Rafael Nadal pierde en su regreso

“El martes estaré tenso. Hoy no. Te juro que no lo estoy”, decía Rafael Nadal, antes de volver a disputar un partido oficial, a uno de sus entrenadores, Marc López, que este domingo era algo más: la persona que le acompañó en pista en su regreso al tenis profesional 347 días después. El balear dejaba claro en la puerta de los vestuarios, antes de saltar a la cancha y recibir el calor del público de Brisbane, que no estaba nervioso por su vuelta a la competición porque lo hacía con un encuentro de dobles que para él debía ser más un entrenamiento que otra cosa, una primera toma de contacto con el público, el ambiente de competición y una primera piedra de toque para ir tomando tono competitivo de cara a su ‘verdadera’ vuelta: el Open de Australia.

Rafa Nadal regresaba este domingo como pareja de un Marc López, ya retirado del tenis desde 2022. Rafa adelantó su regreso para estrenarse en el cuadro de dobles de Brisbane frente a los australianos Max Purcell (35 del mundo en dobles) y Jordan Thompson antes de su vuelta en solitario el próximo martes en este mismo torneo, contra un viejo conocido como Dominic Thiem. Allí, quizá las mariposas en su estómago sean mayores pese a ser una primera ronda de un ATP250. Lo será porque debe marcar el inicio de algo grande. Quizá de su “último baile”. O quizá de algo aún más gigante. 2024 puede ser el último año de Rafa, aunque no cierra la puerta a seguir en 2025 si puede volver a divertirse y medirse contra cualquiera para luchar por títulos. Ser el Rafa de siempre tras dejar atrás las lesiones que tanto le atormentaron.

Nadie sabe qué pasará en los próximos meses. Ni el propio Rafa. Y, de momento, en ese camino lleno de incertidumbre, mágico por lo que pueda ir descubriendo el propio Rafa de su cuerpo, su mente y de su lucha contra los imposibles, ahora toca empezar por el primer paso. Ese primer paso era disputar un partido intrascendente de dobles junto a Marc López ante una pareja con ambiciones mayores en este cuadro. Lo lógico era perder. También era lo de menos. Y así fue.

Rafa Nadal y Marc López perdieron por 6-4 y 6-4 en dos sets en un partido que duró 1 hora y 14 minutos. Una hora y 14 de tenis, lo único que necesitaba un Rafa al que se le vio sonriente por volver a sentir sensaciones anheladas en todos estos meses. Nunca dejó de amar el tenis y sigue sintiendo esa pasión como el primer día. Eso le ha hecho volver e intentar lo más difícil pese a no tener que demostrar nada a nadie. Regresó Rafa. El rey de la tierra batida. El rey de París. La Fiera. El Gladiador.

Aunque empezara con derrota, el hecho de volver a las pistas ante los aplausos del público debe ser considerado como la primera victoria de muchas. Lo sabe Rafa. Sólo él sabe lo que le costó volver a competir. Eso explica la imborrable sonrisa que se le dibujó en la cara tras confirmarse su derrota. Sonrió hasta la red para saludar a sus rivales. Continuó sonriendo al saludar al público. Nadal volvió a jugar. Volvió a ser feliz.

Fuente: Mundo Deportivo.