Diputados aprueba proyecto de ley para tratar la tartamudez temprana

La Cámara de Diputados, en su sesión ordinaria de este martes, aprobó con mayoría el proyecto de ley “De abordaje nacional de la disfluencia”, que tiene como finalidad establecer y definir una política de Estado con respecto a la tartamudez. El proyecto pasa a la Cámara de Senadores.

El legislador Derlis Rodríguez presentó la propuesta ante sus colegas en la plenaria y recordó lo difícil que pasó cuando sufrió del trastorno. La idea es crear políticas públicas para la prevención, detención y tratamiento.

“Yo no quiero que más de 40 mil niños y adolescentes pasen lo que yo he pasado. No quiero que sus camas estén llenas de lágrimas por la impotencia, quiero que tengan la oportunidad que yo tengo hoy, que puedan expresarse, que tengan una vida digna”, expresó.

El diputado dijo que él cuando era joven no tenía para pagar un tratamiento con fonoaudióloga. Incluso mencionó sobre el caso de un joven de 16 años que se suicidó por no poder sobrellevar el bullying que recibía por ser tartamudo.

La iniciativa, entre otras cosas, crea el Programa Nacional de Detección Temprana, Atención y Tratamiento de la Disfluencia como política de Estado para establecer el tratamiento del trastorno de las personas que lo padecen en nuestro país desde temprana edad.

El objetivo principal es el acceso al bienestar general de los habitantes que presentan disfluencia, prioritariamente, en los ámbitos de salud y educación, así como promover el derecho de las personas que padecen esta característica del habla.

En la exposición de motivos, se menciona que este trastorno se caracteriza por las interrupciones en la producción de los sonidos del habla, también denominadas disritmias o disfluencias, más conocida en Paraguay como “tartamudez”.

Entre sus objetivos, se menciona la de planificar la capacitación de los recursos humanos, personal sanitario y docente de todos los niveles de la educación paraguaya en las prácticas diagnósticas, en el entendimiento de que diversas investigaciones apuntan a que es posible evitar el 80% de la tartamudez, al menos si se logra actuar antes que finalice el desarrollo del lenguaje, es decir, entre los 2 y los 6 años de edad.