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Política

Análisis internacional: ¿Ganó o perdió Lula en las elecciones municipales de Brasil?

El domingo pasado, 6 de octubre, en cada uno de los 5.569 municipios del país, se celebraron las elecciones municipales que eligen prefeitos (los intendentes) y vereadores (concejales). Además, a diferencia de Paraguay, el voto para intendentes es el voto para el binomio, aquí (Brasil) hay viceintendente para cada municipalidad. Estuvieron aptos casi 156 millones de electores y más de 441 mil candidatos (entre los puestos disputados).

En Brasil se vota de manera electrónica desde 1996, la urna colecta números digitados por el elector en un teclado y registra, primero, el voto en concejal, después, el voto para alcalde. El elector vota “nominalmente” a sus candidatos; al digitar el número se presenta el nombre, foto y partido, antes de que se confirme el voto. El partido aquí no está tan enunciado como en Paraguay para el votante o incluso en el proceso de votación.

Pero ¿es el número de alcaldías ganadas por cada partido lo que realmente determina si la fuerza política del presidente fue victoriosa? La respuesta no es tan evidente, especialmente si se busca entender el verdadero significado de los resultados.

Tengamos en cuenta inicialmente el partido del presidente, que hoy está asociado más a dos siglas partidarias, el PCdoB y el PV. Recordemos que Lula fue electo en el 2022, es decir, dos años después de la última elección de alcaldías y, en ese año, se creó la Federación Partidaria, que trata los partidos como uno solo bloque.

Entonces, de 274 alcaldes que tenía el bloque, subió a 284, con mayor desempeño del PT (el partido de Lula). Algunos analistas dicen que el PT está debilitado, pues tratan de comparar los resultados de este año con los años anteriores, a saber: 2008, cuando Lula era presidente, PT obtuvo 550 alcaldías; en 2012, cuando Dilma era presidenta, obtuvieron 635; pero, desde que se produjo el impeachment, el PT perdió mucho, y en 2016 obtuvo 254 municipios.

El fenómeno en verdad se presenta con el crecimiento vertiginoso del PSD, de Gilberto Kassab, un partido que no quiere ser ubicado en ningún espectro ideológico, pero está entre el centro y centroderecha. Desde que fue creado, en 2011, disputó 4 elecciones municipales, y creció de 488 alcaldes en su primera elección a 882 en 2024. Pasó el MDB que siempre fue el partido con más alcaldías desde la redemocratización.

¿Y si miramos los partidos que forman parte del gobierno hoy?

Este año hay 9 partidos entre los 39 ministerios que, sumados con los otros 3 que se dicen parte de la base del gobierno en el Congreso Nacional, tienen hoy 389 diputados de los 513 (56%), y en números de alcaldías alcanzan 4.539. Parece cómodo y lo sería, si de hecho estos partidos estuvieran totalmente alineados con el Gobierno Federal.

Como ejemplo, para comprender la coyuntura, podríamos citar el PP (Partido Progresista que, a pesar del nombre, es de derecha), que tiene un ministerio, 50 diputados federales, y eligió 752 alcaldes. Recordemos que en Brasil se postulan a alcalde y vice por el mismo voto, y si miramos las alianzas partidarias para estos binomios, el PP tuvo 995 binomios con el PL (partido del expresidente y opositor a Lula) frente 595 con el PT. El mismo pasó con União Brasil, PSD y Republicanos, y también el MDB.

Así empezamos a comprender lo que es el afamado “Centrão”.

La denominación surgió en los años postdictadura para designar a partidos de derecha que no querían ser asociados a los militares, y que reclamaban un exceso de progresismo de Ulysses Guimarães, líder del MDB, y presidente de la Asamblea Constituyente de 1985. Volvió a las páginas de los diarios el término para hablar de varios partidos “pequeños” que estarían juntos como un bloque y sosteniendo una fuerza política independiente del MDB (el mayor partido del país), del PT o del PL.

Kassab apoya al actual gobernador de São Paulo, que se ubica como oposición a Lula. Tiene ahí parte importante en este gobierno estatal, pero no deja de estar en el Gobierno Federal.

Ese es el comportamiento típico de todos los partidos de centro, como decimos acá, en política “não dá para ser Saci” (“no se puede ser Saci”). Saci es una figura del folclore brasileño que tiene solo una pierna.

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