Economía
Empleo crece, aunque persisten las brechas y la informalidad

Imagen de referencia. Foto: IP.
La tasa de ocupación en Paraguay fue de 68,1% en el cuarto trimestre de 2024, el nivel más alto en cuatro años, aunque sigue sin recuperar los valores previos a la pandemia. Si bien el empleo creció, persisten las brechas de género y un alto nivel de informalidad, lo que refleja los desafíos estructurales que aún deben ser abordados para mejorar la calidad del empleo.
En el cuarto trimestre de 2024, la fuerza laboral en Paraguay, compuesta por personas de 15 años y más que trabajan o buscan empleo, abarcó al 71,4% de la población en edad de trabajar (PET), reflejando un leve aumento respecto a la tasa de 71,1% del mismo periodo del 2023.
De esta población, compuesta por 3.139.430 personas, 2.996.550 se encontraban empleadas, cantidad que representa dos tercios de la PET. Esto implica que en un año se sumaron 37.823 personas a la población ocupada.
A pesar de esta mejora, se observan diferencias entre los indicadores laborales de hombres y mujeres: la tasa de ocupación masculina fue de 79,2%, mientras que la femenina se ubicó en 57,7%, lo que refleja las dificultades para que estas se inserten en el mercado laboral.
Por área de residencia, la tasa de ocupación en la zona rural fue de 68,3%, similar a la de 68,1% correspondiente a la zona urbana.
Por rango de edad
Al analizar el empleo por rango de edad se observa que 6% de las personas de 15 a 19 años están trabajando, 11% de las personas de 20 a 24 años tiene un empleo, proporción que es de 13% entre las personas de 25 a 29. Al considerar a la población adulta de 30 a 59 años los ocupados representan el 58% y en la adulta mayor (65 años y más) constituyen el 12%.
Entre las personas ocupadas, 3,4% se encuentra subocupada, es decir, tienen empleo, aunque trabajan menos del tiempo que quisieran trabajar o tienen disponible.
En el otro extremo, en la inactividad se incluye a las personas en edad de trabajar que no participan en el mercado laboral, no realizan, ni buscan realizar alguna actividad económica.
Esto puede deberse a que se encuentran estudiando u otros motivos, tales como se dedican a los quehaceres de la casa, están pensionadas o jubiladas, son rentistas, están enfermos, entre otros.
La tasa de inactividad cerró el cuarto trimestre del 2024 en 28,6%, lo que significa que 1.257.803 personas se encontraban en esta situación, comparando con el año previo, la tasa disminuyó 0,8 puntos porcentuales.
Al analizar por sexo, solo el 17,5% de los hombres en edad de trabajar se encontraba inactivo al momento de relevamiento de la encuesta permanente de hogares continua (EPHC), mientras que el 39,1% de las mujeres se encontraba en dicha condición. Esto último sería en parte reflejo de la cultura local en la que las mujeres asumen tradicionalmente el rol de cuidado del hogar, así como también estaría respondiendo a que en la actualidad más mujeres continúan con sus estudios.
Situación respecto a la región
Según el Panorama Laboral 2024 de la OIT, la ocupación en América Latina y el Caribe mostró una estabilidad relativa, con una tasa del 59,0% y una tasa de desocupación regional del 6,0%. Paraguay presenta un nivel de ocupación superior al promedio regional y una tasa de desocupación inferior. Sin embargo, y pese a que las tasas de participación y ocupación femenina han mostrado una evolución favorable, la brecha de género es más pronunciada que en otros países latinoamericanos.
Además, la informalidad sigue siendo un desafío en toda la región, con 47,6% de trabajadores en el sector informal, considerando el promedio de 12 países[1]. Paraguay se encuentra entre los países con niveles de informalidad más elevados junto a Perú y Ecuador, con tasas mayores al 60%.
Localmente, el predominio en el sector terciario, donde se encuentran el 67,1% de los ocupados y la alta presencia de las mipymes, que concentran el 75,4% de los ocupados, resaltan la necesidad de fortalecer políticas de formalización y mejora en las condiciones laborales sostenibles en el tiempo.
Por otro lado, en el sector primario, que comprende actividades como la agricultura, la ganadería, se encuentra el 15,4% de los ocupados y en el sector secundario, encargado de la transformación de materias primas en productos procesados, comprende el 17,6% del total.
Estos datos evidencian la importancia de cada sector en la economía nacional, destacándose el rol del sector terciario como generador de empleo, aunque parte del mismo es poco especializado, por lo que se tiene el desafío de fortalecer las condiciones laborales y la productividad.
Finalmente, si bien los datos muestran un panorama laboral en Paraguay con avances en la ocupación y una recuperación sostenida tras la crisis sanitaria, las persistentes brechas de género y los altos niveles de informalidad laboral evidencian la necesidad de políticas que impulsen la inclusión y la formalización considerando las demandas y la estacionalidad de los sectores.
El reto para el país no solo será consolidar los avances logrados, sino también generar condiciones que permitan el crecimiento del empleo de calidad, que a su vez se traduzca en mejores condiciones laborales, mayor equidad y sostenibilidad de ingresos en el tiempo.
Fuente: Mentu.
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