Koki Ruiz, in memoriam

El artista Koki Ruiz fue despedido ayer en una ceremonia que reunió a familiares, amigos, autoridades y la comunidad de San Ignacio. El velatorio se realizó en el Teatro El Molino, un espacio íntimamente ligado a su vida de artista, que estuvo inicialmente reservado para familiares y luego se abrió al público.

Posteriormente, el cortejo hizo una parada en la iglesia central de San Ignacio Guazú para una misa en su honor. Los restos de Delfín Roque Ruiz Pérez, Koki,  descansan ya en La Barraca de Tañarandy, en San Ignacio, sitio emblemático donde anualmente, cada Semana Santa, ponía en escena un gran despliegue artístico, performático y ritual que involucraba a toda la comunidad, en una acción colectiva que aunaba sentimiento religioso y creatividad.

El legado artístico de Ruiz está marcado por su capacidad para transformar elementos simples y cotidianos, procedentes de la naturaleza, en símbolos de espiritualidad y vínculo social.

Koki Ruiz, en proceso de creación de su obra sobre los Niños Mártires de Acosta Ñú. Cortesía

Reacciones de la comunidad cultural

Desde el momento en que se conoció la noticia de su fallecimiento, el nombre Koki Ruiz fue tendencia en redes sociales y medios de comunicación. Referentes culturales, artísticos, amigos e instituciones le dedicaron expresiones de reconocimiento y admiración.

La Casa Bicentenario de las Artes Visuales “Ignacio Núñez Soler” escribió: “El legado de Koki Ruiz ha logrado trascender los lienzos, las esculturas y los altares, quedando grabado en el alma de la cultura paraguaya. Desde sus pinturas y el gran rescate y construcción del ritual de Tañarandy, San Ignacio, los altares y su presencia internacional, Koki Ruiz dedicó su vida a contar las historias de nuestro pueblo a través del arte, logrando unir tradición, espiritualidad y modernidad en obras que resonarán por generaciones. Su compromiso con nuestras culturas y su habilidad para transformarlas en piezas únicas nos deja una herencia invaluable”.

La actriz y directora teatral Raquel Rojas también se expresó a través de sus cuentas personales: “¡Luz incandescentes de candiles a su memoria! Entendía muy bien la magia del arte con el espectador, si bien él se inició como artista plástico. Salió del cuadro y camino la tierra roja para transcender los límites y mezclarse con su gente para vivir el momento (la acción performática) del rito. Por eso digo, ¡era un chamán propiciatorio de sus instalaciones vivas cada Viernes Santo!”.

Koki Ruiz, trabajando en el proceso de creación del Retablo del Papa Francisco (Senatur)

El fotógrafo Zenoura lo despidió con un texto que dio en llamar “Tañahasy”: “Hoy nos deja físicamente el irreductible, el artista, el creador, el padre, abuelo y hermano. Hoy, el Yvága Rapé se prepara para recibirlo, junto a Arapysandu y San Roque González. Hoy, las lágrimas de La Dolorosa serán las nuestras. Hoy, el Mutilado será nuestro corazón. Hoy, los lamentos de Estacioneros saldrán de nuestras entrañas (…) Y lloraremos por tu partida y nos reiremos con los recuerdos. Hoy es el día donde comienza a reinar tu legado (…) No se ha apagado una luz, se han apagado treinta mil candiles, aunque, sabemos que los volveremos a encender después de la próxima Última Cena, en tu honor y en tu memoria”.

Las palabras de Andrés Colmán Gutiérrez resumen la vida y obra de Koki Ruiz: “Su gran aporte como artista múltiple y gestor cultural, animador de procesos y transformador de realidades, ha conquistado el corazón y la admiración de miles”.

Koki Ruiz, en Tañarandy (Senatur)

Su arte

Koki Ruiz fue el creador del “Yvága Rape” o Camino al Cielo, un sendero iluminado por miles de candiles que guía la procesión de Semana Santa en Tañarandy, y de retablos elaborados con elementos naturales. Repasamos algunas de sus obras más memorables.

