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Barán seguirá en Salud

Ministra de Salud, Maria Teresa Barán. Foto: Archivo.
La ministra de Salud, María Teresa Barán, ha decidido no renunciar, pese a la creciente presión política y social derivada del escándalo en el Hospital de Villarrica, donde la falta de Terapia Intensiva provocó la muerte de un recién nacido. Su postura ha generado un fuerte rechazo, incluso dentro de su propio partido, mientras médicos, legisladores y ciudadanos exigen su dimisión y medidas urgentes para evitar nuevas tragedias en el sistema sanitario.
La tragedia que desató la indignación
El 20 de febrero, el presidente Santiago Peña inauguró con bombos y platillos la Unidad de Terapia Intensiva del Hospital de Villarrica. Sin embargo, apenas cuatro días después, el servicio fue inhabilitado, dejando en total desamparo a pacientes en estado crítico. La consecuencia más devastadora fue la muerte de un bebé recién nacido, un hecho que evidenció las graves deficiencias del sistema de salud y generó un estallido de indignación en la opinión pública.
La noticia desató un escándalo nacional, con denuncias de que la unidad nunca estuvo realmente equipada para operar de manera continua. Médicos del hospital alertaron que faltaban insumos básicos, lo que llevó a que los pacientes fueran derivados a otros centros sin las garantías necesarias para su estabilidad.
Barán culpa al exdirector, pero evade su responsabilidad
Lejos de asumir su responsabilidad, María Teresa Barán decidió apuntar al ya destituido director del hospital, Christian Matto, como el principal culpable del cierre de la terapia intensiva. En una conferencia de prensa, la ministra aseguró que el servicio estaba habilitado y con personal contratado en el momento de la inauguración, y que fue Matto quien, sin consultar con el Ministerio de Salud, tomó la decisión de clausurarla.
“No quiero decir que él sea el culpable, pero sí el responsable directo del buen funcionamiento del hospital”, expresó Barán, tratando de deslindarse de las fallas estructurales que llevaron a la tragedia. También anunció una investigación y una auditoría médica para determinar qué sucedió con los insumos que, según ella, estaban disponibles en el momento de la inauguración.
Sin embargo, las explicaciones de la ministra no convencieron ni a la ciudadanía ni a sus propios colegas en la política. La sensación de impunidad y falta de autocrítica por parte del Gobierno ha generado aún más enojo en la población, que exige cambios reales y no solo la destitución de funcionarios menores.
Médicos exigen su renuncia y denuncian corrupción en la auditoría
El Círculo Paraguayo de Médicos fue tajante en su postura y emitió un comunicado exigiendo la renuncia inmediata de María Teresa Barán, argumentando que su gestión ha sido ineficiente y que su negativa a asumir responsabilidades solo agrava la crisis del sistema de salud.
Además, el gremio médico cuestionó la designación del superintendente de Salud como auditor del caso, debido a que este funcionario enfrenta denuncias por fraude y adulteración de documentos públicos. Para los médicos, este hecho pone en duda la transparencia del proceso y sugiere que se trata de una estrategia para encubrir las verdaderas fallas del sistema.
El comunicado advierte que no basta con cambios superficiales en el Ministerio de Salud y que la crisis actual exige una reestructuración profunda. Para ello, instan al presidente Santiago Peña a nombrar a un profesional con ética, capacidad y compromiso para liderar la cartera sanitaria.
Peña evita poner plazos y sostiene a Barán en el cargo
A pesar de la gravedad del escándalo y de la presión desde distintos sectores, el presidente Santiago Peña ha decidido respaldar a María Teresa Barán, sin fijarle un plazo para resolver la crisis. Según la ministra, el mandatario simplemente le pidió que “redoble esfuerzos” para mejorar el sistema de salud, sin hacer mención a posibles cambios en el liderazgo del ministerio.
Este respaldo ha generado molestia incluso dentro del Partido Colorado, donde figuras como el senador Juan Afara han sugerido que Barán debería renunciar. “Uno tiene que saber irse cuando las cosas no están bien”, expresó el legislador, recordando que la ministra fue su secretaria de Salud durante su gestión en la Gobernación de Itapúa.
Afara insistió en que el problema no puede ser minimizado ni encubierto. “Los ministros son fusibles. No se puede tapar esto, no tiene que ser así, por favor”, exclamó, evidenciando el descontento dentro del propio oficialismo.
La crisis del sistema de salud sigue sin solución
Más allá del escándalo puntual en Villarrica, la crisis sanitaria es un problema estructural que lleva años afectando a la población. Falta de insumos, infraestructura en ruinas, escasez de medicamentos y una administración deficiente han convertido al sistema de salud pública en un verdadero calvario para miles de paraguayos.
El fallecimiento del bebé en Villarrica no es un caso aislado, sino un síntoma de un sistema colapsado. La negativa de la ministra Barán a dejar el cargo, sumada a la falta de medidas concretas por parte del Gobierno, ha dejado a la ciudadanía con una sensación de indignación e impotencia.
La pregunta que queda en el aire es clara: ¿cuántas vidas más deberán perderse antes de que el Gobierno tome decisiones reales para reformar el sistema de salud?
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Oscar Irún
8 de marzo de 2025 at 08:16
Es lamentable que reciba el respaldo del presidente. Debería ser destituida porque además de su falta de idoneidad para el cargo, mintió a la ciudadanía. El funcionario publico además de capaz, debe ser integro, confiable.