Mano a mano con Julio Borba: “Me tocó lo peor de la pandemia, algunos elogian y otros tiran piedras”

Muchos lo llaman “el súper héroe de las vacunas”, debido a que durante su administración empezaron a llegar al país las dosis contra el Covi-19. Él prefiere llamarlo “fe, perseverancia y trabajo en equipo”.  En entrevista exclusiva con El Nacional, el ministro de Salud Pública, Julio Borba, habló del giro de 180 grados que dio su vida desde que tomó la posta como secretario de Estado (ocupando el cargo del saliente titular, Julio Mazzoleni) y lo que significa encarar tan importante labor en tiempos de pandemia.

El alto funcionario habló de su familia como uno de los pilares fundamentales para que él pueda llevar adelante tan relevante cargo, pese a la presión social y a las críticas. Reconoció que, así como muchos elogian su labor, otros también le “tiran piedras”. Además, aprovechó para decir a la ciudadanía que ellos también son seres humanos y pueden equivocarse. “La historia nos dará nuestro lugar”, manifestó.

¿Qué significa para usted ocupar este cargo tan relevante en un tiempo como el que estamos viviendo?

Un enorme compromiso. Creo que cualquier médico que hace carrera en salud pública, quiere llegar alguna vez a un cargo relevante, pero no precisamente en pandemia y en esta situación crítica. Yo creo que asumí en el peor momento y bueno, tratamos de llevar a cabo el mejor trabajo posible, yo siempre creí, creo que este es un trabajo en equipo, de los mejores hombres que tenemos en cada área para poder salir adelante. Cierta ventaja que tengo es que, al tener una carrera larga dentro del Ministerio, le conozco a la gente.

¿Puede recordar ese momento en que deciden que debía reemplazar a tu antecesor Julio Mazzoleni?

Para mí realmente fue una decisión muy difícil de tomar, muy complicada (asumir como ministro de Salud). Fue una cuestión en la que me habló primero el anterior (refiriéndose a Mazzoleni), le dije que no, no había caso, me dijo ‘por favor anda habla con tu familia’ y mi respuesta fue un tajante no. Entre que me fui a mi oficina me llamaron 3 o 4 colegas de alto poder a pedirme que acepté el desafío y les dije que no. Después le llamé a mi conciencia, o sea a mi señora, porque yo estaba seguro de que ella iba a decirme que no, porque la noche anterior le dije que tenía sospechas de que me iban a llamar para asumir el cargo y ‘qué vas a hacer’ me dijo ella y le dije que no y ella me apoyó en eso también muy firmemente.  Pero cuando le llamé a contar ella me dice ‘mi amor este es el momento que tenés la oportunidad de hacer algo por tu país y los tiempos de Dios son perfectos’ y ahí me mató (se emociona) y bueno acá estoy. Mi familia es la razón por la cual puedo mantener esa fortaleza día a día.

¿Quiénes conforman su familia y qué piensan ellos de toda esta labor que lleva adelante?

Soy hijo único, estoy casado con una abogada y tengo dos hijos, una de 17 y otro de 15. Creo que es fundamental el apoyo de la familia, ellos sufrieron mucho, debido a que fue algo muy abrupto, algo que no esperábamos. Al inicio hubo mucho apoyo, pero después sufrieron las consecuencias en una etapa que se pasó muy mal. Por ejemplo, cuando tuvimos que atrasar el inicio de clases, mi hija fue objeto de bullying (acoso escolar) por parte de sus compañeros. Después hablando un poquito con ellos, explicándole cómo es la situación entendieron y después como que se van acostumbrando, pero al estar en este tipo de cargos uno está expuesto a cualquier cosa. Pero la verdad siempre prevalecerá.

Muchos lo ven como el ‘Superman’ de la pandemia, tras la llegada de las vacunas que se dio con su administración ¿Qué piensa de eso?

Yo no me considero de esa forma, más bien creo que los tiempos de Dios son perfectos y creo que es una cuestión un poco de fe, paciencia, gestión, de ir viendo todas las opciones y por sobre todo trabajo en equipo. Desde el primer día que asumimos sabíamos que teníamos tres grandes compromisos: gestionar vacunas, medicamentos e insumos y camas de terapia, era nuestro objetivo primordial y en eso nos enmarcamos.

¿Cuál fue la etapa más difícil en su rol de ministro de salud?