Los estacioneros, parte infatable del ritual de Semana Santa en Tañarandy (Senatur)

El Retablo del Papa Francisco (2015)

Una de sus creaciones fue el altar de 14 metros de altura elaborado con maíz, calabazas, semillas y cocos, diseñado especialmente para la misa que el Papa Francisco celebró en Ñu Guasu, durante su visita a Paraguay en 2015. Este retablo, considerado una obra maestra del arte efímero, representaba la riqueza y fertilidad de la tierra paraguaya, además de la unión entre la fe y las raíces campesinas.

Koki Ruiz, Retablo del Papa Francisco (IP Paraguay)

 El Retablo de Chiquitunga (2018)

Para la beatificación de María Felicia de Jesús Sacramentado, conocida como Chiquitunga, Koki creó un retablo compuesto por 70.000 rosarios donados por fieles de todo el país y del extranjero. La obra, que representaba el rostro de la primera beata paraguaya, simbolizaba la fe colectiva del pueblo y la capacidad de Koki para integrar a la comunidad en sus creaciones.

El artista frente a su obra, El Retablo de Chiquitunga (IP Paraguay)

Homenaje a la Mujer Paraguaya, en el Museo de Numismática del BCP

Otra de sus obras destacadas fue el mural realizado en el Banco Central del Paraguay, inspirado en el “acto de entrega de las mujeres de sus joyas como una ofrenda de amor a la patria” y elaborado con materiales de tierra amasados sobre un soporte de madera para dar forma a las imágenes en relieve: una mesa alrededor de la cual se puede ver a mujeres sosteniendo joyas en torno a la bandera nacional.

Koki Ruiz, Mural en homenaje a las mujeres paraguayas. Museo del Banco Central del Paraguay. Cortesía

La Recolección de los Frutos

El pabellón paraguayo en la Expo Universal de Dubái 2021 contó con la instalación de la obra La Recolección de los Frutos, de Koki Ruiz, consistente en un mural de casi 10 metros de largo y 3 metros de altura y realizado en su totalidad con semillas; representa a las mujeres guaraníes en el trabajo de recolección de alimentos. Además de semillas, se utilizó arena en un homenaje a los Emiratos Árabes Unidos y su gente.

Koki Ruiz, La recolección de los frutos (detalle). Cortesía

El efímero barroco

Cuenta el periodista y escritor Andrés Colmán Gutiérrez en su blog personal: “Recuerdo una anécdota que explica muy bien la idea que Koki Ruiz tiene acerca del arte. Estábamos en el anfiteatro al aire libre de La Barraca, en Tañarandy, Misiones, hará unos 5 o 6 años atrás, con mi socio y compañero de andanzas periodísticas René González, una noche de Jueves Santo, asistiendo al ensayo y a la prueba de luces de los cuadros vivientes que se mostrarían al público a la noche siguiente, y René enloquecía por tomar fotos de cada maravilla que se iba revelando en cada fugaz encendido de luces: obras y cuadros de Da Vinci, Dalí, Gaudí, Miguel Ángel… que cobraban vida de modo alucinante, representados por los jóvenes lugareños, en medio de deslumbrantes decorados.

“A nuestro lado estaba Koki, dirigiendo todo, y René le pedía, por favor, maestro, que no apaguen tan rápido las luces, por favor esto, por favor aquello, mientras seguía disparando su cámara de modo frenético, hasta que en un momento, Koki lo mira, le toca el hombro, y le dice: ‘¿Sabés qué…? Me encantan tus fotos. Tomá todas las que quieras, pero me gustaría que en luego guardes tus cámaras por un instante y te pongas a contemplar las obras, porque esto no va a durar físicamente, es un arte fugaz, pero sí va a durar por siempre en tus emociones y en tu memoria'”.

Koki Ruiz recibió la Orden Nacional del Mérito en el grado de Gran Cruz, la máxima distinción del Paraguay, en marzo de este año. Autoridades, artistas y ciudadanos lamentaron su fallecimiento, destacando su capacidad para unir a las personas a través del arte. La Municipalidad de San Ignacio Guazú, Misiones, declaró tres días de duelo distrital en honor a su memoria.