En los primeros cien días de Peña, “la política de gestión de seguridad está muy lejos de lo esperado”

El presidente de la República, Santiago Peña, en días más cumple los cien días en su administración de gobierno. Para el analista político Benjamín Fernández Bogado, la política de gestión de seguridad “está muy lejos de lo esperado”, haciendo referencia a los asaltos continuos que siguen siendo normales a los números de siempre, dijo en exclusiva con el diario El Nacional.

Benjamín Fernández Bogado. Foto: Gentileza.

En cuanto, a los éxitos, sostiene que aún no son suyos, sino que hacen parte de la continuidad iniciada por otros gobiernos, como el caso de la apertura del mercado de la carne de los Estados Unidos.

Justamente, Norteamérica, dice el analista, seguirá presionando con su incómoda agenda en el tema del “significativamente corrupto” en referencia al presidente del Partido Colorado, Horacio Cartes.

Asimismo, opina que, tanto Hamlet como Peña, se debaten entre “el ser o no ser”.  “Tendrá unos meses de tregua hasta que lleguen los idus de marzo. Ahí veremos cuánto impactan el “parate” económico, el incremento de los impuestos y el malestar que genera un presidente que se resiste tozudamente a serlo”, apunta.

Con respecto a este último punto, Fernández Bogado dice que no se puede saber aún quién es el presidente real porque el puesto aún no asume su condición de tal. “Pueden ser cien días o más que tengamos que esperar para que alguien como Peña que todo lo sostiene en su suerte le indique su destino. De momento es solo un sobreviviente del poder. Es funcional a los mandatos y fiel cumplidor”, agregó.

Incluso señala que Peña “asume los errores como costos gerenciales del poder, pero eso tiene sus límites. En algún momento tendrá que responsabilizar a alguien para no acabar afirmando como Hamlet que nunca pudo ejercer el poder real”, sentenció.

“Las reculadas en varias de sus líneas de campaña, como reconocer que no había un peso partido por la mitad para proponer alegremente después incrementos para él y los suyos del Ejecutivo, que se continuó con el pedido extorsionador de los legisladores de su movimiento. Ese fue un retrato cabal de las tensiones del poder en donde el pasivo de las decisiones tuvo que asumirlo el mandatario”, explicó.

En estos casi cien días de gobierno, Peña ha tenido que sortear movilizaciones de trabajadores, la crisis penitenciaria que demostró que el verdadero poder está en manos del Clan Rotela, el rechazo ante el despido de más de cien funcionarios de Itaipú, los títulos universitarios falsos de sus allegados partidarios.

También la vinculación del narcotráfico con sus legisladores, las protestas por los aumentazos para diputados, senadores, ministros e incluso para él y su vicepresidente Pedro Alliana, luego de haber anunciado una austeridad total, que ante presión tuvo que retroceder en su iniciativa, pero no antes argumentando que dichos aumentos fueron parte de una “extorsión” de sus legisladores a cambio de no tocar el Presupuesto General de la Nación (PGN) 2024.

En lo positivo que se puede resaltar se encuentra la reducción de los precios del combustible y gas, que hasta la fecha se trata de mantener, según el propio Peña había señalado.