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Política

Carta abierta al señor presidente de la República del Paraguay, don Santiago Peña

Santiago Peña. Foto: Gentileza.

Santiago Peña. Foto: Gentileza.

Desde el autoexilio: Un llamado a la reflexión y al cambio

Señor presidente:

Como descendiente directo de un soldado veterano, lisiado y héroe de la Guerra del Chaco paraguayo, quien luchó por defender nuestra patria para que no cayera en manos extranjeras, hoy en día, aunque con una relación más cercana y amistosa con un país como Bolivia, me veo en la obligación de escribir estas líneas a Ud., responsable ejecutivo del actual gobierno de la República del Paraguay.

A título personal, y en un autoexilio que me ha costado muchos años y un enorme sacrificio asimilar, debido al alejamiento y desarraigo de la tierra que me vio nacer y, por supuesto, a todo lo que ello implica para salir adelante, considero necesario expresar mis preocupaciones sobre la situación actual de la República del Paraguay. Lo hago con la esperanza de que usted pueda abrir los ojos, en caso de que esta carta llegue a sus manos, la lea y se sienta identificado.

En el contexto de una generalizada situación de descontrol, corrupción y el paulatino copamiento de ejes esenciales del Estado por grupos fácticos que ponen en riesgo el Estado de derecho en el país, le expongo algunos temas que, para mí personalmente, son fundamentales de atender:

  1. Un cambio radical en la forma de gobernar

Usted es el mandatario de todos los paraguayos, sin importar su ideología política, religión u orientación sexual. Su gobierno debe actuar con inclusión y equidad, evitando interpretaciones erróneas que desvíen la atención de los verdaderos problemas del país, que, como es sabido, Ud. se esmera en justificar hechos con historias torcidas que ni en cuentos de hadas se encuentran.

  1. Su compromiso con el pueblo

Usted llegó al sillón presidencial gracias al voto de los ciudadanos, y, una vez más, parece ser que se está nuevamente frente a una gran frustración y un bluff. Su deber es gobernar con eficacia y no depender de un “comando politizado e ideologizado” bajo la dirección de una persona que, de acuerdo con el gobierno de los EE. UU., ha sido señalado como significativamente corrupto. Que solucione sus problemas esa persona y que no se convierta en un problema de Estado, porque NO lo es. Usted le debe lealtad al pueblo, no a intereses individuales de unos pocos. Por cierto, le recomiendo que repase los postulados filosóficos del utilitarismo.

  1. Corrupción y desorganización generalizada

El país sufre una crisis de corrupción extendida que ha hecho metástasis, que abarcaría incluso su gabinete y rematándose en el Congreso. Gran parte de este problema proviene de sectores que han capturado el poder con fines mezquinos y delictivos, afectando los sueños y el bienestar del pueblo paraguayo, negados hasta ahora por 36 años después del advenimiento de la democracia en el país. Como jefe del Ejecutivo, usted es el principal responsable de administrar correctamente la nación, otra persona NO. A propósito, ni Mandrake.

  1. Menos viajes, más soluciones

Los constantes viajes con la excusa de atraer inversiones no han dado frutos. Hasta la fecha, no se ha instalado ni siquiera una “fábrica de velas de sebo que genere empleo”. Mientras tanto, nuestros niños siguen estudiando bajo los árboles, sin infraestructura adecuada; a modo de ejemplo, los niños aún usan letrinas hediondas y antihigiénicas y reciben alimentos de dudosa calidad en sus escuelas, mientras que un abogado con cuestionado título tiene el tupé de hacer sus necesidades en un inodoro inteligente. Quédese en el país y dedíquese a resolver los graves problemas que lo aquejan.

  1. Respeto a la independencia de los poderes

La República se compone de tres poderes independientes, pero interconectados para un funcionamiento armonioso. Sin embargo, parece que el Vicepresidente actúa más como un presidente con poder real en sus ausencias, en lugar de cumplir su función como nexo entre el Ejecutivo y el Congreso. Y, por otro lado, Ud. debe imponer su autoridad y destacar que ningún poder o extrapoder pueda interferir en sus decisiones.

  1. Revocación de leyes antipopulares

Existen leyes aprobadas sin el debido debate, impulsadas por una mayoría parlamentaria que responde a intereses partidarios, especialmente al movimiento de moda coyuntural Honor Colorado. Estas leyes, sancionadas a tambor batiente y sin el debido debate racional, obstaculizan el desarrollo del país y afectan negativamente al pueblo, mientras los allegados al gobierno disfrutan de sueldos exorbitantes y obscenos, una jubilación privilegiada y un seguro médico de primer mundo.

  1. Seguridad ciudadana

Los paraguayos tienen derecho a vivir seguros. Sin embargo, la delincuencia está descontrolada: ciudadanos son asesinados por delincuentes juveniles que buscan sustento en el narcotráfico. Hoy en día, tener un celular es un riesgo para la integridad física de cualquier ciudadano. Usted es responsable de garantizar la seguridad de la población.

  1. Transparencia en las finanzas

No es ético que un presidente forme parte de un holding financiero que maneja millones de dólares, beneficiando solo a un sector privilegiado mientras los ciudadanos de a pie sufren injusticias económicas y exclusión social. Es imperativo que Ud. declare lo que legalmente tiene y es suyo, ganado con el sudor de su frente.

  1. Promesas incumplidas

Durante su campaña, prometió mejorar la calidad de vida de los paraguayos, “Vamos a estar mejor”, asegurando que habría dinero en los bolsillos de la gente. Sin embargo, la realidad es otra. Proyectos como el tren de cercanías aún no tienen avances concretos, lo que recuerda al fallido Metrobús, que afectó gravemente a muchos connacionales.

  1. Coraje para liderar o dar un paso al costado

Si realmente quiere cambiar el rumbo del país, el pueblo lo apoyará. Sin embargo, si no tiene el valor ni la capacidad de gobernar, sería mejor que renuncie y deje el cargo a un estadista maduro. Hasta ahora, su liderazgo ha sido comparable al de Peter Pan, un personaje infantil que se niega a madurar.

A la espera de que Ud. pueda leer e interpretar estas líneas, me despido de Ud., apelando a su capacidad intelectual, tal como el lema de la Ilustración lo ha acuñado: Sapere aude.

Dios lo ayude a ver la luz.

Atentamente,

Dr. Martín Ramírez Machuca

C.I.: 8694463

1 Comment

1 Comentario

  1. Gladys Esperanza Sánchez Maciel

    2 de marzo de 2025 at 14:14

    Me ha gustado mucho su carta señor Dr. Martín Machuca… es algo que todos los ciudadanos deseamos “decirle” al Presidente Santiago Peña. Espero que también Él pueda leerla, aunque creo que poco o nada le interesan los momentos por los que pasamos los ciudadanos de SU país.

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