Un nuevo tiempo

Este martes 15 de agosto termina una era democrática e inicia otra nueva en el Paraguay. En esta ocasión, liderada por el colorado Santiago Peña como presidente de la República y Pedro Alliana como vicepresidente.

El joven economista y novel político, quien primeramente fue de afiliación liberal, ocupó varios cargos importantes en gobiernos anteriores. Fue miembro del Banco Central del Paraguay y posteriormente ocupó el cargo de ministro de Hacienda durante la gestión presidencial de Horacio Cartes acutal presidente de la ANR y líder del movimiento Honor Colorado.

Con promesas de combatir la inseguridad, a los chespis, reimplementar a los agentes de seguridad motorizada Lince, promover el acceso a las viviendas, fortalecer las relaciones internacionales, mejorar la salud y la educación, jurará ante el presidente del Congreso, Silvio Ovelar, y cientos de autoridades nacionales e internacionales.

Con la esperanza puesta en un Paraguay mejor, Peña, quien llega a la presidencia tras un fracaso electoral en el 2018 ante Mario Abdo Benítez, aseguró que no cometerá injerencia en otros poderes del Estado, además de decir que defenderá los valores de la familia y la soberanía paraguaya.

Afirmó que no tolerará margen de error durante su gestión y eso se vio reflejado hace  tan solo dos semanas cuando destituyó, sin siquiera haber asumido, a su primer elegido como ministro de Salud, Dr. Felipe González, tras haber afirmado que se debería elegir a qué paciente oncológico suministrar ciertos medicamentos costosos para salvarle la vida.

Peña, de 44 años de edad, nació el 16 de noviembre de 1978, en Asunción. Estudió Economía en la Universidad Católica Nuestra Señora de la Asunción, y obtuvo el título de economista. Además, realizó una maestría en Administración Pública por la Universidad de Columbia (Estados Unidos). Fue también profesor en la Universidad Católica Nuestra Señora de la Asunción.

A pesar de que sectores de la oposición afirman que quien gobernará realmente el país será nuevamente el líder de Honor Colorado, el presidente respondió en varias ocasiones y en forma tajante que no recibirá directivas de nadie y que honrará los votos recibidos en las elecciones del 30 de abril de este año.

Sin embargo, a pesar de que el nuevo mandatario lleva consigo una pesada carga política de ser delfín de Horacio Cartes, los ciudadanos debemos darle un voto de confianza y ser observadores y contralores de esta nueva etapa democrática para el país.