Connect with us

Economía

Disparada de precios de alimentos desajusta economía familiar

Ilustración. Agencia IP

Ilustración. Agencia IP

POR Alfredo Schramm
@ElediTHOR

En los últimos meses se vienen registrando sucesivos reajustes de precios en la canasta básica familiar, especialmente en el rubro más sensible: el de los alimentos.

De acuerdo al índice oficial, elaborado por el Banco Central del Paraguay (BCP), los alimentos se encarecieron 10,6% entre junio del año pasado y el mismo mes de 2021. Mañana lunes tendría que dar a conocer los resultados en julio, mes en el que el monitoreo de la Secretaría de Defensa del Consumidor registró incrementos de hasta 43%.

El encarecimento de los alimentos fue ampliamente debatido la semana pasada en redes sociales, plataforma en que la amplia mayoría de los usuarios coincidieron en que sus carritos de supermercados están cada vez más vacíos con el correr del año, otra preocupación en medio de una economía familiar sobreendeudada y que no termina de recuperarse de los efectos de la pandemia sobre sus ingresos.

El chivo espiatorio son los supermercados y demás tiendas de ventas minoristas, pero la realidad es que los aumentos son parte de una cadena de suministros que se acentuó en las últimas semanas con dos sucesivas subas de precios de combustibles y efectos de la heladas que hicieron retrocer la oferta.

A esto hay que sumar la disparada de los precios internacionales de materias primas agrícolas que presionan hacia arriba los precios no sólo en nuestro país, sino en gran parte del mundo.

Como si no faltaran factores, hay que sumar la suba del dólar que también tiene una alta incidencia en la fijación de precios en nuestro mercado.

Se trata de una cadena de suministros en la que casi siempre el consumidor es quien paga la cuenta, haciendóla corta.

“Hubo un incremento bastante importante en muchos productos, pero nuestra atención estaba en las vacunas… nadie se hizo eco de las subas, salvo del combustible pero francamente impresionante es”, señaló el consumidor Carlos Letellier, en su cuenta de tuiter.

Los que más sufren

Sin dudas los más pobres, pues gran parte de sus escasos ingresos son destinados a la alimentación. Al perder poder adquisitivo y sin contar con un colchón de ahorro, una gran franja que está al borde inferior de la clase media, podría volver a la pobreza.

Otro de los puntos cuestionados por la población es el salario mínimo de G. 2.2 millones, que en realidad es el techo para la mitad de la clase obrera paraguaya. Seamos sinceros: ¿Puede una familia tipo sobrevir con ese monto?.

Volviendo a los datos oficiales, hay algunas inconsistencias y el cálculo parece no ser muy realista para la mayoría de la población ya que se toman demasiados ítems para medir la inflación, muchos de ellos súperfluos y a los que sólo acceden una minoría.

Aparte, desde el momento en que el Central fija la política monetaria, se convierte en juez y parte al medir la inflación. A falta de otra institución independiente y con capacidad técnica que mida las oscilaciones de precios, no nos queda otra que confiar en éstos datos.

Siempre a nivel oficial, una de las principales herramientas con las que cuenta el Gobierno para frenar la inflación es la política monetaria (tasas de interés) manejada por Banco Central que no ve necesaria aún reajustes.

Para algunos analistas no alineados el déficit fiscal también incide, es decir, el gobierno emite dinero a través de la venta de bonos para cubrir aujeros, la deuda e intereses deben pagarse y no achica gastos.

 

Click para comentar

Dejá tu comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Los más leídos

error: Content is protected !!