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Política

Analista teme que prepotencia de un grupo político desencadene otro Marzo Paraguayo

Benjamín Fernández Bogado. Foto: Gentileza.

Benjamín Fernández Bogado. Foto: Gentileza.

La semana pasada, se conmemoraron 25 años de aquella trágica fecha que marcó un antes y después en la política del país, el Marzo Paraguayo, que se recuerda como una de las peores crisis políticas en nuestra país en tiempo de democracia. Para reflexionar y rememorar, el diario El Nacional abordó el tema con el analista Benjamín Fernández Bogado.

El experto hizo una recopilación de los sucesos y un análisis de cómo está actualmente nuestra política en el país.

Mencionó que la prepotencia del poder, la incapacidad de jueces y fiscales, la falta de apego a resolver los conflictos dentro del marco jurídico establecido, generan malestar y reacciones en contra de la gente y que esto se vea como antesala a un gobierno autoritario, podría acabar en una explosión como en aquel marzo de 1999.

¿Qué desembocó realmente la rabia hacia la política?

La libertad a Lino Oviedo por parte del presidente Raúl Cubas Grau, a pocas horas de haber asumido el 15 de agosto de 1998, fue el comienzo. La oposición le ofreció al general la posibilidad de estar “detenido” en la Caballería, lugar que conocía muy muy bien porque se pasó muchos años ahí. No quería nada de esa oferta y forzó al presidente a sacar un decreto en contra de un mandato de la Corte y se desató un primer gran conflicto. Luego el asesinato del vicepresidente Luis María Argaña el 23 de marzo fue el detonante de una manifestación multitudinaria, ya que todos apuntaron que el Gral. Oviedo estuvo detrás del crimen. Fueron cinco días que sacudieron el Paraguay y acabaron con nueve jóvenes muertos en la plaza y la renuncia de Cubas, el domingo 28 de marzo.

Hoy por hoy, ¿cómo estamos frente a eso?

La falta de apego a resolver los conflictos dentro del marco jurídico establecido genera malestar y reacciones en contra de la gente. Lo ven como antesala de un gobierno autoritario. Cuando el Ministerio Público no investiga hechos graves sobre quién ordenó el asalto al local del Partido Liberal Radical Auténtico (PLRA) y el asesinato del joven Rodrigo Quintana y varias acusaciones en contra del principal actor de poder político actual, Horacio Cartes, cuyas acusaciones no movilizan a los fiscales para investigar, van generando un malestar que puede acabar en una explosión igual a la que se dio en el marzo de 1999.

Los gobiernos siguientes, ¿aprendieron algo del Marzo Paraguayo?

No parece que hayamos aprendido nada. No fortaleció la justicia para dirimir nuestros conflictos y ante esa ausencia el camino de la violencia encuentra una salida de altísimo costo para todos.  La prepotencia del poder, la incapacidad de fiscales y jueces de administrar los hechos en conflicto nos llevan a respaldarnos en países extranjeros como Estados Unidos, que ofrece 5 millones de dólares a quien dé información acerca de quién mandó matar al fiscal Marcelo Pecci, o castiga en forma comercial y jurídica a los significativamente corruptos. La madre del fiscal Pecci desconfía de que los mandantes del crimen están entre nosotros y en el poder. La expulsión prepotente e injusta de la senadora Kattya González despertó todas las alarmas en torno a la manera en que la mayoría impone su voluntad. Hasta los gremios económicos más conservadores levantaron su voz de protesta en un hecho raro e inusual. Ese hecho genera una gran decepción, desencanto y dudas en torno a si somos un real Estado de derecho o solo una mascarada de todo ello.

Del Marzo Paraguayo hasta hoy, democráticamente hablando, ¿cómo está nuestro país?

En retroceso. El Marzo Paraguayo de 1999 fue incomprendido por la clase política. Mucha decepción vino con el gobierno de Luis González Macchi. En marzo de 2017, este país solo se para ante la barbarie, lamentablemente con muertos. Paraguay ya no requiere más mártires. Somos un país que viene de la muerte del genocidio de 1870, pero no logramos resolver nuestros problemas de manera civilizada y solo nos persignamos ante la muerte.

En nuestro contexto político, ¿qué podría pasar para volver a repetirse otro Marzo Paraguayo como el de 1999?

Están todos los componentes para replicar lo mismo mientras nuestras instituciones y administradores no logren concebir una República sostenida en los valores del Estado de derecho. Mientras tengamos un presidente débil y dependiente del poder del presidente de la Asociación Nacional Republicana (ANR) vamos camino a una colisión ciertamente. El poder político está tensando de forma innecesaria una respuesta social de consecuencias que pueden acabar en lo mismo que ya conocemos por los hechos de 1999 y 2017.

¿Qué debe mejorar Paraguay con respecto a la democracia? O ¿Qué  tienen que tener en cuenta los partidos políticos como para que no se vuelva a replicar otro Marzo Paraguayo?

El retroceso que viene con eso y la degradación de la democracia como sistema político son los altos costos que pagamos todos por la inmadurez, irresponsabilidad y miopía de varios actores políticos que confunden el poder como valor autoritario y no como oportunidad para avanzar y desarrollarnos.

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