“La Gaviota”, de Antón Chéjov, sube nuevamente a escena

Estrenada en 1896 con un rotundo fracaso, La gaviota devino una de las obras más importantes de Anton Chéjov, así como de la literatura rusa e universal. En Paraguay, fue presentada en 2002, bajo la dirección de Liliane Solente.

Veintitrés años después, la pieza volverá a subir a escena el próximo fin de semana en la Sala Molière de Alianza Francesa, en una puesta presentada por el elenco Las Tablas, con apoyo del FONDEC, el Instituto Cultural Paraguayo-Alemán y la Alianza. Las funciones serán los días 10, 11 y 12 de marzo, siempre a las 20:00 horas.

La gaviota es una obra clásica del teatro universal que sigue tan actual como el día en que fue estrenada, pues Chéjov narra historias donde el bien y el mal se desarrollan como conflictos internos, personales. Sus personajes no son arquetipos de héroes o villanos, sino seres capaces de amar y odiar al mismo tiempo, de sufrir y gozar, revelando así la profunda ambigüedad que caracteriza al ser humano. Sus héroes son figuras rutinarias, monótonas, enmarcadas en lugares comunes.

El elenco Las Tablas considera propicia la relectura de esta obra bajo una nueva versión, adaptada para siete personajes. Actuarán Laura Marín (Irina), Coke Ruiz (Kostia), Patty Galeano (Nina), Nery Almirón (Trigorín), Luz Marisabel Bobadilla (Sorina), Miguel H. López (Dorn) y Lourdes Torres (Mascha). Alexander López es el responsable del entrenamiento actoral, la producción es de Ángel Delgado y la iluminación y el sonido, de Julio Petrovich.

La obra tiene como protagonistas a unos artistas que se reúnen en una casa de campo a descansar y a reflexionar sobre la vida, el amor, los sueños y la fama. Pronto, todo aquello se ve atravesado por la tristeza, la angustia, el desamor y la traición. El centro de la acción es el joven escritor Kostia, en tensión constante con su absorbente madre, Irina. Ambos representan lo viejo que no termina de morir y lo nuevo que no acaba de nacer.

Según narra la sinopsis, la vanidosa estrella de teatro Irina, cuyos días de gloria quedaron atrás, pasa los días en una finca de ensueño cerca de un lago, propiedad de su hermana enferma, Sorina. Allí tendrá que compartir el tiempo con varias personas: su amante, el famoso escritor Trigorin; su hijo y aspirante a escritor, Kostia; y la ingenua aspirante a actriz, Nina. Durante esta temporada, todos tendrán que hacer frente a una serie de conflictos, tanto personales y románticos como artísticos, mientras sufren al haberse enamorado de las personas inadecuadas.

En La gaviota encontramos todas aquellas características que emplea Chéjov en sus personajes. Por un lado, está Irina, una actriz madura, egoísta y superficial que se enfrenta con su hijo, el apasionado, pero poco experimentado Kostia, quien quiere instaurar nuevas formas de representación teatral. Por otra parte, está Nina, cándida aspirante a actriz que es seducida por Trigorin, el escritor de gran éxito, pero infeliz y deseoso del destino del hombre común. Masha es el prototipo de la mujer insatisfecha, incapaz de lograr su felicidad. Sorina representa a una mujer que, por no haber tenido una existencia plena, ansía realizar en su vejez todo lo que no pudo hacer de joven. Y Dorn, un médico que vivió los placeres de la vida e intenta hacer filosofía mientras su existencia transita indiferente.