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Crisis del PLRA debe inspirar a toda la oposición, dice analista político

El Partido Liberal no solo atraviesa una situación de quiebra financiera, sino también de división política y ausencia de liderazgos visibles. A criterio del analista político Leonardo Gómez, uno de los problemas que está viviendo el Partido Liberal no es un problema particular, sino un problema de los partidos liberales en América Latina.

Eduardo Nakayama renunció recientemente al PLRA. Foto: Gentileza.

Eduardo Nakayama renunció recientemente al PLRA. Foto: Gentileza.

El Partido Liberal Radical Auténtico (PLRA) enfrenta una de las crisis más profundas de su historia y también en un contexto donde existe una oposición política en general muy debilitada, en contraste con el copamiento del Partido Colorado en los diferentes espacios de poder. El analista político Leonardo Gómez se refirió a las propuestas de cambio que surgen de manera interna en la nucleación y considera que este debe ser un punto de partida para involucrar a todos los sectores, y no solo limitar el debate al internismo liberal.

“Posteriormente a las transiciones democráticas en la región, los partidos que tenían un corte liberal que se diferenciaba con partidos con corte más intervencionistas, nacionalistas, con corte más de economía social, o incluso en algunos países en particular donde pudo haber expresiones o hay expresiones de tipo socialista, que no es el caso de Paraguay con fuerza. Cuando esos partidos tenían hegemonía, los partidos liberales construían una identidad diferenciadora que les permitía construir procesos de masa”, recordó Gómez.

Posterior a las dictaduras y a la caída del muro de Berlín, remarcó el analista que en dichos partidos liberales dijeron “entramos en contradicción porque todos los partidos defienden la libertad”. “Por lo tanto, los partidos liberales ya no tienen sentido cuando hay derechos reconocidos constitucionalmente para defenderlos”, acotó.

A su criterio, esta es una de las discusiones globales que hay y que fue llevando a las desidentificaciones de los partidos liberales.

Leonardo Gómez Berniga. Foto: Gentileza.

El analista político Leonardo Gómez Berniga. Foto: Gentileza.

Pérdida de identidad

En Paraguay, el Partido Liberal Radical Auténtico existe tras la crisis vivida en la dictadura, donde el Partido Liberal era funcional a Stroessner. Esto confrontaba con los radicales auténticos, que tenían una visión mucho más social, representados por Domingo Laíno, según remarcó.

Gómez mencionó que en el contexto de este proceso, fue tomando identidad el Partido Liberal ya con la aparición de Fernando Lugo y fue llevando a una dilución de qué ideario político representaba el Partido Liberal.

“En la práctica vimos cómo sectores liberales desde el origen del cartismo estuvieron ligados al entonces presidente Cartes, vimos cómo Santiago Peña era uno de los afiliados al Partido Liberal. Vimos cómo actualmente existen liberales que se identifican con las ideas económicas e incluso muchas veces con mucha afinidad política con el sector hegemónico en el Partido Colorado, lo que lleva a que la dilución de la identidad lo convierta en un partido subordinado, desde la ideología, desde la praxis y de la proyección o el encantamiento político que requiere”, describió.

“Hoy el Partido Liberal atraviesa una crisis que no es solamente de liderazgo, sino de ideas, de línea programática y de horizonte de futuro. El Partido Liberal está perdido y sin horizonte de futuro”, reiteró.

Propuestas “indecentes”

Por esta situación es que surgen propuestas “indecentes, y no de oportunismo”, considera Gómez, como las ideas de Alfredo Jaeggli y también de Eduardo Nakayama. “Porque frente a estos escenarios aparece que si los partidos liberales de la región, o más que nada libertarios, que son distintos al liberalismo clásico, no toman un corte de reacción o de rebeldía, incluso frente a las estructuras tradicionales, no podrían surgir”, expresó.

Y para este efecto, señaló que tienen que llevar los posicionamientos ideológicos a un extremo, incluso aunque sean inviables por una cuestión populista. “Estas técnicas son sumamente cuestionadas, tanto de una perspectiva democrática, tanto de una perspectiva de conquistas democráticas también en el mundo, pero que hay sectores libertarios que lo reivindican y que es un poco lo que expresa el “fenómeno Milei”, y otros actores a nivel mundial”, dijo.

“¿Cuál es el problema que radica acá?”, cuestionó, al momento de responder, que en el caso paraguayo esta idea no surge por una crisis, una desidentificación necesaria con el gobierno que sería del cartismo, porque políticamente son muy parecidos; sino que la diferencia principal es con su propio partido.

