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Economía familiar entre recesión y disparada de precios

Imagen ilustrativa.

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POR Alfredo Schramm
@elediTHOR

La situación financiera de las familias paraguayas se hace cada vez más insostenible con el estancamiento de la economía real y los sucesivos incrementos de precios de alimentos y combustibles, principalmente. Ambos ítems tienen un peso de alrededor del 70 % en la inflación total de 8 % que se registra en el último año y que resulta ser la más alta en al menos una década.

Desde hoy rige en todos los emblemas un nuevo incremento de combustibles, el sexto desde mediados del año pasado. A finales de diciembre hubo una leve reducción, pero los incrementos siguieron este año con la disparada del precio internacional del barril del petróleo agravado por el conflicto bélico entre Rusia y Ucrania.

Los combustibles registran una variación interanual por encima del 40 % (naftas 48 %).  Este nuevo incremento se verá reflejado en la inflación oficial -pero poco creíble para parte de la ciudadanía-que elabora el Banco Central del Paraguay (BCP). De hecho al fijar la política monetaria, el Central se convierte en juez y parte en cuanto a medición de precios.

Otras de las instituciones que hace un monitoreo de precios en la Secretaría de Defensa del Consumidor (SEDECO), institución que observa en sus reportes alzas mucho más significativas, pero que carecen de metodología más precisa y sin ningún peso político.

De acuerdo a la banca matriz, los precios de alimentos se incrementaron en 17 % entre enero del año pasado y este 2021. Los datos de febrero se darían a conocer en la fecha, cuando probablemente aparezcan subas ostensibles en precios de frutas y verduras cuya oferta se redujo a raíz de la sequía.

La carne es otro de los productos que se volvió casi  inaccesible para la mesa de los paraguayos con incrementos por encima del 30 % en algunos cortes. El récord de exportaciones y los buenos precios internacionales incidieron en estas subas. Ahora, con la suspensión de envíos a Rusia (con un peso total de 20 % en los envíos), algunos cortes podrían abaratarse de no encontrarse mercados alternativos a corto plazo.

A nivel Gobierno, poco y nada se está haciendo para ayudar las finanzas de la población. Las internas coloradas se sobreponen a los intereses comunes en la agenda”.

Desde el BCP están tratando de amarrar la suba de precios a través de la suba de tasas referenciales, pero como esta inflación no viene por el lado monetario, el único efecto que están logrando es encarecer el costo del dinero para el público y brindar un negocio más rentable para los bancos que invierten en instrumentos de regulación monetaria.

A su vez, desde Hacienda redujeron el Impuesto Selectivo al Consumo (ISC) de algunos combustibles, aunque también resulta insuficiente para sostener los precios a nivel interno.

Mientras tanto, el descontento popular sube de tono en las redes sociales e incluso la semana pasada pobladores de Itauguá se levantaron en una manifestación contra la suba de combustibles a través de bocinazos.

De seguir con esta tibia posición en materia económica y sin una hoja de ruta clara, se le podría venir la noche al ya desgastado Gobierno de Mario Abdo Benítez.

Ingresos estancados

Lo único que no sube desde junio del año pasado son los ingresos de los trabajadores, sino todo lo contrario. Un gran sector todavía no pudo recuperar el empleo, mientras que otros lo hicieron pero en condiciones más precarias; es decir, trabajan más y ganan menos. Seguro social, olvidate.

Las empresas, especialmente las Mipymes, no logran recuperarse del todo de los efectos devastadores que tuvo la pandemia sobre los negocios. Si bien algunos sectores volvieron a ocupar personal, otros todavía siguen tambaleando.

Que el salario mínimo (G. 2.289.324) del paraguayo es insuficiente ya no es ninguna novedad, pero el cálculo de los gastos promedios de cada mes que hizo un trabajador se volvió viral y demuestra a las claras que el ciudadano es un verdadero mago para llegar a fin de mes y cubrir las necesidades básicas que tiene dentro de su hogar.

Según sus cálculos, una familia  tipo necesita al menos G. 3,5 millones en ingresos para llegar a fin de mes.

De hecho, al hablar de pago de alquiler, la cuota de la motocicleta, el combustible para el biciclo, ropas, la merienda de los chicos en la escuela, lo básico para la canasta familiar, sin ninguna posibilidad de darse gustos como comer un asado, salir a pasear en familia o adquirir alguna cosa que sea del gusto del trabajador o pueda mejorar su casa, el monto a pagar ya supera los 3 millones de guaraníes, es decir, ya debe el sueldo del siguiente mes, literalmente.

“Esta es una vida de esclavo”, expresó el hombre pintando de cuerpo entero la realidad del paraguayo que percibe el sueldo mínimo.

Sus cálculos fueron en base a gastos básicos, pero hay familias que son numerosas, tienen un vehículo de cuatro ruedas, trata de pagar la cuota de un terreno y estudiar una carrera, definitivamente más de una persona debe generar ingresos mensuales para poder sobrellevar esa pesada carga.

Con la suba de precios de la canasta familiar, el combustible y otros servicios, el valor del salario mínimo será mucho menor y se tornará insostenible seguir manteniendo el “estilo de vida” que permite la irrisoria suma al trabajador que, cada mes, es mago, malabarista, esclavo y todo lo que uno pueda imaginar, para sobrellevar los gastos de su familia.

Globo macro se desinfla

Paraguay enfrenta una de las peores sequías de su historia, afectando significativamente la actividad económica..

“Nuevamente revisamos a la baja nuestro pronóstico de crecimiento del PIB para este año, a -1,7 % (en comparación con nuestro escenario anterior de 0,5 %), debido a un pronóstico aún más bajo para la producción de soja y a pesar de los precios más altos de la soja. Nuestro pronóstico tiene un sesgo a la baja porque el efecto de la sequía en la cosecha podría ser peor”, indica la última proyección de los analistas del banco Itaú.

A finales de 2021, tanto Itaú como otros organismos multilaterales y el propio Gobierno, proyectaban un crecimiento de entre 3 y 4 %, estimativo que se fue desinflando a medida que la sequía avanza. Vale recordar que el agronegocio tiene un peso de alrededor del 30 % en la estructura del Producto Interno Bruto (PIB) paraguayo.

De hecho, el propio Gobierno ya abrió el paraguas adelantando que revisará a la baja su estimación inicial de crecimiento económico. De cerrar en negativo, sería el cuarto año consecutivo en que la economía paraguaya se achica.

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