pastilla cambió la vida sexual de muchas personas.

El miedo, un agravante

Una vez que el miedo se instala en la mente, el recorrido por esos caminos hace que el desafío se vuelva una conducta predominante, ya que es la única manera de salir del desencanto e infelicidad que ocasionan los problemas o enfermedades sexuales. La posibilidad de una vida erótica que tenga un final feliz y no una promesa que queda en el tiempo incompleta es lo que dio ánimo y luz a muchos. Pasa que las parejas terminaban sintiéndose responsables o culpables de vivencias sexuales incomprensibles, de no encontrar las respuesta adecuadas de por qué si con la mente querían con el órgano no podían. Otro punto de condena era cuando empezaban ese juego de complicidad erótico sexual, con el deseo incipiente en el escenario indicado y sin embargo no se consumaba el acto, llevándolos al fracaso sexual y a la parálisis finalizando con la frustración inevitable.

Existen ciertas características desconocidas por muchos, sobre cuándo deben tomar la medicación y elegir cual será la adecuada, es importante cuál quedaría ideal para cada persona, cada cuerpo según como viven y qué frecuencia sexual tienen, según como es la conducta sexual de cada quien, por ejemplo hay personas que odian tener que programar el evento, condicionando el día, la hora, el momento, tener que prepararse  antes con la pastilla, buscar la hora exacta, sin duda esto le quita motivación a la escena y a muchos hombres que no están preparados psicológicamente.

El óxido nítrico y su función en la erección

Un óxido que permite que los músculos del miembro masculino se relajen, de esta forma el flujo sanguíneo mejora y se acelera, es fundamental saber cuánto tiempo permanecen los químicos en el organismo, es como la nafta de un vehículo, estimar cuánto durará el tanque para preparar la llegada al destino. Esto da cuenta básicamente de la importancia que tiene que sea el clínico quien medique e indique la dosis, para que se logre el mejor funcionamiento. Lamentablemente esto no sucede, en general la mayoría de la población masculina ingesta a partir de la recomendación o consejo de algún amigo que lo medica, a sabiendas de que esto puede ser sumamente riesgoso, llegando al peor de los desenlaces.

Algunos hombres desconocen que existen más beneficios de tomar el sildenafil con el estómago vacío, y que no deben consumirse con nitratos, que puede llegar a durar en el organismo hasta 6 horas. Hay otro tipo que cumple la misma función pero se toma a diario, de esta forma no existe la exigencia de la planificación, el varón se siente más relajado frente a situaciones que suceden en momentos no pensados, dando buenos resultados cuando son situaciones que los toman por sorpresa, a mi entender esto de quitar la connotación de planificación de la escena sexual y de prever el desenlace es esencial para evitar la ansiedad.

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