34 años del supercampeonato continental de Olimpia

Un 11 de enero, pero de 1991, Olimpia conseguía el entonces segundo título más importante de la Conmebol a nivel de clubes: la extinta Supercopa Sudamericana (se disputó entre 1988 y 1997). Participaban sólo los campeones de la Libertadores.

La campaña del Franjeado fue impecable. Eliminó a gigantes del continente como River Plate (octavos de final), Racing (cuartos), Peñarol (semifinales) y Nacional (final). Todos estos partidos, excepto contra River, los ganó por amplio margen.

Ante el Millonario pasó en la tanda de penales. El equipo argentino ganó 3-0 en la ida, mismo marcador que consiguió Olimpia como local en la revancha. Así las cosas, la serie se definió desde los 12 pasos. Allí emergió –como era costumbre en esa época– la legendaria figura de Éver Hugo Almeida para que el Decano venza por 4-3.

Después, no hubo rival que haga frente a Olimpia. Si bien el partido contra Racing en Argentina terminó 1-1, la O mostró todo su potencial en la vuelta con un contundente 3-0 (global 4-1). Ante Peñarol –dirigido por César Luis Menotti– ocurrió algo similar. Olimpia cayó 2-1 en Uruguay, pero remontó de local con un 6-0 (global 7-2).

El Rey de Copas sacó su chapa en la final de ida: goleó por 3-0 a Nacional de Montevideo. Y como visitante. En la revancha empató 3-3. Campeón con un 6-3.

Los otros grandes que compitieron en la edición de 1990 fueron Cruzeiro, Santos, Independiente, Flamengo, Argentinos Juniors, Estudiantes de la Plata y Grêmio. Ese año no estuvo Atlético Nacional, excluido temporalmente por la Conmebol.

Olimpia alineó en esa final a Éver Hugo Almeida, Virginio Cáceres, Mario Ramírez, Remigio Fernández, Silvio Suárez, Fermín Balbuena, Jorge Guasch, Luis Monzón, Gabriel González, Raúl Vicente Amarilla y Adriano Samaniego (el cuarteto de oro). El entrenador fue el uruguayo Luis Alberto Cubilla Almeida, apodado “El Maestro”.

Si bien esa final se disputó en 1991, el torneo correspondía a la edición de 1990. Un año donde Olimpia también había ganado la Copa Libertadores. Por tal razón, se le adjudicó de forma automática la Recopa Sudamericana. Un trofeo que enfrentaba al campeón de la Libertadores contra el campeón de la Supercopa. Como Olimpia conquistó ambos títulos, el 23 de enero de 1991 obtuvo –sin jugar– la Recopa.