Importación de cemento: desafío y preocupación para industriales y distribuidores

La constante importación de cemento ha generado una alarma creciente entre los productores nacionales y las empresas distribuidoras, quienes enfrentan consecuencias económicas perjudiciales debido al impacto en las ventas y a los posibles efectos adversos en el sector. Mientras se alza un llamado a restringir las importaciones, la capacidad productiva local está en condiciones de atender la demanda, generando interrogantes sobre la necesidad de recurrir al mercado extranjero.

La inquietud sobre este tema ha sido destacada por expertos y representantes de la industria. El gerente de una cementera paraguaya, en relación a la situación del año previo, explicó que si bien hubo un cierto nivel de importación necesario, este año 2023 ha marcado un cambio en esta tendencia.

Según el análisis, las decisiones anteriores del Ministerio de Industria y Comercio (MIC) habían permitido la entrada de 140.000 toneladas de cemento importado. Aunque inicialmente se justificó esta medida, con el tiempo se ha observado un aumento en la capacidad de producción local, gracias a la incorporación de un nuevo productor en el mercado. Esta expansión ha resultado en una producción local más que suficiente para atender la demanda actual.

Sin embargo, las implicaciones negativas de la importación persisten. La sobreoferta generada por las importaciones ha impactado tanto a los productores nacionales como a los distribuidores, quienes se ven obligados a competir con empresas que, en lugar de establecerse localmente, optan por importar cemento. Esta situación no solo afecta a las empresas consolidadas, sino también a las pequeñas empresas que operan en el ámbito de la distribución y que luchan por mantenerse a flote en un mercado dominado por las importaciones.

Desde el sector señalan que aunque el permiso para importar establece un límite temporal de 30 días, las empresas que no utilicen esta aprobación en ese período pueden solicitar una extensión. Sin embargo, en el contexto actual de sobreoferta, esta extensión podría estar agravando aún más el problema.

Se recalca que la capacidad de producción de las empresas locales supera con creces la estimación de demanda de 120.000 toneladas. Esto refuerza la opinión de que las importaciones son innecesarias y están generando un exceso de oferta en el mercado. Por otro lado, se destaca que las autoridades gubernamentales están tomando medidas para abordar esta situación, incluyendo el compromiso de saldar las deudas pendientes en el sector de la construcción. Este paso no solo beneficiará a la construcción en general, sino que también tendrá un impacto positivo en las ventas y el desarrollo de la industria cementera.

La importación de cemento se ha convertido en un tema de discusión apremiante en el panorama industrial paraguayo. Mientras la producción local tiene la capacidad de satisfacer la demanda, la persistencia de las importaciones plantea desafíos económicos y de competitividad para los productores y distribuidores locales. Las decisiones tomadas en torno a este tema no solo afectarán el sector cementero, sino que también tendrán un impacto en la economía en su conjunto.