Tuvimos muchas etapas difíciles. Nos llegó a faltar oxígeno, tuvimos muchísimos inconvenientes. Llegó un momento dado también con el tema de las camas de terapias. Mi teléfono explotaba con pedidos diarios. Tenía 30 a 40 llamadas telefónicas de personas que me llamaban rogándote una cama de terapia, que, en su mayor parte, gracias a Dios llegábamos a solucionar. Eso nos golpeó mucho.

¿Le afectan los comentarios negativos hacia su gestión?

Me golpean mucho las críticas y los titulares cuando son injustos. Hubo por ejemplo titulares en donde me trataron de mentiroso y me golpea porque hay que entender que detrás de todos nosotros también hay una familia. Tenemos hijos que están viendo esas críticas, mientras estamos tratando de hacer el mejor trabajo posible. No es fácil estar todos los días acá desde las 7 de la mañana y llegar a veces a las 11 de la noche a la casa. Levantarte otra vez sin verle a tu familia, es difícil, pero toca hacer.

¿Cómo quiere que le vean en un futuro?

Nadie es profeta en su tierra, definitivamente. Yo creo que la historia nos dará nuestro lugar, y la historia será quien ponga un nombre y un apellido a esta situación.

¿Cuál es su trayectoria profesional?

Me recibí el 17 de diciembre de 1997, egresado de la Universidad Nacional del Noreste, Corrientes, República de la Argentina. Ingresé en el 91 y egresé en el 97. Volví al país en el 98. Inicié la residencia en Cirugía General, Hospital Central de IPS, durante tres años. Posteriormente ingrese al ministerio de Salud en el 2001 ya como cirujano de guardia. Fui médico militar durante diez años. Me retiré por falta de tiempo. Hice la especialidad en Auditoría Médica, especialidad de Administración Hospitalaria, Gestión de Salud, Didáctica, Medicina Legal y Ciencias Forenses. Fui director de regiones sanitarias acá del Ministerio, de Insumos Estratégicos, fui director de hospitales especializados dos veces, fui director de Servicios Generales de Salud tres veces, fui director médico del Hospital San Jorge, Viceministro de Salud y hoy me toca estar acá.

¿Cómo decidió que esta debía ser su profesión?

Mi mamá fue licenciada en obstetricia y por ahí me vino la locura (risas). Mi papá era economista y funcionario de Aduanas, se jubiló y posteriormente falleció.

¿Tiene algún mensaje para la ciudadanía?

Que nos tengan paciencia, fe, que estamos haciendo el mejor trabajo posible y que se acuerden de que somos seres humanos también y que podemos equivocarnos y tenemos la mejor predisposición de hacer bien las cosas y que vamos a salir adelante. Ojalá fin de año nos encuentre otra vez a todos juntos en la misma mesa, como era antes, ojalá. El virus está, sigue estando, sigue golpeando menos que antes, pero debemos tratar de seguir cuidándonos.

¿Cómo ve el trabajo que realizaron desde el Ministerio de Salud hasta ahora?

Gracias a Dios y a las gestiones que se realizaron no solo desde el Ministerio de Salud, sino también la cancillería y también el presidente, pudimos firmar contrato con Pfizer, Covaxin para que vengan las vacunas. Hicimos grandes acuerdos con muchas otras entidades del Estado y voy a destacar específicamente al ministro Roa (SEN), quien nos ayudó muchísimo con lo que es el menester del trabajo de equipo. Creo que todas las entidades entendieron que era un trabajo de equipo.

¿Cuáles son los resultados obtenidos hasta ahora?

Tenemos resultados relativamente buenos, con un porcentaje bueno de vacunación. El objetivo de salud pública era de llegar al 30% de la población vacunada este año. Si tomamos en cuenta de que son 4.500.000 la población objetivo y hoy tenemos 2.800.000 ya con una dosis, nos damos cuenta de que ya tenemos 60% de la población vacunada. Si tomamos en cuenta las 4.500.000 que es la población objetivo, más de 18 años, tenemos 1.900.000 personas vacunadas, eso es 45% aproximadamente, superamos ampliamente y llegamos a principios de agosto de este año. Ahora vamos por más, vamos por más en la medida en que vayamos firmando más convenios por las vacunas. Firmamos contrato con Moderna, con Pfizer para ampliar lo que serían las compras para el año que viene.  Ahora estamos viendo lo bueno de las vacunas, ya se está llevando a cabo una vida relativamente normal, mucho más que antes. Es duro, es fuerte, es pesado, muchas noches no dormimos, pasamos muy mal, pero esperamos continuar así y mejorar.