Cúpula del JEM refleja crisis de liderazgo

El reciente nombramiento del nuevo presidente del Jurado de Enjuiciamiento de Magistrados (JEM), César Garay Zuccolillo, refleja una grave carencia de líderes y figuras con la capacidad intelectual necesaria para abordar los retos del sistema judicial en Paraguay. Garay, quien hasta la fecha no ha tenido un protagonismo significativo en el escenario político, asumirá el cargo tras la salida de Alicia Pucheta, quien ocupaba la presidencia del órgano desde hace varios años. Este traspaso de poder pone de manifiesto la fragilidad del liderazgo político en el país, un vacío que ha sido evidenciado por la escasa presencia de figuras que puedan ofrecer soluciones contundentes frente a los desafíos que enfrenta el sistema judicial.

César Garay fue elegido por unanimidad para ocupar el cargo, convirtiéndose en el primer miembro de la Corte Suprema de Justicia (CSJ) en presidir el JEM. Este nombramiento, que parecía un movimiento orientado a fortalecer la transparencia, estuvo precedido por conversaciones entre Pucheta y el presidente de la República, Santiago Peña, quien aparentemente respaldó la candidatura del ministro como parte de un intento por mejorar la imagen del órgano judicial, tras los recientes escándalos de tráfico de influencias.

Sin embargo, la elección de Garay, junto con la participación en el JEM de figuras como Alicia Pucheta, quien a sus casi 80 años aún ostenta una relevancia indiscutida en la política, señala un deterioro general en la calidad de la representación política en Paraguay. La falta de renovación en las esferas de poder y la ausencia de intelectuales y líderes políticos de peso en los cargos claves del sistema judicial reflejan una profunda crisis en el país, donde los intereses particulares prevalecen sobre el bienestar colectivo.

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El Jurado de Enjuiciamiento de Magistrados y la crisis de confianza

El nombramiento de Garay llega en un momento crítico para el JEM, después de que se destapara el escándalo de tráfico de influencias vinculado al fallecido diputado cartista Eulalio “Lalo” Gomes. Las filtraciones de los mensajes de texto de Gomes revelaron la forma en que este ejercía presión sobre el JEM a través del exdiputado Orlando Arévalo, quien desempeñaba el rol de representante del Congreso en el órgano judicial. La polémica obligó a Arévalo a renunciar, primero a su cargo en el JEM y luego a su escaño en la Cámara de Diputados, subrayando la grave crisis que atraviesa el sistema judicial del país.

A raíz de este escándalo, muchos sectores políticos han propuesto reformas en el JEM. En el Congreso Nacional, se discutió la posibilidad de modificar las reglas que rigen este organismo, con énfasis en la duración de los mandatos y el proceso de selección de sus miembros. Sin embargo, una de las propuestas más polémicas fue la de permitir que los integrantes del JEM sean elegidos por voto popular, una idea que no logró consenso entre los legisladores, a pesar de ser respaldada por el senador José Oviedo (Yo Creo).

El rechazo a la elección popular y la necesidad de pluralidad

La propuesta de Oviedo para que los miembros del JEM sean elegidos democráticamente por la ciudadanía encontró fuertes obstáculos en la audiencia pública del Congreso. El senador reconoció que su planteamiento no logró el apoyo esperado. “La idea de una representación elegida por la ciudadanía no prospera. A mí me parece una alternativa válida, pero evidentemente no tiene apoyo”, admitió Oviedo, en una entrevista exclusiva con El Nacional.

La resistencia a la idea de que los ministros de la Corte Suprema participen en campañas políticas es uno de los factores que dificultan la implementación de esta reforma. La postura de quienes se oponen a esta propuesta es clara: no ven viable que los altos funcionarios del sistema judicial se involucren en la arena política.

No obstante, la necesidad de pluralidad en la composición del JEM fue uno de los puntos en los que los legisladores coincidieron. Oviedo destacó que un Jurado más diverso evitaría la concentración de poder en manos de un solo sector político, lo que a su juicio ha contribuido a la actual corporativización del sistema judicial, en la que los jueces y fiscales cuestionados siguen operando con total impunidad.

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Un Sistema Judicial Copado por el Poder Político

El escándalo por tráfico de influencias y las respuestas legislativas al mismo revelan que el modelo del JEM, tal como fue concebido, no anticipó la concentración del poder en un solo grupo político. La crítica de Oviedo a este sistema, que permite que un poder político domine todos los demás, refleja una creciente preocupación sobre la falta de independencia del sistema judicial y su vulnerabilidad ante los intereses partidarios.

En un contexto en el que la calidad de la representación política en Paraguay está tocando fondo, el desafío es claro: los partidos políticos deben reflexionar sobre sus acciones y comprender que el deterioro de la confianza pública en las instituciones judiciales solo aumenta la desafección de la ciudadanía. En este sentido, el llamado a una reforma profunda no solo es necesario, sino urgente, para restaurar la credibilidad y la independencia del sistema judicial en Paraguay.

¿Hasta cuándo seguiremos en el ciclo del deterioro?

La elección de líderes con escaso protagonismo político y el envejecimiento de las figuras clave dentro del sistema judicial subrayan un vacío de liderazgo y renovación en la política paraguaya. Mientras los partidos políticos continúan sin ofrecer alternativas viables, el JEM y otras instituciones claves del Estado siguen siendo presa de la concentración de poder y de los intereses partidarios. El tiempo de reformas profundas parece haber llegado, y los ciudadanos esperan que los políticos finalmente asuman su responsabilidad para cambiar el rumbo del país.