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Política

“Había sentimiento de esperanza en Santi, pero se diluye”, dice analista

El analista político brasileño Caio Manhanelli habló en exclusiva con el diario El Nacional sobre los cien días de gestión del Gobierno de Santiago Peña, que se cumplió el miércoles pasado y habló sobre la expectativa que el pueblo tenía con la gestión de este economista que está perdiendo fuerzas en apenas unos meses de haber asumido. “El sentimiento que se escucha por las calles del país es de que había esperanza en Santi, pero que ya no se tiene tanta esperanza”, dijo Manhanelli.

Pero antes de entrar a analizar sobre la gestión de Peña, el experto explicó que el marco de los cien días es una tradición estadunidense importada por los medios de comunicación en varios países. “Sería como una especie de fecha límite donde los gobiernos tendrían de rendir cuentas, así como hizo Franklin Delano Roosevelt en 1933 en su pronunciamiento transmitido por las radios de todo el país. Era un contexto de crisis y Estados Unidos necesitaba de acciones contundentes para salir de la gran depresión de 29, tiempos distintos, pero seguimos en esa práctica de copiar lo que se hace al norte como si fuera bueno para el sur…”, recordó.

En este sentido, dijo que en Paraguay (y no solo aquí), es diferente. En el caso de Franklin D. Roosevelt (el presidente de EE. UU. electo en 1932) era como si la población (y la prensa…) le tuviera dado cien días para trabajar sin cuestionarlo, y de ahí también viene la idea que en estos primeros días de gobierno un mandatario tiene como una “carta blanca” para tomar las decisiones necesarias, mismo que impopulares, sin dañar su imagen.

“Pero cada país tiene su propia dinámica, en Paraguay este período es más extendido normalmente, se empieza a cobrar los presidentes allá por febrero o principios de marzo. Quizás Peña tenga tratado de cuadrar los “cien días paraguayos” en cien días de verdad, lo que no debería ser bueno para sí ni para su gobierno”, alertó.

Sin embargo, indicó que se podría atribuir a este “adelanto” las vacilaciones del gobierno en situaciones, que pueden no ser tan importantes o claves para el país, pero fueron icónicas y donde a su parecer- se tiró al presidente Peña- directamente a “los leones” para desmentir y vacilar en frente a la opinión pública, a saber: (1) el caso de los funcionarios de Itaipú, donde se rescata el sentimiento que generó el discurso seccionalero que hace Santi en campaña en tono de amenaza a los funcionarios vinculando sus empleos a su partido; (2) el aumento a los diputados, donde el presidente de la República asume que es una extorsión lo que pasó en el proceso de negociación del presupuesto nacional con los parlamentarios; (3) el peaje de la hidrovía, donde una visita diplomática del candidato a la presidencia del oficialismo argentino (Sergio Massa) a Paraguay se convierte en una sucesión de amenazas y clamores con tonos nacionalistas, que al final no se pueden sostener del todo.

“En ningún momento el problema fueron las decisiones, pero sí fue tomarlas de pronto, sin planeamiento, sin medir las consecuencias, y vacilar, no estar listo para enfrentar los reclamos sobre tales medidas”, apuntó.

O incluso, añadió que “quizás el presidente está vistiendo más el personaje caudillo de lo que debería, quizás está en la hora de volver a ser el Santi “churro” o “cheto”, que entiende de economía y habla bonito. Pero seguramente, no es la hora de hacer publicidad como si estuviera aún en campaña electoral, la pieza de rendición de cuentas intenta hablar de muchos hechos, pero no logra hablar de ninguno, ahora lo que se espera es gestión y firmeza, no más un gobierno colorado que empieza su gestión reclamando del gobierno colorado anterior”, sentenció.

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