En ese sentido, afirma que el gran desafío de esta crisis, sin duda, es que ese partido liberal que se cree no termine siendo una fracción dentro de la disputa del Partido Liberal, que concluya licuando la principal estructura de movilización política que tiene la oposición en el Paraguay, que es el Partido Liberal.

“Y, por lo tanto, no termine siendo la justificación de una construcción de una hegemonía aún mayor del cartismo dentro del partido liberal que le permita manejar, que el Parlamento le permita manejar mayores recursos administrativos brindados por el subsidio electoral y le permita generar una mayor sostenibilidad política, incluso en el tiempo como fuerza”, advirtió.

Agregó que el camino que se abre ahora es ver si ese nuevo partido que pueda surgir, que se plantea como encantador en algún punto y con mucha identificación, “lastimosamente ideológicamente no termine siendo un partido que segrega aún más a una oposición”.

Identificar al electorado

Gómez consideró que un problema fundamental en Paraguay, y que estudios incluso lo demuestran, es que la población, tanto por su orientación electoral como por distintos sondeos, tiende a un intervencionismo estatal. Mencionó que mucha decadencia social en términos de injusticia social, de desigualdades económicas y de desarrollo, llevan a que esté muy normalizada la necesidad de la demanda de una mayor presencia al Estado.

“Por tanto, la reivindicación de partidos liberales en un país que no tuvo un proceso de políticas redistributivas o no tuvo un proceso sólido en cuanto a acceso a derechos, lleva a que -a pesar de que en otros países puedan estar de moda entre comillas generar partidos de corte liberal como fue Ciudadanos o VOX en España, Vox, o como es el caso del partido de Javier Milei, que nace con una idealización basada en ideología- en Paraguay la realidad demanda que la alternativa que responder a la identidad del electorado”, analizó.

El también abogado comentó que sea el partido que nazca, va a tener que disputar un electorado muy determinado, de alrededor de un millón y medio de personas. “Entonces, las expectativas de proyección de un partido de identidad meramente ideológica se plantean desafíos profundamente complejos, por lo cual la propuesta de Jaeggli, algún punto, termina siendo más viable”, dijo.

Señaló igualmente que la disputa está en cómo un partido articule sectores que tengan estímulos para votar. Sobre el voto castigo, expresó Leonardo Gómez que en Paraguay está demostrado que no es suficiente para ganar elecciones.

“El voto rechazo por rechazo no es un capitalizador efectivo para la sostenibilidad política, entonces este partido que pueda plantearse, sea un nuevo Partido Liberal, pero también pudiendo ser otros partidos que nazcan con esta naturaleza, tiene que poder incluir liberales que estén decepcionados de su partido, colorados que no encuentran capacidad de construir políticamente dentro por la cooptación de esa hegemonía cartista que pueda ver, y por el otro lado incluso votos del tercer sector; Encuentro Nacional, PRF o del Frente Guasu”, opinó.

Entonces, apreció que quizás el contexto del Partido Liberal sea la invitación necesaria para que toda la oposición se meta en la discusión y que esto no quede como un internismo liberal. “Sería muy grave para la oposición que el foco de la discusión de la propuesta de cara al 2028, pero incluso a las municipales del 2026, quede en una lectura de las figuras políticas y de los modos de estructurarse del Partido Liberal. El Partido Liberal no puede conducir comprobado en votos un proceso de oposición eficiente, porque necesariamente necesita de una diversidad donde, por identidad y color solamente, no le basta para hacer un proyecto de alternancia necesario”, sentenció.

Por último, reiteró que la oposición va a tener que aunar esfuerzos en realizar sus estructuras actuales, los partidos del tercer sector en articularse, reorganizarse, y al mismo tiempo, forzar a que el PLRA con su interna no traccione la discusión que termine llevando a que lleguemos al 2026 con una atomización por extrema ideologización de la estrategia política, abstraído de la demanda social.

“Es importante, primero conocer al electorado, conocer el territorio, plantear estrategias de descentralización de la presencia política porque es obvio que sin una disputa de nivel de cara a ocupar juntas municipales e intendencias en el 2026, sin una estrategia para eso, el resultado para el 2028 sería sumamente peor en captación o acumulación política. Por tanto, no puede ser esto un proyecto meramente conducido por el Partido Liberal. Esta crisis del Partido Liberal debe inspirar a toda la oposición a meterse en la discusión para que no termine siendo una discusión trivial”, concluyó.

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