La historia del jockey paraguayo que es galardonado en Italia

El mayor orgullo para un deportista consiste en representar a su país de la mejor manera. Ese sentimiento de satisfacción es el que experimenta Miguel Franco Acosta, un joven paraguayo que se destaca en Italia como corredor de caballos.

Miguel, más conocido como Lito, comenzó su carrera en 2008. Asistió a la escuela de jockey del Hipódromo de Asunción, de donde egresó en octubre de 2009 y tuvo su debut como aprendiz. En una entrevista concedida a El Nacional, Lito reveló cómo fueron sus inicios y los obstáculos que atravesó en el camino.

“Mis inicios fueron duros. Los que me conocen lo saben muy bien. La gente se burlaba de mí y me decían que no servía para esto. Los primeros tiempos no me daban la oportunidad de montar. Eso me incentivó a superarme. Comencé a entrenar todos días con la ayuda del profesor, amigo y colega, Wilson Valverde”, cuenta.

Fue Valverde quien confió en las cualidades de Lito y vio en él un gran potencial. Tiempo después, las horas de entrenamiento darían sus frutos. Lito ganó su primera carrera en febrero de 2010 y, si bien al principio competía poco, más tarde terminó conquistando las estadísticas de 2010 y 2011. En su ascenso como profesional fue nombrado mejor aprendiz y mejor deportista por dos años consecutivos.

“En Paraguay gané muchas carreras y clásicos, pero, sin lugar a duda, lo más emocionante fue el Gran Premio Jockey Club con Parissienne. El propietario, Evelio Montebruno, es como un padre para mí. Verlo sonreír y alegrarse tanto fue único. Sentí que de alguna manera pude darle una satisfacción enorme”, recuerda Lito.

Sus buenas actuaciones lo llevaron a Argentina, donde, en seis meses, ganó más de 120 carreras. Por tal razón, fue contratado por Haras La Quebraba, uno de los más prestigiosos del país, y luego por Haras Futuro, de Alfredo Gaitán Dassie.

“Gané muchos clásicos, carreras de grupos y hándicaps. También monté grandes caballerizas y tuve a entrenadores excepcionales. Fueron tres años maravillosos. Después, por la inmadurez que tenía, no fui responsable en la profesión. Eso hizo que baje mi rendimiento y no esté al nivel de siempre”, reflexiona Franco Acosta.

Lito regresó a Paraguay para el nacimiento de su hijo, Iker Lionel, que falleció poco tiempo después. “Fue un duro golpe para mí. Gracias a Dios, siempre tuve el apoyo de mi familia, amigos y colegas. Fui tomando fuerzas de a poco y comencé de nuevo”.

Debido a que en Paraguay ya no contaba con el apoyo de otras épocas y muchos consideraban que su carrera había terminado, Lito tomó la decisión de volver a Argentina. Los primeros tres meses no fueron fáciles; sin embargo, su suerte fue cambiando hasta que recuperó su nivel y la confianza de los entrenadores.

Su salto profesional se dio cuando Jacinto Rafael, un exentrenador, se convirtió en su representante. “Un día me llamó y me preguntó si estaba interesado en ir a Italia. Le dije que sí y hace un año que estoy aquí, en Roma. Tengo contrato hasta septiembre y gracias a Dios me pidieron renovar por otro año más. Me está yendo muy bien”, explicó el paraguayo que el pasado 4 de octubre terminó primero en un hándicap principal de 1.200 metros de pista recta en el Premio Cloridano.

“Participé en carreras de grupo y llegué segundo en dos ocasiones. La hípica es distinta a la de nuestro país. Aquí es más táctico y existe más desarrollo. Se entrena diferente y hay mucho respeto. Estoy muy contento porque en poco tiempo me gané el cariño de la gente. También tengo ofertas para ir a Francia o Inglaterra”, agregó.

Con apenas 24 años, Lito lleva más de 500 carreras ganadas y corrió con renombrados jockeys como Pablo Falero, Jorge Ricardo, Altair Domingos, Gérald Mossé, Lanfranco Dettori, Cristian Demuro, Dario Vargiu, Fabio Branca, entre otros.

Justo antes de su arribo a Italia, que fue en junio de 2019, Lito sufrió una caída durante una carrera en Paraguay y se fracturó la clavícula. El accidente no impidió su ida al viejo continente. “Me trajeron igual y me pagaron la rehabilitación”, subraya.

En ese sentido, manifestó que la adaptación fue rápida porque le recibieron muy bien desde el momento de su llegada. “Me hicieron sentir como en casa”, sostiene. Su primera carrera luego de la rehabilitación fue el 14 de septiembre, en Roma.

Las competencias se vieron interrumpidas poco después debido a la pandemia del coronavirus, reanudándose recién en mayo de este año. Desde entonces, Lito ha ganado un gran premio, dos hándicaps, cinco clásicos y varias carreras de categoría.

El buen andar de Lito en la actualidad es resultado de la perseverancia y de nunca bajar los brazos ante la adversidad, haciendo oídos sordos a las críticas destructivas. Un ejemplo de superación para cualquier deportista.